Como ya muy probablemente los saben ustedes, porque hemos hablado del tema en algunas ocasiones, existe en Canadá y en Quebec, una escasez de mano de obra en distintos campos. Según un estudio realizado por el Movimiento Desjardins publicado el 13 de marzo 2019, solamente en la provincia de Quebec, habría alrededor 120.000 puestos vacantes. El doble que hace 2 años. La situación es alarmante para los empleadores quebequenses.
Para algunos, la solución pasa por la inmigración y los trabajadores temporales, y para otros por la robotización de algunas tareas. Los robots podrían ayudar a ciertas empresas a remediar esa escasez. Y es por esta razón que la Escuela de Tecnología Superior, ETS (una componente de la red de la Universidad de Quebec), y la empresa Robotiq de Levis, Quebec, lanzan esta semana la Cátedra de Investigación Industrial en Robótica Colaborativa. ¿Pero qué es la robótica colaborativa?
La Robótica Colaborativa es reciente. Comenzó en los años 2010 en la industria. Son robots que se asemejan mucho a los robots convencionales que vemos desde hace ya cierto tiempo en la industria del automóvil en las cadenas de montaje. Son grandes máquinas dotadas de brazos que les permiten ejecutar trabajos de precisión, dice Vincent Duchaine, profesor, investigador y director de la Cátedra, explica.
La diferencia es que contrariamente a esos robots, es que son seguros y pueden trabajar en presencia del hombre, porque los robots convencionales deben protegidos por una cerca y hay un área prohibida para los humanos porque no son inteligentes y no son seguros. Por otra parte son mucho más simples a desplegar y programar. Son robots que no es necesario ser ingeniero en robótica para poderlos utilizar. Entonces tendemos a fabricar una interfaz que permite a una persona no iniciada en robótica de programarla entre 10 minutos y una hora.
En la actualidad los robots están encerrados por cuestión de seguridad. Pero progresando en el sector de la robótica colaborativa, lo que se busca es que los robots sean capaces de colaborar con el hombre de una forma totalmente segura.
Esa es la razón de ser de la robótica colaborativa. Porque puede cohabitar con un humano, es útil y muy fácil de programar. En términos más concretos, dice el profesor Duchaine, la robótica colaborativa permite a las pequeñas y medianas empresas ejecutar tareas que no era posible automatizar antes.
Así por ejemplo, la compañía de mecanización APN, donde obreros fabrican piezas de alta precisión, que tiene dificultad en contratar a estos obreros, decidió utilizar robots para ejecutar tareas que no tienen valor agregado. En el caso de esta compañía se trata de recoger las piezas fabricadas, ponerlas en un contenedor para limpiarlas y almacenarlas en un lugar preciso.
Entonces esa compañía, que no dispone de pericia en ese campo en su nómina, puede permitirse la compra de estos robots porque no tienen que gastar cientos de miles de dólares en integración y concepción de maquinarias en particular. Solo tienen que comprar el robot y programarlo con el personal existente en la compañía. En este caso, la compañía no solo compensa la falta de mano de obra sino que la robótica colaborativa les permite además generar ganancias, afirma el profesor Vincent Duchaine.
De hecho, oímos muy a menudo que la robótica hace perder trabajo. En este período electoral, Elizabeth May (candidata por el Partido Verde) anunció que si gana impondrá un impuesto para los robots porque hacen perder empleos. Al contrario, en APN se tradujo por un aumento de 40% del volumen de negocios siendo más competitiva. Y le permitió crear más empleos, seguir produciendo a pesar de la falta de mano de obra y disminuir el costo de producción para poder competir con el mercado emergente como China.
Ahora bien, es difícil, políticamente hablando, comenzar un proyecto sin crear empleos. Lo que vuelve atractivo un proyecto es su capacidad de crear empleos. Pero el profesor Vincent Duchaine, dice que a políticos como Elizabeth May, lo que hay que decirle es que la robótica colaborativa permite a la producción local dejar de importar productos de China.
Hay compañías que utilizan la robótica colaborativa que pueden crear aquí y que no podrían existir. Una compañía por ejemplo capaz de producir lentes y venderlos a un precio aceptable es una compañía que no podría existir sin la ayuda de los robots.
Las compañías que se encuentran fuera de los grandes centros urbanos deben automatizarse para ser competitivas. Quebec se ha automatizado en un 25% en ese tipo de empresas, mientras que en Estados Unidos se habla de 55% y en Alemania, que es el país industrializado más automatizado se habla de 70% de las compañías que están automatizadas, concluye el profesor Vincent Duchaine.
Patrick Masbourian entrevistó al profesor Vincent Duchaine
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