El gobierno chileno anunció que extenderá el estado de urgencia declarado en la capital del país, luego que se confirmó la muerte de al menos 7 personas, tras las revueltas que sacudieron a esa nación en las últimas horas.
El presidente Sebastián Piñera anunció que la medida, que había sido adoptada el sábado 19 de octubre y que hasta el momento afectaba a Santiago, la capital, será extendida a otras poblaciones ubicadas en distintos puntos del territorio chileno.
Las protestas comenzaron hace aproximadamente dos semanas, luego que los estudiantes secundarios comenzaron a manifestarse contra el aumento de los boletos del transporte público.

Una vez más los estudiantes chilenos lideraron las protestas. REUTERS/Edgard Garrido.
Al fundamentar su anuncio, el mandatario dijo que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a hacer uso de la violencia sin ningún límite”.
Por su parte, el ministro chileno del Interior, Andrés Chadvick, confirmó la decisión de su gobierno de extender la medida con el objetivo, sostuvo, de contrarrestar la escalada de “violencia y vandalismo”, que se desató en las calles de Santiago.
Tras el anuncio del aumento de tarifas, los estudiantes ganaron las calles de la capital y convocaron a otros sectores a sumarse a la protesta, para demostrar la oposición a la misma.
La medida de excepción adoptada por el gobierno implicó el despliegue de más de 10.000 efectivos del ejército por las calles de la capital nacional y los responsables gubernamentales no descartaron el envío de refuerzos en las próximas horas.
Aparte de Santiago, el estado de urgencia será extendido a las localidades de Antofagasta, Valparaíso, Valdivia, Talca, Chillán, Temuco y Punta Arenas.

La militarización se extenderá a otras poblaciones del país. REUTERS/Edgard Garrido.
Tras las protestas generalizadas, Piñera decidió anunciar el congelamiento del incremento del precio del boleto de transporte, en un intento por apaciguar los ánimos y desactivar la movilización estudiantil.
La capital chilena pasó la noche del domingo bajo un toque de queda, con el objetivo de impedir los desplazamientos no esenciales por las calles entre las 19 horas y las 6 de la mañana del lunes.
De todos modos, numerosas movilizaciones siguieron llevándose a cabo luego del horario de entrada en vigencia de la veda.
Los disturbios se constituyeron en los más graves ocurridos en Chile en décadas.
Si bien esa nación es citada como modelo de desarrollo económico en la región, las desigualdades existentes entre los sectores más pudientes y los menos favorecidos se han profundizado en los últimos años, según algunos analistas.
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