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Continúa debate sobre salud mental de niños de la generación alfa

Ya les habíamos hablado la semana pasada de la inquietud de la Asociación de Médicos Psiquiatras de Quebec por la salud mental de los niños de la generación alfa, es decir todos los que nacieron después de 2010.  Los psiquiatras señalan que uno de cada 3 niños alfa hace frente a un alto nivel de ansiedad psicológica.

La Orden de Trabajadores Sociales y de Terapeutas conyugales y familiares de Quebec une su voz a la de los psiquiatras y otras organizaciones con respecto a este problema de sociedad. Ellos proponen la instauración de un curso de educación a la salud mental desde los jardines de infancia hasta finales de la escuela secundaria, para permitir a estos niños estar más conectados con sus emociones.

Según el Instituto de la Estadística de Quebec, los problemas de ansiedad entre los niños de 6 a 8 años era de 8,6% en 2010-2011 y en 2016-2017 era de 17%, lo cual es inquietante porque los niños son el barómetro de nuestro entorno social, dice Guylaine Ouimette, presidenta de la Orden de Trabajadores Sociales y de Terapeutas conyugales y familiares de Quebec.  Y el fenómeno se debe a varios aspectos dice Guylaine Ouimette.

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Uno de ellos está estrechamente ligado a la “higiene de vida”. Y cuando se habla de “higiene de vida”, se trata de salir a respirar aire fuera de la casa. Muchas personas se han vuelto muy sedentarias y poco activas. Ha aumentado el consumo de alcohol entre los adolescentes. Uno de cada dos consume alcohol. Otro fenómeno está relacionado a la utilización de las pantallas. Se pasa mucho tiempo delante de las pantallas y se habla aquí de 7 horas diarias en promedio.

EL PROBLEMA SON LAS PANTALLAS

Los padres también se exponen a las pantallas. Los medios sociales inundan con mensajes y yo les diría que la capacidad de los niños a comprender e integrar algunos de esos mensajes es casi inexistente. Y evidentemente está toda la relación entre los padres y los niños que pueden ser también una causa de este nuevo fenómeno.

La combinación de  todos estos elementos lleva a una especie de “aislamiento social”. Y muchas familias se sienten desamparadas frente a esta realidad que se le sale de las manos. Guylaine Ouimette dice que se puede contrarrestar esa angustia, pero que es una responsabilidad social de todos. Nadie es culpable de esta situación pero todos somos responsables. En esta sociedad norteamericana se escucha todos los días a la gente decir que no tienen tiempo. No hay forma de detenerse. El rendimiento pasa por encima de todo. La gente no tiene tiempo para escuchar lo que los otros tienen que decir.

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El principal problema en esta dinámica es que la gente tiene que aprender individualmente a desacelerarse y tomar las decisiones necesarias que se lo puedan permitir. Nos encontramos todos en una especie de carrera incesante y todos nos miramos sin saber cómo detenernos, dice la especialista en relaciones familiares.

HAY QUE DARLE TIEMPO A LOS NIÑOS

Y cuando no les damos nuestro tiempo a los niños, no sabemos lo que ellos viven. Si pasan su tiempo mirando pantallas viendo imágenes que pueden trastornarlos completamente o escuchar cosas que todavía no han tenido la posibilidad de comprender y de saber cómo manejar las emociones que generan. Entonces nosotros, lo primero que decimos es que hay que saber detenerse. Tenemos que escucharlos. Tenemos que ayudarlos a expresar lo que pasa en su interior. Qué dice. Cuáles son sus emociones. Hay que conectarse con ellos, pero corazón a corazón.

  

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Y nuevamente en esta sociedad norteamericana, donde “el tiempo es dinero” ¿Cuál es la clave para poder tomar ese tiempo? Un tiempo, que en principio, no tenemos…Es simple dice Guylaine Ouimette. Todas las mañanas, antes de salir de  la cama, todos los padres de familia deberíamos tomar 2 minutos para pensar en qué momento del día podemos estar en contacto con nuestros hijos. Y obligarnos a hacerlo. Y si “no se puede” durante el día se puede antes de dormir…

HAY QUE RECONFORTAR A LOS NIÑOS

La otra cosa que queremos decir es que, antes de acostarse, estamos convencidos que hay que estar seguros que los niños tienen que acostarse en paz. No con una pena en el corazón. ¿Qué se necesita para ir al lado del niño, tomarle la mano y asegurarse que está bien y que va a dormir bien?

Esa conexión se puede hacer de la forma más simple posible como es leerles un cuento o contarles una historia antes de dormir. Algo que haga que los niños sientan que existe una conexión con los padres. Y cuando hay una conexión los niños se van a abrir y van a decir las cosas que de otra forma no lo haría. Guylaine Ouimette dice que todos los padres de familia deberían adoptar ese compromiso para lograr que los niños sientan que sus padres se interesan por ellos y que ellos pueden contar con sus padres para explicarles sus estados anímicos.

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Los padres sufren la presión del trabajo, pero los niños sienten y viven la misma presión. Y para que no la sientan, los padres tienen que dedicarles más tiempo porque de lo contrario todos terminan enfermos, concluye Guylaine Ouimette, presidenta de la Orden de Trabajadores Sociales y de Terapeutas conyugales y familiares de Quebec.

Patrick Masbourian entrevistó a Guylaine Ouimette

Categorías: Sociedad
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