La familia Charris-Batalla llegó a Canadá en 2015 instalándose en la región de Sherbrooke, en la provincia francófona de Quebec. Desde entonces la madre, Carolina Batalla, aprendió francés, tuvo a su tercer hijo y creó una empresa, una guardería.
El padre, Normando Charris, aprendió francés y consiguió un empleo estable. Las dos hijas que nacieron antes de llegar a Canadá, Mia y Gabriela, van a la escuela primaria donde también aprendieron la lengua de Molière.
El más pequeño de la familia es muy joven para hablar, apenas 15 meses, pero parece estar muy bien adaptado a la vida en su país.
Sí, el pequeño Adrien es el único de los cinco que tiene nacionalidad canadiense y el único de la familia que podría quedarse después del 27 de noviembre, fecha que la Agencia canadiense de Servicios Fronterizos le dio como límite a la familia para salir del territorio de Canadá.
¿Por qué están amenazados de deportación?
En lo que respecta a las leyes que rigen el refugio y el asilo político, en Canadá existen varios criterios que cumplir, uno de ellos es que Canadá sea el primer país que pisan al salir del territorio donde se sienten amenazados. La medida es conocida como la Ley del Tercer País Seguro.
La solicitud de asilo político presentada por los Charris-Batalla fue rechazada por los servicios de inmigración de Canadá con el argumento de que la familia pasó varios años en España antes de venir a Canadá después de haber salido de Colombia en 2007. Y es verdad que así fue.
Al huir del territorio colombiano, Carolina y Normando quienes no tenían hijos aún, lo hicieron buscando la seguridad, un bien inmaterial y valioso, que habían perdido, se dirigieron hacia España donde tenían familia.
El contexto económico español y la tensión alrededor de las olas de inmigración, hicieron que la pareja pensara en cambiar de aires después de la llegada de su segunda hija. El destino deseado fue Canadá, donde también tenían un familiar.
Al llegar, sintieron casi de inmediato la seguridad y la tranquilidad que estaban buscando.
Esperando la fecha con aprehensión
El 25 de junio, la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá les notificó que debían salir del país. No sería inmediatamente ya que los pasaportes, que estaban siendo retenidos por la agencia estaban vencidos y que había que renovarlos. El 24 de octubre se reúne de nuevo con los agentes de inmigración, una vez que los pasaportes ya están revalidados y les anuncia que el 27 de noviembre es la fecha límite para dejar Canadá.
La solicitud de asilo fue rechazada, la familia apeló y las autoridades inmigratorias la volvieron a rechazar, todo ese proceso duró prácticamente 3 años. Para Inmigración Canadá el caso de la familia ya estaba cerrado. Sin embargo los Charris-Batalla presentaron otra solicitud, en este caso para obtener la residencia permanente por razones humanitarias. Para el gobierno ese proceso durará mucho tiempo y por eso, para las autoridades es mejor que la familia espere fuera del país la decisión de si los aceptan o no como residentes permanentes.
Lo que queda por venir
La siguiente etapa es que este viernes o el lunes a más tardar, la abogada de la familia Carolina Roa Sánchez presentará una solicitud para que se prorogue su orden de deportación en espera de que Canadá les dé la residencia permanente por razones humanitarias.
Le preguntamos a Normando Charris cómo se sentían él y su esposa y hasta las niñas en este momento. Este extracto los invitamos a que lo escuchen porque el tono de voz y lo que dice el señor Charris hablan por sí mismos.
Este sábado ante el Palacio de Justicia de la ciudad de Sherbrooke se llevará a cabo una vigilia en apoyo a la familia. Fue organizada por un colombiano muy activo en la región, Edwin Moreno, y por el organismo Colombia Estrie.
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