El arribo prematuro de la temporada invernal amenaza con agravar la situación de los productores de granos en la provincia canadiense de Quebec.
Las condiciones meteorológicas extremas, con temperaturas por debajo de las normales para la época del año, se sumaron a la llegada temprana de la primera tormenta invernal, que arrojó una acumulación de nieve de varios centímetros, afectando las cosechas.
La situación se vio agravada por las fuertes ráfagas de viento que sacudieron a buena parte del territorio del sur provincial a fines de octubre, que arrancaron plantas y dañaron parte de los cultivos de maíz.

Las nevadas intensas tomaron a los productores por sorpresa. Foto: iStock.
El titular de Productores de Granos de Quebec (PGQ), Benoit Legault, sostuvo que los agricultores demoraron la siembra de sus campos en dos o tres semanas, debido a las condiciones poco propicias que presentó el clima a comienzos de la primavera.
Debido a que el verano no fue tan intenso como en temporadas anteriores, varios cultivos no alcanzaron su nivel de madurez y, en algunos casos, las plantas resultaron ser más vulnerables a los cambios abruptos en las condiciones ambientales.
“Cuando la nieve se inmiscuye, los productores pierden todos los medios”, sostuvo Legault, quien reclamó una acción urgente por parte de las autoridades para paliar la situación.
En el caso del maíz, por ejemplo, las espigas se congelaron antes de alcanzar su grado de madurez. Una parte de los ejemplares sembrados debería permanecer en los campos, obligando a los responsables a considerarla como pérdidas, en una actividad que genera anualmente ganancias por valor de más de 670 millones de dólares.

Las pérdidas para la industria agrícola alcanzarían a decenas de millones de dólares. Foto: iStock.
En el caso de los productores de soya la situación no difiere significativamente.
Cerca del 10 por ciento de la superficie sembrada con ese producto se encuentra enterrado bajo la nieve y las posibilidades de recuperar los ejemplares plantados es mínima. El sector aporta cada año cerca de 500 millones de dólares a la industria del agro provincial.
“No es una temporada fácil para el conjunto de los productores de granos”, agregó Legault, quien prevé reclamar un ayuda especial, destinada principalmente a paliar los costos crecientes de cosecha y secado de la siembra, así como a la baja en las ganancias, que se prevé como consecuencia de una calidad inferior de los granos afectados por el cambio brusco en el clima.
El representante de los productores sostuvo que los programas destinados al sector “no están a la altura de los que podemos ver en Estados Unidos o en Europa”, donde las iniciativas de asistencia a la industria agrícola son numerosas y los programas de ayuda, en caso de catástrofes o de problemas relacionados con el clima, otorgan apoyos generosos desde el punto de vista económico.
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