Carrie Lam, jefa del gobierno de Hong Kong declaró este martes que espera que se encuentre una solución pacífica en el enfrentamiento entre la policía y los manifestantes atrincherados en el campus de la Universidad Politécnica de Hong Kong, a los que ella invitó a desalojar el lugar de forma pacífica.
Después de 3 días de sitio, un centenar de manifestantes se encuentran todavía en los terrenos de la universidad, cercados por las fuerzas del orden después del fracaso de una tentativa de mediación de dos personas importantes del movimiento de protesta que sacude a la antigua colonia británica desde el mes de junio pasado.
Carrie Lam declaró en una conferencia de prensa que si los manifestantes salen de forma pacífica no habrá violencia, pero si la situación no cambia, la policía tendrá que “tomar las medidas necesarias”, previno la dirigente de 62 años, cuya renuncia es exigida por los manifestantes.
Como ha sido el caso en otros cuatro campus universitarios desde el inicio de las manifestaciones, la Universidad Politécnica de Hong Kong sirve de base a los manifestantes que intentan presionar al gobierno, bloqueando las principales arterias obligan a las tiendas y centros comerciales a cerrar por razones de seguridad.
La situación en Hong Kong es seguida de cerca por la comunidad internacional que ha multiplicado en los últimos días los llamados a la calma. Según las autoridades hospitalarias unas 280 personas heridas fueron transportadas a los hospitales. Más de mil personas fueron detenidas en los últimos días según la policía.
Mientras tanto en Ginebra, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, dijo que “es profundamente lamentable” que ciertos manifestantes recurran a la violencia. Él afirma estar alarmado por la clara deterioración de la situación humanitaria en el campus.
Las manifestaciones que comenzaron contra un proyecto de ley de extradición hacia China, hoy abandonado, los manifestantes reclaman ahora que se respeten los principios democráticos en Hong Kong y que se haga una investigación sobre la violencia policial.
Los manifestantes denuncian también una influencia excesiva de Pekín que va contra el principio de “un país, dos sistemas” que presidió la retrocesión a China de la ex colonia británica. China por su parte, afirma que respeta ese principio y acusa algunos países extranjeros como Estados Unidos y Gran Bretaña de incitar a la violencia.
RCI/Radio Canada/Reuters
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