Una investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicada el jueves por la revista médica The Lancet Child & Adolescent Health reveló que el 80 por ciento de los jóvenes de 11 a 17 años de edad no cumplían con las recomendaciones de al menos una hora de actividad física al día en 2016, el 85 por ciento para las niñas y el 78 por ciento para los niños.
En Canadá, el 76,3% por ciento de los adolescentes entre 10 y 19 años no eran lo suficientemente activos físicamente en 2016, una mejora con respecto al 79,2 por ciento en 2001, pero la cifra sigue siendo imponente. Además, la brecha de género es significativa en todo el país: el 82,4 por ciento de las niñas eran demasiado sedentarias y el 70,5 por ciento de los niños también.
Canadá ocupaba el puesto 12º en el mundo en 2016, por detrás de países como Irlanda, Estados Unidos y Finlandia, pero muy por delante del Reino Unido y Francia.
Los resultados
(Gráfico: ©OMS/The Lancet Child & Adolescent Health)
De acuerdo con la evidencia, dice el estudio, los datos muestran que los niveles de actividad insuficiente entre los adolescentes siguen siendo extremadamente altos, lo que pone en peligro su salud actual y futura, y que se ha logrado un pequeño progreso hacia el logro del objetivo mundial de reducir la actividad insuficiente de los adolescentes en un 15% para 2030 en los niños, pero no en las niñas.
Con estos datos, las intervenciones basadas en la evidencia presentadas en el Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018-30 «pueden ser mejor enfocadas y mejorarán la salud de la población y producirán beneficios colaterales», dicen los autores quienes afirman que esto podría ayudar a lograr muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030.
Diferencias entre niñas y niños
(Foto: ©iStock/AntonioGuillem)
El estudio, basado en datos facilitados por 1,6 millones de estudiantes de edades comprendidas entre los 11 y los 17 años, revela que, entre los 146 países que participaron en el mismo entre 2001 y 2016, las niñas resultaron ser menos activas que los niños en todos salvo en cuatro (Tonga, Samoa, Afganistán y Zambia).
La diferencia entre el porcentaje de niños y niñas que alcanzaron los niveles recomendados en 2016 superó los 10 puntos porcentuales en uno de cada tres países aproximadamente (el 29%, es decir, en 43 de 146 países), y las mayores diferencias se registraron en los Estados Unidos de América e Irlanda (más de 15 puntos porcentuales).
En la mayoría de los países considerados en el estudio (el 73%, es decir, en 107 de 146) se observó un incremento de esta brecha de género entre 2001 y 2016.
El porcentaje de niñas inactivas permaneció sin cambios desde 2001, pero mejoró ligeramente hasta el 80 por ciento medido para los niños en ese momento.
(Foto: ©iStock/SDI Productions)
«Por un lado, es deplorable, pero por otro, no es sorprendente», comentó Mathieu Bélanger, Director de Investigación del Centro de Formación Médica de New Brunswick, entrevistado por Jean-Benoit Legault de la Presse Canadienne.
Por su parte, la Dra. Regina Guthold, de la OMS, advirtió en una declaración que «se necesita una acción urgente para aumentar los niveles de actividad física, especialmente para promover y retener la participación de las niñas».
Guthold atribuyó parte de esta situación al hecho de que los deportes se promueven mucho más a los chicos. Lo que vemos en los medios de comunicación, en general, es la participación deportiva de los niños, por lo que puede animar a los niños a participar más que a las niñas.
(Foto: ©iStock/OkinawaPottery)
¿Para qué sirve la actividad física?
Los beneficios de la actividad física en la adolescencia incluyen una mejor salud cardiovascular, ósea y muscular, además de un impacto positivo en el peso. La actividad física también proporcionaría beneficios en términos de desarrollo cognitivo y socialización.
Para lograr estos beneficios, la Agencia de Salud de las Naciones Unidas recomienda al menos una hora de actividad física vigorosa cada día para los adolescentes.
El estudio fue financiado por la OMS y realizado por investigadores del Imperial College London y la Universidad de Australia Occidental.
La actividad física medida incluía no sólo el juego y el deporte, sino también las tareas domésticas activas o caminar o montar en bicicleta.
RCI/The Canadian Press/The Lancet Child & Adolescent Health
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