Una colaboración única entre los radio-oncólogos y los cardiólogos del Centro Universitario de Salud de McGill, CUSM, podría permitir a ciertos pacientes con problemas graves de arritmia, en particular la taquicardia ventricular, de beneficiarse de un tratamiento de radioterapia que consiste en irradiar con precisión las partes anormales del corazón que provocan las arritmias.
Las arritmias ventriculares están vinculadas a la presencia de cicatrices que actúan como un centro de activación de un corto circuito eléctrico. “En el caso de las arritmias severas, el corazón bombea tan rápidamente que lo hace en el vacío, no hay circulación y provoca un paro cardíaco. El objetivo del tratamiento es de calmar las palpitaciones cambiando las propiedades eléctricas del tejido, de tal forma que los cortos circuitos no se puedan producir más”, afirma el Dr. Martin Bernier, cardiólogo especialista de la actividad eléctrica del corazón en el CUSM, que trabaja en colaboración con el Dr. Tarek Hijal, radio-oncólogo en el mismo establecimiento.

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El tratamiento comprende varias etapas. Primero, el equipo de cardiología hace un estudio electrofisiológico para delimitar con precisión la cicatriz, su tamaño y sus propiedades eléctricas. Después el equipo de radio-oncología continúa el tratamiento utilizando los datos de la cartografía del corazón para aplicarlos en los escáneres de radioterapia para determinar el volumen y la dosis máxima de la irradiación. Los rayos utilizados son los mismos que para tratar el cáncer y la duración del tratamiento es de unos 30 minutos.

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Según el Dr. Martin Bernier, este tratamiento representa una alternativa para los pacientes cuya calidad de vida sea restringida. “Los tratamientos estándares son generalmente invasivos. Para ciertos pacientes la medicación es importante, para otros es la inserción de un catéter en la vena femoral hasta el corazón para abolir los circuitos de arritmias y en última instancia, el trasplante cardíaco, una intervención arriesgada considerando que la salud global del paciente se encuentra a menudo fragilizada”, dice el cardiólogo.
Para realizar este proyecto, se necesitó que dos equipos ultra especializados aprendieran a “hablar el mismo lenguaje”. Es el fruto de del trabajo de varias personas, tanto de los equipos médicos y de enfermería en cardiología y en radio-oncología.
RCI/cusm.ca
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