Cerca de 70 bomberos canadienses, que participan en las acciones para combatir los incendios forestales que afectan desde hace semanas a Australia, renunciaron a retornar al país para Navidad.
El contingente, proveniente de varias provincias, se encuentra en el territorio australiano desde el 3 de diciembre, cuando viajó para sumarse a los intentos por controlar los fuegos que afectan con voracidad inusitada ese país del Hemisferio Sur.
Desde agosto, el fuego destruye todo a su paso. Foto: Dan Himbrechts/AAP Images via AP.
Tal como informamos en su momento, el grupo partió para una misión que inicialmente debía extenderse por 38 días, con el objeto de luchar contra las llamas en la Nueva Gales del Sur, una de las zonas más afectadas por por los siniestros.
La misión fue decidida luego que las autoridades canadiense recibieron el pedido de sus pares australianos para colaborar en las tareas destinadas a controlar los fuegos. En el pasado, bomberos australianos tomaron parte en los trabajos para combatir los incendios forestales que cada año afectan a distintos puntos de Canadá y que en los últimos tiempos han sido particularmente destructivos en el oeste del país.
Un segundo contingente partió desde Canadá el 19 de diciembre y otro grupo lo hará el 30 del mismo mes.
El Centro de Interservicios de Fuegos Forestales de Canadá informó que el personal que toma parte en la misión proviene de diversas provincias. Las tareas a realizar se centran principalmente en el comando de las tareas, el pilotaje de aeronaves, la planificación, la logística y también en las diversas operaciones en el lugar.
Numerosos animales han perecido o resultado heridos por el siniestro. Foto: Dean Lewins/AAP Images via AP.
El Centro también dijo que es la primera vez que Australia formula un pedido de colaboración a sus pares canadienses, con los que colaboró en tareas similares al menos en 4 ocasiones desde 2015.
Desde agosto último, Australia vive una temporada anticipada de fuegos forestales que aquejan principalmente la costa este del país y que hasta el momento ha provocado la destrucción de al menos 800 viviendas.
La provincia más afectada es Nueva Gales del Sur, con cerca de 100 focos ígneos. Las densas columnas de humo y el calor abrasador dificultan las tareas de las cuadrillas de bomberos, en medio de centenares de hectáreas en llamas.
La nube de humo que provoca el siniestro pudo ser captada por los satélites que orbitan el espacio, que mostraron la magnitud de los incendios.
El fuego, que abarca una superficie de cerca de 500.000 hectáreas ya se cobró la vida de 2 bomberos voluntarios.
Con información de The Canadian Press.
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