La justicia de Nuevo Brunswick dictaminó que dos oficiales de policía de la provincia no violentaron la ley, en un suceso en el que murió una persona, ocurrido hace 5 años.
La víctima perdió la vida luego de una balacera en la que tuvieron participación ambos agentes.
Los efectivos habían sido acusados de 5 cargos de violación al código de conducta policial, en relación a la muerte de Michel Vienneau, quien fue baleado en el interior de su automóvil, en enero de 2015.
Los cargos incluyeron el uso indebido de armas de fuego, utilización innecesaria de la fuerza, haber actuado de una manera deshonrosa, negligencia en el cumplimiento del deber y haber tenido un comportamiento abusivo y opresivo hacia la víctima.
Según las constataciones oficiales del suceso, los agentes intentaron interceptar al hombre siguiendo una pista, que resultó ser falsa, que indicaba que la víctima y su pareja transportaban un cargamento de droga desde Montreal.
El hecho ocurrió frente a la estación de trenes de Bathurst. THE CANADIAN PRESS/Kevin Bissett
En circunstancias que en un principio resultaron poco claras, uno de los efectivos involucrados en el procedimiento disparó contra Vienneau, hiriéndolo en el corazón y en los pulmones.
En su decisión, el árbitro designado por la justicia desechó el testimonio de un testigo que sostuvo que el automóvil de la víctima había detenido su marcha por completo cuando ocurrieron los tiros.
El funcionario consideró que el hecho de que el autor de los disparos había “quedado” encerrado entre el automóvil de la víctima y un banco de nieve que bloqueaba su desplazamiento, pudo haber dado al agente una razón suficiente para pensar que su vida corría peligro, si el vehículo reanudaba su marcha.
También sostuvo que los efectivos se identificaron correctamente al salir del vehículo y que el automóvil tenía las balizas policiales encendidas.
El dato adquiere relevancia debido a que uno de los argumentos de la acusación fue que Vienneau entró en pánico, al pensar que estaba siendo víctima de un ataque de terroristas.
Los abogados de los agentes sostuvieron además que todo el proceso estuvo basado en la presunción de un mal proceder por parte de los policías, a los que se buscó culpar desde un primer momento.
Ambos efectivos estuvieron suspendidos de sus funciones mientras se esperaban las conclusiones incluidas en el informe del árbitro.
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