Algunos canadienses viven en inseguridad alimentaria. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes

La lucha contra el hambre en Canadá

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En 2019, los bancos de alimentos en Canadá recibieron la visita de poco más de 1 millón de personas.

Si bien la cifra de particulares que cada mes visita esos centros de asistencia sigue siendo elevada, los datos globales muestran un descenso del orden del 1 por ciento con el números de servicios brindados el año precedente.

Según el informe elaborado por la entidad Food Banks Canada (Bancos de Alimentos Canadienses) la mejora se debería, principalmente, a los buenos indicadores económicos registrados en los últimos meses en el país, entre los que sobresale una baja tasa de desocupación, que se mantiene por debajo del 6 por ciento.

Los aportes voluntarios son esenciales para los bancos de alimentos PHOTO/SUBWAY Canada

El mismo reporte indica que a marzo de 2019, la cantidad de gente que requirió asistencia alimentaria se ubicó en niveles similares a los de 2010, cuando se produjo un descenso tras el pico generado por la crisis económica de 2008.

Para muchas personas, los bancos de comida representan un último recurso para prodigarse un servicio básico como el que le permite satisfacer su necesidad de alimentos. En algunos casos se trata de personas sin empleo ni ingresos. Pero un fenómeno relativamente nuevo es el de quienes aún con empleo e ingresos regulares, no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a todo los gastos de su vida cotidiana.

Aún cuando las visitas a los bancos alimentarios se han reducido, el porcentaje de niños que dependen de estos para poder comer sigue siendo muy elevado.

No todos los niños pueden alimentarse adecuadamente en Canadá. Foto: iStock.

En base a datos de marzo de 2019, 34,1 por ciento de los menores de 18 años debieron asistir al socorro de los bancos de alimentos. Es decir, ellos constituyeron el 19,4 por ciento del total de las personas asistidas por esas entidades a nivel nacional.

Por su lado, 48,1 por ciento de las personas que viven solas se vieron obligadas a solicitar la ayuda, mientas que ese fue también el caso del 18,3 por ciento de las familias monoparentales, es decir, aquellas con niños pero donde sólo está presente uno de los progenitores.

Entre la “beneficiarios” de los bancos de alimentos, 17,3 por ciento reciben prestaciones provinciales por invalidez, 9 por ciento cobra una pensión, 26,3 por ciento obtiene las dos asistencias anteriores combinadas y 12,1 por ciento estuvo constituido por personas cuyo ingreso principal proviene de su empleo.

El 70,4 por ciento de los concurrentes a los bancos son locatarios y el 14,4 por ciento habita en viviendas sociales, es decir, subvencionadas por el Estado.

Las personas solas están entre las más afectadas por la situación. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes

Del 1.084.386 visitas globales a los bancos de alimentos, 150.732 pertenecieron a personas que habitan en un medio rural, de las cuales 49.620 eran niños.

El total de comidas y colaciones entregadas se elevó a 5.570.329, que fueron distribuidas por 2.326 bancos de alimentos.

El 12 por ciento de los hogares canadienses, es decir 1 de cada 8. ha experimentado inseguridad alimentaria a lo largo de los últimos 12 meses.

Entre las razones que Food Banks Canada cita para que las personas se vean obligadas a recurrir a su asistencia figuran: monto de ayuda y prestaciones sociales insuficientes 43,4 por ciento; salarios bajos 19,4; pérdida del empleo 9,2; horas de trabajo insuficientes 7,2; gastos imprevistos 5,2; enfermedad o gastos en medicamentos 4,2; sin techo 4; inmigración o mudanza 3,3; endeudamiento 1,7; crisis familiar 1,4 y catástrofes naturales 0,8.

Food Banks Canada pide más recursos para satisfacer la demanda de ayuda. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes

Un dato que resalta es el aumento considerable de personas mayores que deben pedir ayuda alimentaria. Entre los adultos que han superado los 65 años de edad, el 29,82 por ciento no puede satisfacer por sí misma sus necesidades de comida.

La entidad resalta el peso creciente que el costo de la vivienda tiene en el deterioro de la calidad de vida de las personas que, aún con ingresos salariales, deben destinar una porción cada vez mayor de esos recursos al pago de un techo.

Los recortes en los planes sociales, como es el caso de la provincia de Ontario, por ejemplo, también constituyen un factor que agrava de manera acelerada la situación.

Para hacer frente al cuadro de situación, Food Banks Canada reclama a las autoridades canadienses la creación de servicios a bajo costo de educación y cuidado de niños, aumentar el apoyo a los adultos solos con bajos ingresos, un programa federal de ayuda para acceso a la vivienda, proyectos pilotos para establecer un ingreso básico para todas las personas y reducir la inseguridad alimentaria en el norte, donde habitan principalmente las comunidades indígenas.

Carolina Macías, de Food Banks Canada, nos habla del tema en entrevista con RCI.

Categorías: Economía, Política, Sociedad
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