Qapik Attagutsiak, de 99 años, de la comunidad de Arctic Bay, en el Lejano Norte canadiense, fabricando guantes en su qarmaq (vivienda interestacional individual). Detrás de ella hay cosas que le han sido dadas por gente de todo el mundo. (Foto: ©CBC Jordan Konek)

Anciana inuit de 99 años, honrada como heroína de la Segunda Guerra Mundial

Qapik Attagutsiak y otros miembros de su comunidad en el Lejano Norte jugaron un papel esencial durante la Segunda Guerra Mundial al recolectar voluntariamente huesos y cadáveres de animales, que luego se enviaron al sur de Canadá para convertirlos en municiones, pegamento para aviones y fertilizantes.

En total, se recogieron millones de kilos de material en todo Canadá para ayudar al esfuerzo de la guerra. Qapik originaria de la comunidad de Arctic Bay, es la última sobreviviente conocida que participó en este esfuerzo de recolección de huesos en el Ártico durante el conflicto bélico.

Este lunes fue homenajeada por su contribución.

La ceremonia conmemorativa se llevó a cabo en el Museo Canadiense de Historia en Ottawa ante una audiencia de varios cientos de invitados, incluyendo miembros de la comunidad local, dignatarios y estudiantes.

El evento contó con el auspicio del anciano Simon Brascoupé de la Primera Nación Kitigan Zibi Anishinabeg, también con cantos de garganta tradicionales y con bailes con tambores por parte de jóvenes inuits, así como con la presentación de un gran inunnguat (una figura con forma humana parecida a un inukuk) en honor a Qapik cubierto con dibujos hechos por los niños de la escuela local.

Qapik ríe en compañía de con Justin Trudeau en última visita del primer ministro de Canadá a Arctic Bay en agosto del 2019.  (Foto: Jim Bell / Nunatsiaq News)

¿Quién es Qapik?

Desde coser la ropa, pasando por construir ventanas transparentes para los iglús con intestinos de las morsas, hasta convertirse en partera a la edad de 18 años, Qapik Attagutsiak adquirió muchas habilidades desde una edad muy temprana.

«Qapik Attagutsiak es una respetada y muy querida Anciana en Arctic Bay y en todo el Qikiqtaaluk. Es mi privilegio conocerla y admirarla. Sus contribuciones a nuestra cultura, y a la unión de tradiciones y a la unión de generaciones de inuits son notables. En nombre del Gobierno de Nunavut, me siento honrado de ser parte del reconocimiento a su vida, y a todos los inuits que ayudaron en los vitales esfuerzos a nivel comunitario para ayudar a nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial».David Akeeagok, Viceprimer Ministro de Nunavut y Ministro de Desarrollo Económico y Transporte

Qapik Attagutsiak (CNW Group/Parks Canada)

En julio de 2018, Parques de Canadá grabó la voz de Qapik mientras relataba los recuerdos de su vida y cómo ella y otros miembros de las comunidades del Ártico Oriental vivieron la Segunda Guerra Mundial. Los detalles de sus relatos eran, hasta ese momento, desconocidos, incluso para sus propios hijos. (Lea extractos de esos relatos aquí abajo) 

Hoy en día, como Anciana, sigue contribuyendo a su comunidad. Se involucra activamente en transmitir sus habilidades y comparte su conocimiento para inspirar a las generaciones más jóvenes de Arctic Bay a abrazar su patrimonio natural y cultural.

En sus propias palabras

» Cuando me ven, podrían pensar que nunca viví ninguna dificultad, pero las he tenido. Como ustedes las vivirán. Por eso, deben aprender a aceptar y a celebrar la ayuda mutua y quienes somos. Tenemos que ayudarnos mutuamente aunque haya muchas batallas que librar, siempre habrá esperanza y solidaridad.» 

En los siguientes extractos, se pueden leer algunos de los relatos que Qapik Attagutsiak compartió con la dirección del proyecto Hometown Heroes/Héros de chez nous de Parcs Canada. En el que sigue, ella describe la primera vez que oyó hablar de la Segunda Guerra Mundial en 1940:

«Oímos hablar de la gente en la Guerra Mundial, de que podrían estar desplegando soldados que saltarían de aviones… los inuits tienen miedo de matar a otros humanos. Teníamos miedo de que nuestros maridos murieran si se encontraban con alguien que hubiera saltado de un avión. Pensamos que nunca volverían. El sacerdote católico nos habló de la Guerra Mundial. Después de que los perros se enfermaran. Esta era la zona a la que solíamos ir todos los años para la caza de morsa que se llamaba Qaiqsunik [en Foxe Basin]. Aunque estábamos allí específicamente para cazar morsa, los perros empezaron a morir uno tras otro», explica.

Qapik también explicó que recogió los restos de sus perros de caza:

«Cuando el hielo del mar se rompió, los perros muertos que flotaban alrededor fueron arrastrados por el hielo a la deriva.Cuando nos deshicimos de los restos de los perros, nos dijeron que teníamos que recuperar los huesos porque el ejército quería que los inuits hicieran algo para hacer humo. [No había ninguna palabra inuktitut para los explosivos] Sólo oímos hablar de humo; no sabíamos qué estaba pasando. Nos enviaron bolsas grandes. Nuestro difunto abuelo Ullalaaq – el líder de Igloolik en ese momento – fue quien empacó los restos. Nosotros, los más jóvenes, le llevábamos las sobras a él. Nuestro abuelo solía empacarlas en grandes bolsas de red», agrega. Ella los describe como bolsas que pueden contener 125 libras (57 kg).»

Explica que en su campamento se recogieron huesos de morsa, focas y perros. Sólo los miembros adultos de su campamento recogieron los huesos (había varios campamentos en una comunidad) llenando unas tres bolsas al día durante una semana completa.

«Recogería los huesos con ellos. Estábamos terriblemente asustados», explicó Qapik, «[los huesos] estaban llenos de sangre y aunque había carne en los huesos, no nos molestaba, aún así los empaquetamos. «Recuerda que le temía a los gusanos en los apestosos cadáveres, y añadió: «Supongo que valió la pena, siempre y cuando ganáramos». También se han recogido huesos de animales de otras comunidades del Ártico oriental, dice. «Creo que lo hicimos en los campos pequeños. Creo que todos lo hicimos.»

La Hudson’s Bay Company tenía un sistema de envío para entregar suministros y materiales de construcción a las comunidades del norte. Las bolsas se cargaban en pequeños barcos o goletas como si fueran «retornos». Luego los barcos procedían al gran buque de vapor al que transferían su carga, el RMS Nascopie, que transportaba la carga de cadáveres de animales como carga de cubierta hacia el sur, a puertos industriales como Montreal o Halifax.

Al final de las hostilidades en Europa, Qapik explica que el sacerdote le dijo, a través de un inuit : «Hicieron humo con los huesos que cosechamos y [los aliados] ganaron. Los alemanes perdieron a la mayoría de su gente. «Aliviado, dijo, «Dejamos de pensar en ello de inmediato.»

Héroes de la Comunidad

Organizado en colaboración con las Fuerzas Armadas Canadienses y el Museo Canadiense de Historia, esta celebración forma parte del proyecto Hometown Heroes / Héros de chez nous, una iniciativa comunitaria para honrar a  mujeres y hombres, miembros de las Fuerzas Armadas canadienses o civiles, que contribuyeron al esfuerzo bélico de Canadá durante las Guerras Mundiales.

«Me enorgullece reconocer las notables contribuciones de Qapik Attagutsiak, y de sus compañeros inuit, durante la Segunda Guerra Mundial, como un ejemplo de la larga historia y el espíritu común que conecta a los pueblos indígenas de Canadá con la comunidad militar canadiense. Los esfuerzos de la anciana Attagutsiak y los de otros como ella son un humilde recordatorio de que el éxito de nuestros soldados en el extranjero se fortalece en gran medida por el trabajo de los canadienses de a pie en el frente interno. Este legado de servicio siempre será una pieza valiosa de nuestro patrimonio común».Teniente General Wayne Eyre, Comandante del Ejército Canadiense y Campeón del Equipo de Defensa de los Pueblos Indígenas

En el caso de Qapik, el proyecto Héroes de la Comunidad dice querer compartir con los canadienses la historia no contada de cómo los inuits de las comunidades de Nunavut, incluyendo Qapik contribuyeron a la historia del país.

«Con Hometown Heroes / Héros de chez nous, el Gobierno del Canadá asegura querer conectar a los canadienses con las personas, los lugares y los acontecimientos importantes que contribuyeron al patrimonio del país, incluida la conmemoración del 75º aniversario de la Segunda Guerra Mundial en 2020. Qapik Attagutsiak se une a una lista cada vez mayor de canadienses que han sido reconocidos por sus contribuciones durante la Primera y/o Segunda Guerra Mundial. Hasta la fecha, más de 140 canadienses de todo el país han sido reconocidos en el marco de la iniciativa Hometown Heroes / Héros de chez nous. «Extracto del comunicado oficial

Recordemos que la Segunda Guerra Mundial representa un evento importante en la historia de Canadá. Entre 1939 y 1945, más de un millón de hombres y mujeres canadienses sirvieron en uniforme, y millones más contribuyeron.

RCI con informaciones de Parcs-Parks Canada / Gobierno de Canadá / APTN / CNW
Categorías: Indígenas, Sociedad
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