El primer ministro de Alberta, Jason Kenney, reiteró el interés de su provincia por profundizar los vínculos comerciales con Quebec, al referirse a la apertura de una oficina de representación de Alberta en Montreal.
El mandatario reconoció que las políticas económicas impulsadas por su provincia, sobre todo en lo referente a la explotación de recursos naturales y cuestiones energéticas, genera preocupación entre los quebequenses en relación al tema ambiental.
El transporte de crudo genera siempre debate y preocupación. THE CANADIAN PRESS/John Woods
Entre las iniciativas que más fricciones crearon entre ambas provincias se encuentra el proyecto de oleoducto Energy East, que tenía como objetivo transportar el petróleo crudo albertense, en el oeste del país, con destino a los puertos y refinerías de Nuevo Brunswick, en la costa del Atlántico, pero que debió ser dejado sin efecto por la oposición manifestada por Quebec, donde numerosas voces se alzaron para protestar sobre los riesgos que el paso de esa sustancia representaba para la provincia, ante la eventualidad de un derrame accidental.
Las relaciones entre ambas partes se tensaron aún más cuando Kenney cuestionó el sistema de perecuación, por el cual se reparten las cargas fiscales entre las diversas provincias y territorios del país.
El mandatario sostuvo en su momento que, tal como está diseñado, este sistema permite a la provincia de Quebec beneficiarse con las ganancias producidas por el petróleo de Alberta, aún cuando critica y bloquea a ese sector económico.
A Notley le preocupa el costo de la nueva oficina. THE CANADIAN PRESS/Jason Franson
En la nueva etapa, Kenney parece convencido de que buena parte de los desencuentros entre Alberta y Quebec se deben a una falta de información precisa sobre los diferentes temas y reafirmó su convicción de que la nueva oficina servirá como mecanismo de intercambio entre las autoridades de ambas jurisdicciones pero, también, para clarificar la posición que Alberta tiene sobre los diferentes asuntos, incluida la preocupación por el medioambiente y el cambio climático.
“Debemos comprender que Quebec está muy preocupado por las cuestiones ambientales. Tenemos que comunicar correctamente sobre este asunto… Yo mismo voy a visitar la provincia más frecuentemente”, dijo Kenney según la agencia The Canadian Press.
Por su parte, Rachel Notley, predecesora de Kenney en el cargo y actual jefa de la oposición por el Nuevo Partido Democrático, aclaró que si bien durante su mandato estuvo a favor de defender la iniciativa del oleoducto, demandará al gobierno conservador de su provincia que brinde más precisiones sobre el rol y el costo de la oficina en Montreal.
Notley no se mostró convencida sobre la pertinencia del ente y se expresó más favorable a que el gobierno de Alberta deje de “atacar a todo el que expresa un punto de vista diferente” al del gobierno provincial.
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