Mario Bunge (1919-2020), filósofo argentino-canadiense, murió en Montreal el 24 de febrero. Había pasado la mayor parte de su carrera en la Universidad McGill, donde era profesor emérito. Foto: Universidad McGill

Mario Bunge, el gran filósofo argentino que amaba Canadá, se fue a los 100 años

Mario Bunge (1919-2020), filósofo argentino-canadiense, murió en Montreal el 24 de febrero. Había pasado la mayor parte de su carrera en la Universidad McGill, donde era profesor emérito.

Difícilmente se puede imaginar una carrera más prestigiosa y prolífica que la de este filósofo argentino canadiense que escribió sobre filosofía de la ciencia y epistemología, sobre física teórica, psicología, matemáticas y ontología.

Bunge escribió decenas de libros además de centenares de artículo. Su libro más conocido es La ciencia, su método y su filosofía, publicado en 1960, en el que explica las bases del método científico. Y también los ocho volúmenes de su Tratado de filosofía básica.

Su primer libro, Causalidad (1961), publicado por primera vez en inglés en 1959, fue probablemente el primer trabajo latinoamericano regularmente citado internacionalmente. Bunge luego se convertiría en una inspiración para generaciones de académicos latinoamericanos.

Como lo señala El País, fue el filósofo de lengua castellana más citado en en el mundo.

Diversos artículos de homenaje en su honor coinciden en señalar que Mario Bunge luchó incansablemente durante toda su carrera contra las pseudociencias.

Un amigo en Montreal

Alberto Rabilotta, periodista argentino canadiense tuvo una relación muy cercana con Bunge. Nos dijo que recibió con mucho dolor la noticia de la pérdida de un  “gran cómplice en esa gran aventura que es el desarrollo de la inteligencia y de la percepción de la realidad del filósofo Mario Bunge”.

Bunge vivió los últimos 60 años en la ciudad de Montreal, ciudad señala Rabilotta, “que tanto para él, como para mí y otros argentinos,  fue su tierra de exilio para escapar a las dictaduras que asolaron nuestro país”.

Lo interesante de conversar con alguien que conoció de cerca a Bunge es descubrir un lado que muchas veces no reflejan las entrevistas con carácter científico y que abundan por cierto en el caso de Bunge

Alberto Rabilotta le había solicitado una de esas entrevistas en los años 90, “durante la cual en buena parte y por las preguntas que le iba haciendo me di cuenta que fui yo el entrevistado, lo que encausó un diálogo que aún recuerdo y que sentó la base de una “complicidad” entre el gran filósofo de las ciencias y este humilde autodidacta que comenzó a formarse en una ciudad de Buenos Aires que en los años 60 era un maravilloso hervidero intelectual donde se alimentaba la curiosidad sin límites, en las aulas –que no frecuentaba pero a la que asistían amigas y amigos-, en los cafés que casi todos frecuentábamos en la calle Corrientes, donde bastaba pedir un café con leche para compartir la mesa y el “conversatorio” con profesores y alumnos, intelectuales y autodidactas, o en esas librerías que no dormían y con libros tan baratos que cada minuto libre podía ser dedicado a la lectura, y por supuesto con el siempre presente fermento intelectual propio de las luchas sociales, sindicales y políticas en un país entonces amenazado por dictaduras militares”.

Rabilotta describe de esa manera el ambiente en el cual vivió y se desarrolló el pensamiento de Mario Bunge, además de haber sido influenciado fuertemente por las ideas de sus padres, como él mismo lo señaló muchas veces, un hogar donde predominaba un pensamiento socialista.

La influencia de sus padres en el pensamiento de Mario Bunge

Su madre alemana era una enfermera que había trabajado en China y Argentina antes de la Primera Guerra Mundial. Su padre argentino, médico, congresista de izquierda y sociólogo, fue un pionero en medicina social.

Había escrito y presentado un importante proyecto de ley que recomendaba el acceso universal y gratuito de la medicina en 1936.

«Tuve la suerte de crecer bajo su influencia porque en casa escuché conversaciones sobre política, sociología, medicina, literatura».

En 1938, cuando todavía no había cumplido los 20 años, Mario Bunge fundó la Universidad Obrera Argentina, que llegó a tener más de 3.000 estudiantes.

Rabilotta y Bunge compartieron muchas conversaciones. Al filósofo le interesaban sobremanera los temas económicos y encontraba en Rabilotta el interlocutor ideal debido a que esa era la especialidad del periodista.

« Nos vimos varias veces, para entrevistas que yo le pedía o cuando él me llamaba para conversar sobre temas económicos que yo cubría cotidianamente desde hacía años en tanto que periodista de agencia de prensa, y que correspondían a la fase inicial de la globalización neoliberal, o sea a finales de los años 90 y comienzo del siglo 21”.

«Lo que puedo asegurar es que amaba a su país de origen y también a Canadá, que fue un antiimperialista y crítico de la globalización neoliberal».

La última publicación de Bunge data de poco antes de cumplir los 100 años, en 2019: “Promesas y peligros de los avances tecnológicos”.

Más información:

En inglés:

Mario Bunge : philosophy and physics

Mario Bunge dies, the scientist who extended his hand to humanism

En castellano:

Muere Mario Bunge, uno de los científicos hispanohablantes más citados de la historia

Homenaje a Mario Bunge: «Menem no fue peronista; Kirchner, sí»

En francés:

Hommage au philosophe Mario Bunge

In memoriam: Mario Bunge

Categorías: Política, Sociedad
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