Según la Universidad Western, de Ontario, dos metros de distancia no son suficientes para protegerse frente a una persona con coronavirus que tose frente a uno. (Foto: SHUTTERSTOCK)

COVID-19: Frente a una persona que tose, 2 m de distancia no alcanzan

Las gotitas de saliva que se proyectan cuando alguien tose sin taparse la boca no sólo viajarán dos metros en tres segundos, sino que seguirán viajando más allá de esa zona. Y la nube que contiene los gérmenes continuará flotando en la zona de dos metros hasta tres minutos después de ser liberada.

Un nuevo estudio de la Universidad Western, en Ontario, sugiere que la regla de la distancia física de dos metros recomendada por la Organización Mundial de la Salud, OMS, para detener la propagación del coronavirus puede no ser suficiente, si alguien tose directamente frente a usted sin cubrirse la boca.

La OMS recomienda mantenerse a más de 1-2 metros de distancia de otras personas para evitar contagios, pues los virus que infectan los pulmones, como el nuevo coronavirus, son muy efectivos en su propagación debido a la tos y a los estornudos y a las secreciones que estos expulsan en el aire.

Si estas secreciones caen en algún objeto o superficie, cualquier persona puede contagiarse si entra en contacto con ellas.

¿Significa esto que las recomendaciones de la OMS no son buenas?

“No, la mayoría de las veces sí lo son”, dice el profesor de ingeniería Eric Savory de la universidad Western.

«Lo que creo que la gente debería entender es que, si una gotita sale de la boca de alguien infectado, esa gotita no se detiene a los dos metros”.

La investigación

La ingeniosidad de los científicos no tiene límites en tiempos urgentes.

Crearon una cámara de tos, que es en realidad un cubo cerrado de madera de dos metros con una abertura y una barbilla en la parte delantera, que se utiliza como punto de acceso para que los participantes del estudio tosan. Dentro del cubo, instalaron una cámara y un láser que se utilizan para determinar la velocidad de las gotas expulsadas de la tos.

La caja donde se llevan a cabo las investigaciones. Western U. Illustration by Frank Neufeld
Cough Chamber

En esa caja, personas con diferentes cepas de gripe tosían sin riesgo de infectar a nadie.

El profesor de ingeniería Eric Savory y su equipo de la Universidad Western se pusieron como objetivo comprender cómo enfermedades como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el VIDC-19 se propagan por el aire cuando tosemos.

Y aunque las pruebas físicas incluyeron también muestras de la temporada de gripe 2017-18, mucho antes del brote mundial de COVID-19, los investigadores aseguran que los datos que surgieron permitirán a funcionarios del gobierno del área de la salud y a los trabajadores de la salud que están en la primera línea de la lucha contra la propagación de la enfermedad mortal obtener datos y análisis valiosos.

El tiempo apremia para luchar contra la propagación de la enfermedad mortal.

El profesor Savory cree que si los sujetos del experimento tuvieran COVID-19 o algún otro tipo de infección respiratoria, los resultados habrían sido similares.

El proceso 

Los investigadores han descubierto que cuando una persona tose sin taparse la boca, es casi imposible protegerse de las gotitas.

«Si una persona tose en línea directa sin cubrirse la boca, las gotas viajan una buena distancia, tomando en cuenta que el chorro se desplaza alrededor de un metro por segundo, entonces es difícil evitarlo», dice Savory.

Lo que la gente necesita saber  «es que las gotas no se detienen repentinamente después de alcanzar los dos metros.»

Tres metros de distancia mejor, cuatro, ¡mucho mejor!

Para prevenir la propagación de COVID-19, hay que tirar prácticamente por la borda la distancia de dos metros.

Savory, que cree que este estudio es el primero en analizar la distancia que recorren las gotitas de tos.

«Porque en realidad, nadie ha medido nunca antes el flujo de aire de la tos», y ahora su equipo con su descubrimiento está haciendo la transición hacia el análisis de la pandemia COVID-19.

El equipo de la Universidad Western contó con la colaboración de virólogos en el Hospital Sunnybrook de Toronto.

La cámara de tos

Universidad Western

Los próximos pasos

El equipo de investigación interdisciplinaria de Eric Savory, junto con con Eric Arts de la Escuela de Medicina y Odontología Schulich de Western y Franco Berruti del Departamento de Ingeniería Química y Bioquímica de Western, van a analizar ahora las direcciones que toman las gotas de COVID-19 en el aire a través de las diferentes superficies materiales para verificar su supervivencia en diferentes condiciones de temperatura y humedad.

Esta investigación adicional se llevará a cabo en el laboratorio de contención del ImPaKT de Western, donde Arts y sus colaboradores están desarrollando activamente una vacuna eficaz contra COVID-19.

Western University-CBC

 

 

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