En Canadá, como en todo el mundo, la aparición del coronavirus implicó un desafío múltiple, sobre todo a la hora de adecuar la respuesta sanitaria ante un patógeno cuyas características siguen siendo un incógnita incluso para los expertos.
En forma muy rápida quedó en claro que debía darse respuesta a una enfermedad nueva, transmitida por un virus cuya capacidad de mutación y resistencia al medioambiente parece superior a la de microorganismos similares.
La necesidad de producir equipamiento y recursos sanitarios a gran escala, en una gama tan extensa que va desde los respiradores a los tapabocas y mascarillas, llevó a las autoridades en diversas partes del mundo a pedir a empresas de otros rubros que se aboquen a elaborar esos productos.
Desinfectar para prevenir
Entre los desarrollos que tuvieron lugar en suelo canadiense hay que contar el trabajo llevado a cabo por expertos de la Universidad de Guelph, en Ontario, quienes diseñaron un producto capaz de eliminar con gran efectividad las bacterias y virus presentes en las superficies.
Expertos del departamento de Ingeniería de la universidad diseñaron un sistema que se vale de sustancias desinfectantes, que a partir del contacto con de luz es capaz de esterilizar las superficies tratadas, con una efectividad que sus responsables sostienen que llega al 99 por ciento.
El NanoCleanSQ, como bautizaron al producto, puede convertirse en un aliado a la hora de impedir la propagación del virus en sitios de gran concurrencia de personas, como el transporte público.
Según los responsables de la iniciativa, “la reducción de la contaminación de la superficie tendrá un impacto directo en la protección de los trabajadores sanitarios de primera fila, los ancianos de la residencias de cuidados a largo plazo y el público en general”, en momentos en que la autoridades comienzan a definir las medidas que permitan una vuelta a la actividad social “normal”, es decir, retomar las actividades en términos similares a los vigentes antes de la pandemia.
¡Peligro, superficie contaminada!
Uno de los temas debatidos y aún en estudio por parte de los los científicos es la sobrevida que el virus tendría en las superficies de los materiales.
El dato no es menor. Si retomamos el ejemplo del transporte público, que aquí como en cualquier parte del mundo se encuentra atosigado de gente sobre todo en las horas de punta, es fácil imaginar el daño que el virus podría provocar si, depositado por una persona infectada en un pasamano, la manija de una puerta o el lector de tarjetas de los molinetes, es contagiado a las miles de pasajeros que utilizan el metro o el autobús cada día.
El “desinfectante” desarrollado en Guelph puede ser usado en superficies como el plástico de las sillas o las empuñaduras de las puertas para reducir la expansión del virus, evitando que el mismo pase de una persona a otra.
La tecnología se vale del uso de un fotocatalizador, es decir, una capa química protectora que se activa con la luz, cuyo efecto es el de descomponer los agentes contaminantes y los convierte en inofensivos.
Los ensayos llevados a cabo demostraron un nivel de eficiencia muy superior respecto de otras sustancias utilizadas en la esterilización.
Según el profesor Bill Van Heyst, uno de los responsables del proyecto, el procedimiento tiene como antecedente una tecnología destinada al combate de la polución, conocida como SmogStop, que fue probada con éxito a lo largo de la autopista 401, una de las más transitadas e importantes de la provincia de Ontario.
La protección producida por el agente esterilizante puede extenderse durante varias semanas, impidiendo la supervivencia de los virus, entre ellos el del coronavirus.
Los expertos de la Universidad de Guelph contaron la colaboración de una firma privada, Envision SQ.
Las previsiones apuntan a comenzar la producción masiva del producto en las próximas semanas, con vistas a la aplicación del mismo en lugares clave como autobuses, aviones, elevadores, y otros en los que la concentración de personas podría convertirse en un terreno fértil para la propagación de la enfermedad.
Innovación y desafíos
El desarrollo del NanoClean SQ se inscribe en una serie de innovaciones en el marco de la iniciativa NGen, que reúne a compañías industriales, investigadores, laboratorios y firmas tecnológicas, y que cuenta con participación de fondos gubernamentales.
NGen anunció en marzo una iniciativa para desarrollos de punta con vistas a responder a la emergencia planteada por el coronavirus y que ya recibió más de 900 propuestas.
Su tarea se lleva a cabo en coordinación con el ministerio de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico, el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá y el ministerio federal de Salud.
Fuentes: Universidad de Guelph, Envision SQ, NGen, Bill Van Heyst.
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