Edificio de apartamentos en Montreal. La transnacional Akelius posee más de 3.500 unidades de apartamentos en Toronto, y unos 3.900 en Montreal. (iStockphoto)

La ONU denuncia a una transnacional de la vivienda de cometer abusos en Canadá

La crisis de la pandemia ha sacado a la luz muchos aspectos que hacían parte de la “normalidad” en la vida cotidiana de la población en Canadá y el mundo. También ha colocado sobre la mesa temas centrales en el modo de funcionar de las sociedades.

Uno de esos temas es el de la vivienda. ¿Debe ser considerada como un derecho humano?, ¿o debe ser una necesidad humana más bien sometida a la especulación comercial y la búsqueda de ganancias?

El pasado 29 de abril, la Relatora especial de la ONU sobre vivienda adecuada, Leilani Farha, emitió una declaración pública en la que acusa a la transnacional sueca Akelius Residential de cometer una práctica conocida como “renoviction” o “renoexpulsión”, que consiste en pretender llevar a cabo renovaciones en un edificio con el propósito final de expulsar a los inquilinos para aumentar el precio de los alquileres.


«El modelo de negocio de Akelius, empujado por el deseo de maximizar ganancias, ha creado un entorno hostil para sus inquilinos a través de una grave degradación de las condiciones de la vivienda, alquileres más altos y un mayor riesgo o amenaza de desalojo.»

Leilani Farha. Relatora Especial de la ONU sobre el derecho a la vivienda.


Esta transnacional sueca, Akelius Residential Property AB, valorada en cerca de 13 billones de dólares es dueña de unos 50.000 apartamentos, y es una de las compañías inmobiliarias más grandes en Europa.

En el comunicado, Farha dijo que había oído hablar de muchos casos en los que Akelius utiliza un modelo de negocio agresivo que causa estragos en la vida de las personas y que le comunicó a la empresa que sus operaciones en el Reino Unido, Canadá y Alemania son incompatibles con la legislación internacional de derechos humanos sobre el derecho a una vivienda adecuada.

Este edificio de Akelius en la Avenida Jameson es uno de los siete que la compañía posee en Parkdale, una zona de Toronto. En total, la compañía opera más de 3.500 unidades en Toronto. (Doug Husby/CBC)

Entre los inquilinos abusados por esta empresa se encuentran miles de personas en Toronto y Montreal. Akelius posee más de 3.500 unidades de apartamentos en Toronto, y alrededor de 3.900 en Montreal.

«Me han dicho que Akelius compra bloques de apartamentos, a menudo con inquilinos viviendo en ellos, y luego lleva a cabo renovaciones en las áreas comunes y apartamentos vacíos dentro del bloque, independientemente de la necesidad», dijo Farha en la declaración.

Según Farha, Akelius utiliza esas renovaciones para aumentar el precio de los alquileres tanto a los inquilinos existentes como a los nuevos, eludiendo las normas de control de alquileres.

En respuesta, Shelly Lee, ejecutiva de Akelius en Toronto, dijo que la declaración de las Naciones Unidas es engañosa y fue preparada sin el aporte de la compañía, negando que la gente esté siendo maltratada o forzada a salir de sus apartamentos. «Nuestra idea de negocio es proporcionar una vida mejor. Eso viene con renovaciones, y también con mejores servicios”, dijo ella.

Sin embargo, esa no fue la experiencia de dos canadienses: Beverly Kreller y su marido Howard Druckman, que han vivido durante décadas en un apartamento en la calle St. Joseph, en el centro de Toronto.

Beverly Kreller y Howard Druckman han vivido en su apartamento de la calle St. Joseph durante décadas, y dicen que no tuvieron ningún problema hasta que la transnacional Akelius compró la propiedad hace unos dos años. (Foto: Mike Smee/CBC)

Según Kreller Akelius se hizo cargo del edificio hace unos dos años, y desde entonces las renovaciones y el trabajo de mantenimiento han sido casi ininterrumpidos, dijo.

Druckman mostró unos 38 avisos que dijo haber recibido de Akelius desde octubre, cada uno advirtiendo de una inminente interrupción de servicios, «apagando la calefacción, cerrando el agua, entrando en los apartamentos, comprobando las alarmas de incendio… ha sido muy perturbador», dijo ella, señalando que «A menudo están renovando cuando la renovación no es necesaria.”

Farha sostuvo en una entrevista con la CBC de Toronto que la experiencia de la pareja no era un caso aislado y que esas renovaciones se hacían tan molestas para la vida diaria de los inquilinos que ellos sentían que estaban siendo forzados a dejar el apartamento. Y una vez que un departamento está vacío, es mucho más fácil subir el alquiler, explicó la Relatora especial de la ONU sobre vivienda adecuada.

Ella también dijo que en 2014, las solicitudes de Akelius para aumentar los alquileres por encima de la norma representaban alrededor del 10% de todas las solicitudes en todo Canadá.

Shelly Lee, ejecutiva de Akelius en Toronto, dijo que no estaba al tanto de la situación en el edificio de la calle St. Joseph 16, pero reiteró que el trabajo que hace la empresa es necesario. «Cuando compramos edificios, compramos edificios antiguos que requieren mucho trabajo», dijo ella. «Pero, de nuevo, no obligamos a nadie a salir».

Lee también dijo que estaba sorprendida por la decisión de la ONU de amonestar públicamente a Akelius sin pedirle a la compañía su versión de la historia. «Todas esas acusaciones son infundadas… estábamos muy decepcionados», dijo ella.

Leilani Farha, la saliente Relatora Especial de la ONU sobre el derecho a una vivienda adecuada, dice que Akelius lleva a cabo renovaciones cuestionables, y luego sube el alquiler, una acusación que Akelius niega. (Foto: CBC / Zoom)

Por su parte, la Relatora especial de la ONU Leilani Farha declaró al difusor público canadiense que ella envió una carta a Akelius hace unas dos semanas, advirtiendo que estaba a punto de publicar una declaración acusando a la compañía de abusar de los derechos humanos de los inquilinos.

Farha añadió que su informe estará completo en unas seis semanas, después de ser revisado por los gobiernos de Canadá, el Reino Unido y Alemania.

Para la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el derecho a la vivienda adecuada es un derecho humano ya que la vivienda es la base de la estabilidad y la seguridad de un individuo o una familia.

“Considerada cada vez más como una mercancía, la vivienda es, sobre todo, un derecho humano. Según el derecho internacional, estar adecuadamente alojado significa tener una tenencia segura, sin tener que preocuparse por ser desalojado o por que le quiten su casa o sus tierras. Significa vivir en un lugar acorde con tu cultura y tener acceso a los servicios, escuelas y empleo adecuados”, dice el documento de la ONU sobre el derecho a la vivienda.

 

Fuentes: CBC / M. Smee / ACNUDH / Canadian Press / RCI

Categorías: Economía, Internacional, Sociedad
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