Gracias a películas como “Parque Jurásico”, estrenada en 1993 y dirigida por Steven Spielberg es que el público tiene en la memoria la imagen en acción de aquel imponente y aterrador dinosaurio carnívoro que recorría este mundo hace unos 70 millones de años, al final del período cretácico.
En varias secuencias de esta franquicia cinematográfica se puede ver al Tiranosaurio Rex corriendo, ya sea persiguiendo al jeep donde escapan los héroes de la película, o escapando a las corridas de la explosión de un volcán que pondrá fin a todo. Sin embargo, en la vida real, el rey de los dinosaurios no era un gran corredor.
Un artículo publicado esta semana en la revista científica PLOS ONE da cuenta de las recientes investigaciones sobre cómo se desplazaban los mamíferos y las aplica a los dinosaurios. Sus conclusiones apoyan las teorías que indican que estos enormes carnívoros, que pesaban entre 5 a 14 toneladas, cazaban en manadas y abre la posibilidad de comprender la ecología de los antiguos bosques por los que estos T. Rex deambulaban.
Uno de los coautores del documento, Hans Larsson, de la Universidad McGill de Montreal, explicó que los investigadores estaban tratando de averiguar cuánta energía entra y fluye a través de los ecosistemas del paleolítico.
«Si no podemos obtener una estimación de lo que necesitaban como alimento los mayores depredadores, entonces no tenemos la posibilidad de estimar nada».
Hans Larsson, biólogo de la Universidad McGill en Montreal.
Para averiguar cuánto necesitaba comer el T. Rex, los científicos necesitaban primero averiguar cómo se movía este dinosaurio, incluyendo cuán rápido podía correr. En el pasado, ese cálculo se hacía utilizando una fórmula basada en la altura de la cadera. Según Larsson, ese cálculo, al que se le añadía la masa corporal, podía dar más información sobre la velocidad que podían alcanzar estos animales prehistóricos.

El esqueleto fósil de «Scotty», el mayor espécimen conocido del Tiranosaurio Rex, en, exhibición en Japón. (Foto: WikiCommons)
El problema es que la velocidad de un animal depende de muchos factores: la longitud relativa de ciertos huesos de las patas; si corre sobre sus dedos o apoyado en sus talones, a lo cual hay que añadir el tamaño del animal.
«Lo que queríamos hacer era recalcular la velocidad de los dinosaurios usando algunos nuevos datos realmente geniales que han salido de las investigaciones sobre los mamíferos, en especial mamíferos realmente grandes.»
Larsson aplicó los datos de esas investigaciones a los dinosaurios, incorporando la masa corporal en el cálculo para establecer la velocidad de los mayores dinosaurios.
Investigaciones previas establecen que el T. Rex podía alcanzar velocidades de hasta 70 kilómetros por hora, una velocidad relámpago para un animal con un peso de más de 10 toneladas. En base a los nuevos cálculos, Larsson sugiere que la velocidad máxima que podría haber alcanzado el rey de los dinosaurios es de unos míseros 20 kilómetros por hora. Con tal velocidad, es imposible que el T. Rex de “Parque Jurásico” haya podido perseguir al jeep donde escapaban los humanos.
Para crédito del inmenso carnívoro, el biólogo canadiense Hans Larsson agrega que las largas patas del T. Rex sacaban ventaja a esos 20 kilómetros, ya que era un ritmo que el animal, sobre todo si tenía hambre, podía mantener por largo rato.

Hans Larsson, biólogo de la Universidad McGill en Montreal. (Foto: McGill University)
Un informe resumido de la investigación señala que para los dinosaurios terópodos que pesan más de una tonelada, la velocidad máxima de carrera está limitada por el tamaño del cuerpo, por tanto, las patas más largas están más bien mejor adaptadas para una caminata de baja energía mientras los depredadores merodean en busca de presas.
«Si este era su modo de cazar, y siendo capaz de recorrer distancias mucho más grandes a buen ritmo, ¿cuál era la forma de vida de estos dinosaurios? Los animales que funcionan así en la actualidad son los lobos, que cazan en manadas», explicó Larsson.
En la provincia de Alberta, cerca de la localidad de Red Deer, un grupo de muchos grandes fósiles de dinosaurios carnívoros parecen ser de miembros de una sola manada. Para Larsson, esta es una buena evidencia de su teoría.
Comprender cómo se desplazaba y cazaba el rey de los depredadores en los bosques del Cretácico permite a los científicos también hacer mejores preguntas sobre ese antiguo ecosistema.
¿Cuánta comida necesitaba el T. Rex para mover ese enorme cuerpo a esa velocidad? ¿Cuántos animales habría debido tener a su disposición para comérselos? Los animales que servían de alimento al Tiranosaurio Rex, ¿qué habría necesitado para comer? Según Larsson, encontrar respuestas a estas interrogantes tendrá beneficios directos para la biología moderna.
«Algunas de las preguntas fundamentales sobre los ecosistemas actuales todavía no han sido planteadas. En la mayoría de los casos, ni siquiera sabemos cuál es la red alimentaria».
Hans Larsson, biólogo de la Universidad McGill en Montreal
Para este investigador, la reconstrucción de una antigua red alimentaria a partir de registros fósiles incompletos podría dar a la ciencia una hoja de ruta para entender y explicar la increíble complejidad de un bosque vivo.
Fuente: CBC / Canadian Press / RCI
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