El cibersexo, una opción recomendada durante la pandemia. iStockPhoto.com

Sexo virtual durante la pandemia: ¿moda o revolución cibersexual?

El director de cine “Marco Brambilla”  lo pensó y lo recreó en su película futurista de ciencia ficción “Demolition Man” (El Demoledor) del año 1993. En ese film, ambientado en el año 2032, tener sexo carnal, con intercambio de fluídos era considerado algo sucio, peligroso, impensado. Para poder lograrlo, los dos protagonistas, Sandra Bullock y Silvester Stallone se fundían en una escena de sexo sin contacto, utilizando una “transferencia digitalizada de energías sexuales, con unos cascos conectados a centros sensoriales para simular directamente los placeres del sexo en el cerebro. ¿Pero qué pasa con las seductoras y seductores que buscan pareja en tiempo de pandemia? 

Evidentemente, en la realidad que nos toca hoy en día, la historia sexual podría llegar a dividirse entre el antes y después del Covid-19. Hasta el momento, no hay evidencia científica que indique que el coronavirus puede contagiarse por transmisión sexual. Sin embargo, el beso es una práctica más que común durante la práctica sexual y sí está comprobado que el coronavirus se transmite por intermedio de la saliva. Para aquellos que vimos la película “El Demoledor” en los 90s, la escena era surrealista, quizás absurda, pero parece que en tiempos de pandemia, hasta podría funcionar. 

Es dificil ahora predecir como podría evolucionar el sexo a partir de las normas de salud pública que indican que la mejor manera de no contagiarse manteniendo la distanciación social. En un artículo del periódico “The Guardian”, el Dr. Carlos E. Rodríguez-Díaz, profesor en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington aconseja practicar el distanciamiento social ahora, para intentar salir lo antes posible de esta situación. Quizás, una vez controlado el contagio del coronavirus, se podrán cambiar nuevamente las prácticas de socialización y volver a una “normailidad” donde es sexo en vivo y en directo entre personas que se están conociendo, pueda volver a ser una práctica común. 

Para el Dr. Rodríguez-Díaz, es importante concentrarse en el presente para poder vislumbrar un buen futuro. Rodríguez-Díaz recomienda usar este tiempo para canalizar la energía, y permitirse a uno mismo una exploración personal detallada y luego, sabiendo aproximadamente lo que uno busca, explorar nuevas parejas sexuales por medio de sexting o videollamadas que quizás no sean el ideal, pero de esta manera estaremos colaborando con el plan de frenar la propagación del coronavirus. 

La utilización de cámaras web para compartir videos es una de las prácticas más comunes. iStockPhoto.com

El sitio de internet “InStyle” aseguró que el sitio web Ashley Madison que se especializa en mujeres que buscan aventuras sexuales, está reportando 17 mil nuevas inscripciones por día, es decir, aproximadamente 1500 inscripciones más que en tiempos pre-coronavirus. En un estudio reciente, dicho sitio de encuentros descubrió que aproximadamente el 30% de sus usuarios están explorando la opción del cibersexo con sus nuevas parejas. En el mismo sitio se informa que otras aplicaciones de citas han aumentado significativamente sus membresías en tiempos de pandemia. OkCupid reportó un aumento del 10% en todo el mundo y Bumble aumentó un 84% las llamadas de voz y los video-chats en el mes de marzo. 

Según algunos analistas, estamos frente a una nueva revolución sexual, apresurada gracias a la pandemia, y en las manos de la Generación Z, quienes serán los encargados de llevarla a cabo pues son ellos quienes tienen el internet como una parte constitutiva de su realidad cotidiana a flor de piel. 

Para algunos sexólogos y entendidos en la materia, la cuarentena estaría forzando la exploración sexual, partiendo de la masturbación y luego con la interacción a distancia utilizando los artilugios tecnológicos para poder satisfacer los deseos carnales. El Camming (exposición sexual en cámara en vivo, con sitios internet que se encuentran entre los más populares del mundo), el sexting ( el envío de fotos, videos o mensajes de contenido sexual y erótico personal a través de dispositivos tecnológicos, ya sea utilizando aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico u otra herramienta de comunicación) o la comunicación directa, uno a uno, con la utilización de aplicaciones de videollamadas, son algunas de las posibilidades en tiempos de confinamiento. 

Datos de “eldiario.es” indican que las autoridades de Irlanda, Argentina y Nueva York entre otras grandes ciudades, recomendaron que la actividad sexual se limite a autoerotismo y el sexo virtual, mientras dure la pandemia y las indicaciones de distanciamiento social. Un estudio del “New York Post” reveló que durante marzo y abril, las menciones a fotos de desnudos se cuadruplicaron en Twitter, y aumentó sobremanera la utilización de emojis para representar genitales. 

Algunos países recomiendan el cibersexo durante la pandemia de Coronavirus. iStockPhoto.com

Evidentemente, en el sexo virtual no se ponen en juego los sentidos del tacto, el olfato o el gusto aunque los entendidos aseguran que lo visual, primordial en este tipo de interacción, sumado al uso de la palabra y lo netamente auditivo, están ocupando un lugar primordial en el cibersexo. 

El Peligro del Cibersexo

No todo es color de rosas con respecto al cibersexo. Uno de los principales problemas ligado íntimamente con el sexting es justamente la privacidad pues, una vez enviada la foto, o el video, o realizada la videollamada (que podría haber sido grabada), el contenido deja de ser propiedad del emisor y está expuesto al reenvío, que evidentemente no era el fin buscado. Es imperioso entonces la recomendación de la práctica sexual virtual con personas en las que se pueda confiar para evitar la difusión no deseada. El otro riesgo, que ya ha ocurrido en innumerables ocasiones, es perder el dispositivo que contiene toda esa información y que luego que todas esas fotos y videos puedan ser distribuidos sin consentimiento del propietario. Y la combinación más compleja es si se trata de menores de edad, que son en realidad, una buena mayoría de los que practican este tipo de interacción.  Los adolescentes y jóvenes no toman conciencia real de lo que podría suceder en el caso de que una foto íntima se filtrara en el internet dejando un tatuaje digital. 

En definitiva, todo indicaría que no se trata de una moda sino de un cambio que podría llegar a ser permanente, dependiendo de las condiciones dadas por la presente pandemia y como la sociedad se adaptará a la nueva realidad luego de finalizado el confinamiento.

Fuentes: eldiario.es, New York Times, The Guardian, Intramed.net, health.com

Categorías: Internet, ciencias y tecnologías, Sociedad
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