Lo que se creía que era un simple posicionamiento electoralista del político israelí Benjamín Netanyahu durante la última campaña electoral, que prometía la anexión del valle del Jordán y otras partes del territorio palestino ocupado de Cisjordania, empieza a tomar un cariz alarmante para la comunidad internacional.
Reunidos en el Consejo de Seguridad de la ONU el 20 de mayo, los miembros de la Unión Europea dijeron claramente que la anexión israelí de territorio palestino sería una violación del derecho internacional. Rusia y China también se oponen a la anexión planeada por el gobierno de Israel.
Por su parte, el embajador francés ante la ONU, Nicolas de Rivière, fue tajante al declarar que una anexión israelí de territorio palestino «Constituiría una flagrante violación del derecho internacional, que prohíbe estrictamente la adquisición por la fuerza de territorios ocupados. Tales medidas, si se aplican, no pasarán desapercibidas y no pasarán por alto en nuestra relación con Israel».
Para Nickolay Mladenov, Coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, el anuncio palestino de abandonar los acuerdos con Israel y Estados Unidos es un «grito que pide ayuda».
Ante esta situación, el silencio de Canadá no pasó desapercibido, más aún cuando el gobierno del primer ministro Justin Trudeau está empeñado en conseguir una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Este jueves, la Liga Árabe afirmó hoy su apoyo a las posiciones del presidente Mahmoud Abbas frente al plan de Israel de anexionar partes de la Cisjordania ocupada. En una declaración, el Secretario General Adjunto de la Liga Árabe para Palestina y los Territorios Árabes Ocupados, Saeed Abu Ali, dijo que es hora de que la comunidad internacional adopte medidas prácticas para poner fin a la ocupación de parte de Israel y reconocer a un Estado palestino independiente sobre la base de las fronteras de 1967, con Jerusalén como su capital.
Israel tiene actualmente dos primeros ministros que, pese a detestarse, hallaron en ese arreglo la única forma de tener un gobierno que funcione en un país polarizado que llevó a cabo tres elecciones en un año sin conseguir un vencedor claro.
El lunes, el primer ministro Justin Trudeau habló por teléfono con su homólogo israelí Benjamin Netanyahu, quien se encuentra acusado de corrupción. El martes, Trudeau habló por teléfono con el otro primer ministro israelí, Benny Gantz.
Los dos primeros ministros han acordado no tanto compartir el poder como operar dos administraciones paralelas al mismo tiempo. Pese a que se espera que los dos hombres continúen su lucha interna en un plano diferente, hay un proyecto a largo plazo de Netanyahu al que Gantz prometió no oponerse después del 1 de julio: la anexión formal por parte de Israel de parte de Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967 pero nunca reconocida como parte de Israel por ningún gobierno.
Trudeau tuvo exactamente la misma conversación con ambos políticos. En ellas, las palabras «anexión», «Cisjordania» y «territorios ocupados» no aparecieron en ningún momento, aunque funcionarios del gobierno señalaron una referencia pasajera a la «solución de dos Estados», ellos no pudieron afirmar que el Primer Ministro Justin Trudeau le haya advertido a su homólogo israelí que no procediera con su planeada anexión de territorio palestino.
El portavoz de Relaciones Internacionales, Adam Austen, dijo que «a Canadá le preocupa mucho que Israel siga adelante con la anexión unilateral, ya que sería perjudicial para las negociaciones de paz y contrario al derecho internacional». Esto podría dar lugar a una mayor inseguridad para los israelíes y los palestinos en un momento crítico para la paz y la estabilidad en la región».
Pese a ese discurso, el gobierno de Trudeau ha seguido aplicando el mismo modelo de votación del gobierno de derecha y pro-Israel del ex primer ministro Stephen Harper en las Naciones Unidas, en lugar de seguir el modelo de los gobiernos liberales de Chrétien y Martin. En suma, el actual gobierno de Justin Trudeau no parece dispuesto a contradecir a Israel.
Los documentos de la conversación telefónica indican más bien que Canadá está buscando lazos más estrechos con el gobierno de Israel: «El primer ministro Trudeau expresó el continuo apoyo de Canadá a Israel como amigo y aliado, y los dos líderes discutieron formas de seguir fortaleciendo su relación bilateral …»
Mientras Canadá guarda silencio, los dos países con los que disputará una silla en el Consejo de Seguridad, Irlanda, Noruega, se expresaron claramente contra los planes anexionistas de Netanyahu.
Michael Lynk, Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la situación en el territorio palestino, sostiene que Canadá ha desaparecido en el tema.
“No se ha hecho ninguna declaración pública contra la propuesta de anexión de Israel. No se han presentado planes de rendición de cuentas. No se ha formulado ninguna crítica, aunque sea leve.”
Michael Lynk, Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la situación en el territorio palestino.
Canadá muestra en los hechos una diplomacia de doble rasero. A mediados de marzo, el ministro de Relaciones Exteriores, François-Philippe Champagne, emitió una declaración sobre el tema de la anexión territorial ilegal, destacando el sexto aniversario de la anexión rusa de Crimea diciendo que: «Canadá condena de forma inequívoca esta violación de la soberanía e integridad territorial de Ucrania y del derecho internacional». Pero cuando se trata de la ocupación ilegal de territorios palestinos por parte de Israel, y su plan de anexar territorios de Cisjordania, Ottawa guarda absoluto silencio.
No hay apoyo para la anexión en Ottawa
Ningún partido federal canadiense parece apoyar el reconocimiento de la anunciada anexión. La crítica conservadora en materia de Relaciones Exteriores, Leona Alleslev, dijo a CBC News que «Los conservadores siguen creyendo en la solución de dos Estados, como parte de un acuerdo negociado para este conflicto, así como en el derecho de Israel a defenderse y asegurar sus fronteras».
En el Parlamento canadiense, Jack Harris, del Nuevo Partido Democrático, señaló que «otras naciones, incluyendo el Reino Unido, Noruega, Irlanda y Francia, han hecho fuertes declaraciones» en contra de esa planeada anexión israelí.
«Ahora que el gobierno entrante en Israel se ha comprometido a un plan de anexión de tierras en los territorios ocupados, Canadá debe pronunciarse y condenar tal acción. Sería una clara violación del derecho internacional y de la Convención de Ginebra, de la cual Canadá hace parte».
Jack Harris, diputado del Nuevo Partido Democrático, Ottawa.
El caucus del Partido Verde envió una carta a Trudeau a principios de este mes pidiéndole que aplique a los planes de anexión de Israel las mismas medidas y sanciones que su gobierno aplicó a la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
«El intento del gobierno de Netanyahu de tomar esta acción mientras el mundo está ocupado enfrentando una crisis de salud pública global sin precedentes es censurable», decía la carta.
En Canadá, el grupo Voces Judías Independientes (IJV), que se opone a la ocupación de Cisjordania, calificó el plan como «una prueba para países como Canadá que dicen defender un orden internacional basado en reglas, pero que en realidad sólo lo hacen de manera selectiva, cuando es políticamente conveniente».
Corey Balsam, del IJV, dijo que el mero hecho de no reconocer tal ocupación no es una respuesta suficiente de parte de un gobierno que dice ser el guardián del derecho internacional.
«Si no se denuncia activamente, Israel continuará anexando tierras. En este momento, lo que Israel necesita son medidas punitivas que le disuadan. Allí está la conversación a nivel mundial, especialmente en Europa, donde aliados como Irlanda y Francia están explorando vías para disuadir a Israel. No basta permanecer en silencio y negarse a reconocer la anexión».
Corey Balsam, Voces Judías Independientes.
Según Michael Lynk, Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la situación en el territorio palestino, la candidatura de Canadá al Consejo de Seguridad se enfrenta Noruega e Irlanda, dos rivales que tienen una sólida reputación internacional, cuentan con el apoyo de sus vecinos europeos y mantienen una posición basada en principios sobre la prolongada ocupación israelí de Palestina.
“Si la campaña de Canadá para ganar un puesto en el Consejo vuelve a fracasar, su posición taciturna ante el conflicto israelo-palestino será sin duda un factor que habrá contribuido a ese nuevo fracaso.”
Michael Lynk, Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la situación en el territorio palestino.
Fuentes: CBC / E. Dyer / WAFA / The Conversation / Canadian Press / Haaretz / RCI
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