Con un número de aproximadamente un millón doscientos mil creyentes, la comunidad musulmana en Canadá celebró el fin del Ramadán de este año, que comenzó el 23 de abril y concluyó este sábado 23 de mayo.
Las provincias de Ontario y Quebec concentran al mayor número de musulmanes en Canadá: aproximadamente 425.000 Toronto y 221.000 en Montreal. De acuerdo con proyecciones del Foro sobre Religión y Vida Pública del Centro de Investigación Pew, con sede en Estados Unidos, se estima que el número de musulmanes en Canadá casi se triplicará en los próximos 20 años, pasando de unos 940.000 en 2010 a casi 2,7 millones en 2030, constituyendo el 6,6 por ciento de la población canadiense.
Según el imam montrealense Hassan Guillet, el Ramadán, que son unos 30 días de ayuno durante el día, seguido por el Iftar, que es el alimento que se consume al caer el día, concluye con tres días de celebración, conocido como el Eid, una fiesta que para los niños en las familias musulmanas tiene mucho de parecido con la Navidad porque ellos reciben regalos.
Este año el Ramadán en Canadá se vio profundamente alterado debido a la expansión de la pandemia del Covid-19. Se vaciaron las mezquitas y la celebración de la comida después del ayuno, el Iftar, que es una celebración colectiva, también desapareció, ya que las familias tuvieron que resignarse a no compartir esos momentos.

En Toronto las mezquitas utilizaban parlantes para la llamada a la oración hasta cinco minutos al atardecer para señalar que el ayuno del día había terminado. (Angelina King/CBC)
Hassan Guillet es un abogado, un ingeniero jubilado e imán en una mezquita en Montreal. Él cuenta que la experiencia del Ramadán de 2019 estuvo marcada por gestos de solidaridad, como la provisión de alimentos a las familias necesitadas.
La comunidad musulmana en Quebec, en su mayoría compuesta por la población árabe, tiene niveles más elevados de desempleo, un 12,5 por ciento comparado al 5,5 por ciento de la población que no pertenece a una minoría visible.

Un creyente graba el primer llamado a la oración emitido desde la Mezquita Omar Bin Al-Khattab en el centro de la ciudad de Toronto. (Foto: Yanjun Li/CBC)
Una forma de generar recursos es la formación de pequeñas empresas familiares de venta y de servicios. En Montreal, a partir de los años 90 comenzó a tomar forma el Pequeño Magreb, que es una parte al este de la ciudad donde han surgido una serie de pequeños comercios de venta de alimentos, especies, cafés y restaurantes que pertenecen a esta comunidad.
La pandemia ha tenido un efecto devastador en estos comercios, que se beneficiaban de la venta de alimentos durante el Ramadán.
Para el imam Guillet, la pandemia es una ocasión para que las distintas comunidades superen los muros que las separan, porque la enfermedad no discrimina entre religiones ni entre culturas.
Fuentes: CBC / Canadian Press / RCI
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