Un investigador usa una sonda para medir la profundidad de la nieve en los Territorios del Noroeste. Un nuevo informe muestra que América del Norte ha perdido miles de millones de toneladas de nieve al año durante las últimas décadas, pero no Eurasia. (Peter Toose / Medio ambiente y cambio climático de Canadá)

¿Desaparece la nieve en Canadá? Investigación canado-finlandesa

“¿Cuánta agua se almacena en la nieve estacional? La simplicidad de la pregunta contradice las dificultades que tenemos para responder.”

Una investigación realizada por científicos canadienses y finlandeses estima de manera más precisa la cantidad de nieve que cae en el mundo.

Tener esos datos es de suma importancia, no solo para conocer el agua disponible para la generación de energía hidroeléctrica, y para el consumo humano», sino también para detectar las inundaciones peligrosas en la primavera”, explican los investigadores.

Chris Derksen es un científico investigador de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá. También, coautor de una investigación llevada cabo durante 15 años, y publicada en la revista Nature.

Un investigador mide la nieve en un pozo de nieve. Las mediciones del terreno fueron particularmente cruciales en áreas con nieve profunda, ya que los satélites tienden a subestimar la profundidad de la nieve en esas circunstancias. (Peter Toose / Medio ambiente y cambio climático de Canadá)

Los desafíos de medir la nieve

Derksen, quien trabajó con investigadores de Finlandia en el tema, dice que medir la cantidad de nieve es muy complicado porque tiene que hacer frente a varios desafíos.

Porque a diferencia de la lluvia, la profundidad de la nieve puede variar enormemente de un lugar a otro, incluso a una distancia de sólo unos pocos metros, debido al viento, entre otros factores. Además, hay varios tipos de nieve, a veces muy cargada de agua y a veces ligera y seca como un polvo fino.

Otro desafío es tratar de medir la estimación de la cubierta de nieve mediante imágenes de satélite porque no es una tarea sencilla, lo que explica los 15 años de trabajo detrás de este proyecto.

Canadienses y finlandeses combinaron los datos de los satélites con mediciones en tierra.

Encontraron que, en promedio, la Tierra recibiría alrededor de 3 mil millones de toneladas de nieve por año. 

En las zonas no alpinas de América del Norte vieron que esa nieve ha ido disminuyendo en 46.000 millones de toneladas por década desde 1980. 

Para decirlo de otro modo, desde 1980, las nevadas en Canadá y en el norte de los Estados Unidos han disminuido a un ritmo de 46 gigatoneladas por década, una cantidad suficiente para derretirse y llenar ¡18,4 millones de piscinas olímpicas!

El efecto sería más notorio en la costa este, mientras que algunas zonas del oeste de América del Norte han informado de aumentos en las nevadas.

Ese cálculo es de suma importancia.

«Así que ésta es el agua que está disponible para la generación de energía hidroeléctrica, para el consumo humano», dijo. «También el derretimiento de la nieve que puede significar un peligro de inundaciones en la primavera.»

Curiosamente, la nieve anual de Eurasia se ha mantenido estable encontró el estudio.

Por qué disminuye la cantidad de nieve

Chris Derksen dice que la disminución se debe principalmente al cambio climático, que está acortando la temporada de nieve. Mucho de lo que solía caer en forma de nieve ahora cae en forma de lluvia.

Este cambio marca una gran diferencia para los que gestionan los riesgos de inundaciones o el suministro de agua potable, dice.

Los análisis de Environment Canada, especialmente basados en imágenes de satélite desde la década de 1970 hasta la actualidad, demuestran la retirada de nieve en el país, en este caso en Quebec. Radio Canadá.

 Por qué es difícil medir la cantidad de nieve

El estudio, dirigido por investigadores del Instituto Meteorológico Finlandés, combinó datos de satélites con mediciones físicas de los científicos sobre el terreno.

“Construimos una base de datos de observaciones del curso de la nieve a escala hemisférica mediante conjuntos de datos de la antigua Unión Soviética/Rusia , Finlandia y Canadá”, indica la investigación.

Derksen explica que la nieve dispersa la radiación de microondas, por lo que los satélites pueden medir su cobertura y profundidad con señales de microondas, incluso en zonas inaccesibles como el Ártico que son difíciles de medir en tierra.

Pero cuando la nieve es profunda, los satélites tienden a subestimar su cantidad.

Si bien el estudio abarca la mayoría de las zonas más llanas, como el bosque boreal y las praderas, no incluye las montañas porque los satélites no tienen una resolución muy buena – la superficie más pequeña que pueden medir es de unos 25 kilómetros por 25 kilómetros – y eso no es suficiente para un terreno muy variable.

«El valor de esas mediciones en conjunto es mucho más significativo que si usamos sólo los datos del satélite o sólo las mediciones en tierra«, dijo Derksen.

Los investigadores miden la nieve en una zanja. Un nuevo estudio combina mediciones de terreno como estas con mediciones satelitales para estimar la masa de nieve en todo el hemisferio norte. (Peter Toose / Medio ambiente y cambio climático de Canadá)

Los mapas del estudio muestran una amplia variación a lo largo del hemisferio, con grandes disminuciones en el sur de Ontario, Yukón y Alaska y alrededor de la Bahía de Hudson.

A pesar de las disminuciones en Europa, Eurasia en general no ha visto una reducción general de las nevadas en los últimos cuatro decenios, en parte debido a las fuertes nevadas en el este de Siberia.

Derksen dijo que, aunque el calentamiento climático significa que la temporada de nieve comienza más tarde y termina más temprano, eso no quiere decir necesariamente menos nieve. Y cree que, en el futuro, las disminuciones en el sur de Canadá podrían ser compensadas por más nieve en el norte.

El investigador canadiense dice que él y sus colegas esperan contar con un nuevo satélite que pueda hacer mediciones más detalladas. Ya están trabajando con la Agencia Espacial Canadiense y la industria para desarrollar tal satélite.

Unas mediciones más detalladas permiten obtener datos fiables de la masa de nieve para aquellos que dependen del agua de deshielo, como las compañías hidroeléctricas. Pero esos datos además de ser utilizados para la gestión de los recursos hídricos, servirán también para validar los modelos climáticos en un contexto de recalentamiento del planeta.

«Nuestros resultados permiten una mejor estimación del papel de la masa de nieve estacional en los presupuestos de energía, agua y carbono de la Tierra».

En Ottawa, se ve el equivalente de una semana menos con nieve en el suelo que antes.

En Toronto, debido al microclima de los Grandes Lagos y la falta de datos a principios de la década de 1990, las tendencias son menos claras para la profundidad de la nieve en el suelo. Pero la cantidad de días con temperaturas superiores a cero en pleno invierno ha aumentado.

Las fuertes nevadas, que permanecen en el suelo durante varios meses, parecen ser menos comunes en Calgary. La ciudad ha perdido una semana de nieve en el suelo a lo largo de las décadas.

En Halifax, se han perdido casi dos semanas con nieve en el suelo desde mediados del siglo pasado.

Fuente: Radio Canadá

CBC-Nature

 

 

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