Son miles de personas. Llegaron a Canadá desde América latina en circunstancias diferentes pero que hoy son de una importancia fundamental para comprender cómo hacen frente a los desafíos que impone la pandemia. Porque no es lo mismo haber puesto pie en este país siendo joven, hace 40 años, que hacerlo cuando se es ya mayor.
Rodrigo Briones es trabajador social y Coordinador en el organismo Seniors Community Connections, un programa dirigido a los adultos mayores Latino Hispanos en la ciudad de Toronto.
Un gran retrato de los Seniors en tiempos de Covid-19 en Toronto
En estos tiempos difíciles provocados por una pandemia que cede terreno lentamente dejando a su paso un tendal de sufrimientos e interrogantes, ya sea porque se perdieron seres queridos, o porque se sufrieron severos problemas de salud física o mental, o porque se vieron desaparecer trabajos y sueños, surge una pregunta, o mejor dicho una inquietud. ¿Cómo enfrentan la pandemia los mayores de origen latinoamericano?
Conversamos con Rodrigo Briones, del Seniors Community Connections.
¿Podría elaborar un retrato de los mayores hispanoparlantes? Quienes son, de donde vienen?
El referir a los adultos mayores Latino Hispanos de Canadá y específicamente de Toronto y de su área de influencia, es hablar de una sumatoria de comunidades, que provienen de al menos 21 países. Además, si se agrega las particularidades regionales, esos 21 se deben multiplicar por dos, tres o cuatro. No es lo mismo alguien de la sierra que alguien de la costa, del barrio alto o de la población, del altiplano que uno de la selva, de la capital o del interior, de la cholita, del cabecita … y no avancemos más por el colorido que nos muestra y tanto nos separa.
Esta multiplicidad de orígenes llegó en distintos momentos. Los primeros en la década del sesenta, quizás un poco antes, provenientes de la región Andina, venían de Perú, Ecuador, Colombia pasando a engrosar primero los trabajos agrícolas de mano de obra intensiva y luego llegaron a la ciudad. Una década después, aquellos a quienes las dictaduras militares del sur del continente perseguían. La tercera ola de inmigrantes Latino Hispanos llega en la década de los ochenta, venían de las guerras en Centroamérica.
Algunos pocos de los que han llegado desde los noventa en adelante han podido trabajar, estudiar el idioma ingles y hoy están mejor insertados. Algunos de ellos son adultos mayores jóvenes que están en el margen del retiro y una buena porción continúa trabajando porque la jubilación no alcanza a cubrir las necesidades básicas y están tratando de ganarle tiempo al tiempo.

Casino De Niagara un paseo de fin de semana.
Los datos de Estadísticas Canadá para afinar el retrato
Rodrigo Briones destaca el trabajo realizado por el investigador Eduardo Mata que trabajó en Estadísticas de Canadá y que ayudó a dibujar con mayor precisión un retrato de las comunidades provenientes de América latina.
Basado en eso, Briones considera importante diferenciar a los “que se han establecido hace más de cuarenta años, que lograron insertarse en la comunidad canadiense, están económicamente bien, tienen pagada la hipoteca de su casa y han aprendido el idioma y pueden navegar el sistema, como se dice aquí en Canadá”.
Mientras que muchos de los primeros Latino Hispanos empezaron a trabajar rápidamente en este país por lo que no fueron a la escuela ni aprendieron algunas de las dos lenguas oficiales de Canadá.
“Hoy no tienen dificultades económicas, pero sí una gran dependencia de hijos y nietos para resolver los desafíos diarios con el sistema administrativo y de salud, que como sabemos, tiene sus particularidades”.
Muchos de los que dieron el paso de emigrar a Canadá eran profesionales que nunca pudieron ejercer como lo hacían en sus países por los obstáculos encontrados para revalidar sus títulos.
Solo lograron “insertarse en la periferia de su profesión – abogados que son paralegales, médicos que son auxiliares en sectores de salud, ingenieros ejerciendo y actuando como tales, pero cobrando como técnicos”.
“Hay muchos profesionales que ya ancianos cargan con la frustración del rechazo y la imposibilidad de recuperar el capital social perdido con la migración”.
Los abuelos. Son los que llegaron de la mano de sus hijos adultos para atender a la familia, “labor que cualquiera que sea abuela o abuelo sabe que es inmensamente gratificante y muy demandante. Muchos de ellos dejan de ser necesarios cuando los niños crecen, y entonces se transforman en una carga familiar, que muchas veces no se quiere sostener. Ellos quedan librados a su suerte, muchas veces sin el amparo estatal”.
Estos adultos mayores al no tener mas de 10 años de residencia no reciben el beneficio económico, la gran mayoría no hablan el idioma, no han salido al mundo canadiense o han salido poco, atareados como estaban ayudando a la crianza de la familia que ahora los relega.
El trabajo del Community Engagement en Family Service Toronto
Le pedimos a Rodrigo Briones que nos explique el trabajo que hace con los mayores en tiempos normales, pre pandémicos.
“Soy parte de un equipo de trabajo llamado Community Engagement en Family Service Toronto. Desde allí se atienden algunas de las necesidades de este grupo heterogéneo. Los desafíos no son iguales en cada grupo y son directamente proporcionales a aquello que no supieron, no pudieron o nadie les ayudó a construir para tener una vejez digna de ser vivida.
«Por el contrario, hoy tienen muchas barreras que cruzar y mi trabajo es acompañarlos en el esfuerzo que implica cada desafío».

El Comité organizador de la Conmemoracion del Dia Int. De la Mujer – (15 organizaciones) en sede del Hispanic Development Council
Innumerables barreras para los mayores
La lista de dificultades que encuentran a su paso los mayores refleja lo complicado que es ser un inmigrante mayor en un país tan diferente al propio. Un canadiense, al cumplir los 65 años tiene acceso a todos servicios esenciales que le facilitan su vida de mayor.
No ocurre lo mismo con los inmigrantes, dice Briones, que no tienen gran conocimiento del inglés, no acceden fácilmente a los servicios básicos como cualquier ciudadano, no cuentan con una vivienda digna, y que además carecen de actividades de recreación necesaria para una vida social activa.

Taller sobre microagresiones, tres dias antes del cierre por la pandemia.
Todos estos son derechos esenciales de una persona al cumplir los 65 años.
« Lamentablemente a los ojos de la sociedad, esta transición los deja casi afuera de la huella de la vida y los convierte en personas que no pueden valerse por sí mismas, o alejados de toda oportunidad de aprender nuevas habilidades. Esto se observa claramente con el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación…con comentarios del tipo: “ya no puedes aprender, estás vieja. Deja que lo hago yo por vos”.
Estos son estigmas de una visión que se impone en nuestra sociedad y que fue definida como “viejismo” – traducción del inglés “ageism”, estigmas que están presente en actos cotidianos – en el uso del diminutivo, y con una entonación de voz especial como si el adulto mayor tuviera una disfunción cognitiva – “abuelito… abre la boquita para que puedas tomar esta sopita”.
Porque parece ser que cuando llegamos a viejos, automáticamente, nos transformamos en enfermos, minusválidos que transitamos nada más la antesala de la muerte.
Mayores y responsables
Family Service Toronto es un organismo que existe desde hace más de 100 años. Su trabajo de intervención y prevención incluye asesoramiento, grupos de pares y educación.
El organismo pone énfasis en el respeto por la identidad cultural y el trabajo colaborativo con los distintos sectores de la comunidad para poder desarrollar todas las potencialidades de los mayores.
“En el sector de los adultos mayores esto se traduce en trabajar con ellos para que puedan sentir que la declamada capacidad está en su poder, quizás disminuida en algún grado por los “achaques” de la vejez, pero está allí la potencialidad de aprender algo nuevo – entonces tenemos talleres de idioma y clases permanentes de uso de teléfonos inteligentes, laptops y tabletas.”
“Nuestros grupos Latino Hispanos deciden que harán en sus reuniones semanales, casi siempre priorizando el paseo, conocer lugares nuevos, distintos o desconocidos. En algún caso con esfuerzo económico propio, y en algunos grupos hasta llegando a viajar a China”.

En el Museo de la ilusion
Pero también aprecian revisitar la ciudad y sus alrededores con una mirada diferente.
Por ejemplo, durante el 2017, en el marco de los 150 años de Canadá, se realizaron visitas programadas a lugares con trozos de la historia del país cuenta Briones. Por ejemplo se vio la muestra pictórica Mc Michael Canadian Art Collection” en Kleinburg, Ontario, el Royal Ontario Museum en Toronto. «Allí apreciaron de cerca las distintas manifestaciones de vida en esta región desde los primeros registros fósiles, pasando por las villas de los primeros europeos llegados, los tradicionales “Pow Wow” de los pueblos originarios y finalmente una visita guiada al Parlamento Provincial».
Entender dónde estamos parados en este lugar del mundo no sólo es conocimiento sino entendimiento de las construcciones sociales derivadas de ello.
La importancia de expresarse
Briones destaca el papel fundamental que juegan los talleres educativos que incorporan diversas técnicas que permiten a los mayores poder expresarse con mayor facilidad.
Por ejemplo, se invitan a dar charlas a expertos en diversos temas, presentan películas en castellano para divertir y entretenerse, “pero fundamentalmente son el punto de partida para compartir distintas miradas y aspectos relevantes para cada uno, enriqueciendo la mirada final”.
También incorporan diversas técnicas como la de sentarse en un círculo que lleva a hablar sin ser juzgado y a escuchar al otro.
« Esta técnica de trabajo de grupo de pares ha solidificado nuestra tarea, “horizontalizando” la palabra. Palabra que se recupera, que toma valor, que ahora se vuelve a expresar después de haber quedado aprisionada por las rejas del “viejismo”.
La pandemia trajo a la superficie nuevas necesidades y antiguos poblemas ¿Qué cambió para los seniors y su organismo? ¿Qué hacen de diferente ahora?
“Covid 19 llegó impactando abruptamente, quizás por décadas de falta de previsión ante la anunciada y posible pandemia, como la que se instaló hace más de cien días. Si hubiéramos atendido a los reiterados llamados de atención que se han venido haciendo casi anualmente en los últimos diez años, no tendría la comunidad de adultos mayores en la provincia el triste honor del poseer el 81% del total de muertos por la pandemia. Era prevenible».
Nuevas y antiguas tecnologías al servicio de los mayores
El trabajo de Briones y de todo el personal, más de 140 personas, es complejo y múltiple. Todos, trabajadores sociales, consejeros, trabajadores comunitarios, auxiliares de administración, tuvieron que adaptarse a la nueva modalidad del teletrabajo.
Y las herramientas tecnológicas son de un soporte fundamental.
En ese sentido, la pandemia introdujo cambios en el ámbito laboral que posiblemente llegaron y para quedarse.
Family Service Toronto le dio prioridad a la modalidad de atención a distancia, mediada por la tecnología que nos permite el uso del video y del teléfono. Específicamente para la comunidad de adultos mayores Latino Hispanos la respuesta fue inmediata. Los talleres experimentaron un gran cambio al pasar a modo virtual a través de Zoom o conferencia telefónica. Un papel importante pasó a jugar la radio étnica de Toronto, Ondas FM 91.9, y todos sus canales asociados de medios sociales, como medio de llegada en español.
Briones destaca un acuerdo logrado con la Toronto Public Library para que en los próximos seis meses entregaran “routers” con acceso a internet gratuito. “Asimismo, iniciamos un proyecto piloto donde se entregaron teléfonos inteligentes y laptops a una docena de los seniors más aislados».
En abril inauguraron un boletín, Línea Uno, que proporciona información sobre servicios comunitarios disponibles durante la pandemia.
“Esto se hizo en conjunto con el Concejo de Desarrollo Hispano y todas las agencias que allí se nuclean, llegando a más de 300 hogares con, al igual que a través de la radio, información pertinente al Covid 19 y haciendo énfasis en la información local. Esto se hizo para contrarrestar las noticias no siempre ciertas y alejadas a nuestra realidad que aún circulan mayormente por las redes sociales. En Linea Uno también hemos priorizado los testimonios de adultos mayores que nos acercan a su diversidad y nos unen en el entendimiento de lo común, con una columna mensual escrita por seniors Latino Hispanos: “Historias de Cada uno”.
Lo que la tecnología no puede reemplazar
“Con el Covid-19 entramos en un modo nuevo de funcionar, muchos sentimos que trabajamos más, aún con la sabia decisión de separar el trabajo en casa de las propias tareas en el hogar – cosa que no siempre es posible. Pero sin duda la gran mayoría hemos perdido el ámbito de trabajo, el intercambio con los colegas, el café o té compartidos a sorbos en el lunch room. Por la permanencia frente a la pantalla por largas jornadas siento que soy un “cyber human”, tratando de exprimir al máximo la utilidad de estas fantásticas herramientas, hasta hace poco vilipendiadas por la deshumanización. Toda esta nueva realidad laboral es tal vez una experiencia piloto que nos está preparando frente a una realidad en la cual sólo sabemos que se hace camino al andar».
El trabajo que realiza Community Engagement en Family Service Toronto es esencial. No solo por la incorporación de nuevos inmigrantes latinoamericanos mayores que se van agregando a los que ya habitan este suelo. Es por una cuestión objetiva.
La estadística de expectativa de vida en Canadá está por encima de los ochenta años para las mujeres y un poco menos para los hombres. Lo que significa, en promedio, unos 20 años más de vida por delante desde el retiro.
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