Superficie del Planeta Rojo. El cambio climático habría volatilizado el agua que alguna vez tuvo Marte. (Foto: iStock)

El planeta Tierra invade Marte

Si los humanos un día ponen un pie en Marte, los canadienses habrán contribuido a la ciencia que ayudó a hacerlo posible. Esto porque la canadiense Cassie Stuurman publicó en 2016 un artículo junto con otros investigadores anunciando el descubrimiento de un gran depósito de hielo en Marte. En aquel momento ella trabajaba en la Universidad de Texas. Actualmente ella hace parte del Laboratorio de Retropopulsión de la Agencia Espacial estadounidense NASA como ingeniera analista de señales.

Cassie Stuurman es la autora principal de un artículo sobre el descubrimiento de un gran depósito de hielo en Marte. (Foto: Cassie Stuurman)

El depósito de hielo hallado es tan grande como el Lago Superior. Contiene alrededor del 50 al 85% de agua y su espesor oscila entre unos 80 y 170 metros. Además, está cerca de la superficie, entre uno y diez metros de profundidad y está en la región de latitud media del planeta, una zona en la que es fácil que aterricen naves espaciales, y gran lugar para que los humanos lo utilicen como fuente de agua en el Planeta Rojo.

No se sabe cuándo los humanos llegarán al planeta Marte. Lo que sí se sabe es que el planeta Tierra estará mandando robots a ese planeta, lo cual es una inversión de la situación ya que por décadas la cultura popular ha alimentado la narrativa de los marcianos invadiendo la Tierra.

Ya en 1898 apareció una de las primeras novelas de ciencia ficción, “La guerra de los mundos”, escrita por el británico Herbert George Wells, en la que se presenta un hipotético escenario de una invasión marciana a la Tierra. Luego vendrían películas, series televisivas, videojuegos y más libros sobre el tema, incluyendo la célebre adaptación radial de Orson Welles en 1938 y la no menos memorable adaptación realizada por Radio Quito en 1949.

En la actualidad tres países, China, los Emiratos Árabes y Estados Unidos enviarán naves espaciales no tripuladas al Planeta Rojo en rápida sucesión a partir de esta semana, en el esfuerzo más importante en búsqueda de señales de antigua vida microscópica mientras exploran el lugar para la llegada de futuros astronautas.

Estados Unidos enviará un vehículo de seis ruedas del tamaño de un coche, llamado Perseverancia, para recoger muestras de rocas que serán traídas a la Tierra para su análisis dentro de unos diez años.

Cada nave espacial viajará en el espacio unos 483 millones de kilómetros para llegar a Marte en febrero próximo. Son necesarios unos seis o siete meses para que una nave espacial salga más allá de la órbita terrestre y pueda sincronizar con la órbita más distante de Marte alrededor del sol.

Una ilustración del explorador Perseverancia de la NASA. El vehículo se encuentra está listo para amartizar en un antiguo delta de un río y lago conocido como el cráter Jezero para buscar rocas con signos de vida. ( NASA/JPL-Caltech)

Los científicos quieren saber cómo era Marte hace miles de millones de años, cuando tenía ríos, lagos y océanos que podrían haber permitido la vida de organismos simples y diminutos, antes de que el planeta se convierta en el mundo desértico y estéril que es hoy.

Los tres lanzamientos casi simultáneos no son una coincidencia. Se debe más bien a detalles de la astrofísica, ya que durante un mes los planetas Marte y la Tierra estarán en una alineación ideal, del mismo lado del sol, lo que minimiza el tiempo de viaje y el uso de combustible. Tal situación ocurre una vez cada 26 meses.

Marte ha ejercido durante mucho tiempo una poderosa influencia en la imaginación, pero ha demostrado ser el cementerio de numerosas misiones. Las naves espaciales que los terrícolas han enviado al Planeta Rojo han acabado explotando, se han quemado o se han estrellado. A lo largo de los decenios los fracasos han superado el 50% de los intentos. El último, que fue llevado a cabo por China en colaboración con Rusia en 2011, también terminó en un fracaso.

Quien tuvo éxito fue la antigua Unión Soviética, que logró llevar a cabo el primer amartizaje en 1971. Sin embargo, por razones desconocidas, 14,5 segundos después de posarse en Marte su módulo dejó de transmitir señales.

Desde entonces, sólo EE. UU. han logrado enviar naves espaciales a Marte, consiguiendolo ocho veces. Las primeras fueron las naves gemelas Viking en 1976. Dos vehículos de la NASA operan actualmente en Marte: InSight y Curiosity. Otras seis naves espaciales están explorando el planeta desde su órbita: tres estadounidenses, dos europeas y una de la India.

Sarah Amiri, subdirectora de proyecto de la misión Marte de los Emiratos Árabes Unidos, habla del proyecto llamado Esperanza, o Amal en árabe, en 2015. Tres países – Estados Unidos, China y los Emiratos Árabes Unidos – están enviando naves espaciales no tripuladas al Planeta Rojo en rápida sucesión a partir de julio de 2020. (Kamran Jebreili/The Associated Press)

En la actualidad, China y los Emiratos Árabes Unidos buscan sumarse al club de los exploradores de Marte.

La nave espacial de los Emiratos Árabes Unidos, llamada Amal, que en árabe significa «esperanza», es una nave en órbita que despegará de Japón este miércoles en lo que será la primera misión interplanetaria del mundo árabe. Su objetivo es estudiar la atmósfera superior y monitorear el cambio climático.

La nave espacial, construida en asociación con la Universidad de Colorado Boulder, llegará a Marte en el año en que los EAU celebren el 50º aniversario de su fundación.


«Los EAU quieren enviar un mensaje claro a la juventud árabe…  si los EAU pueden llegar a Marte en menos de 50 años, entonces ellos pueden hacer mucho más… Lo bueno del espacio es que permite establecer estándares muy altos».

Omran Sharaf director del proyecto Amal


China será el siguiente país, lanzando un vehículo explorador y un orbitador alrededor del 23 de julio. Los funcionarios chinos no divulgaron gran cosa. La misión se llama Tianwen, o Preguntas al cielo.

China pone a prueba las capacidades de navegación, evasión de de obstáculos y desaceleración de su módulo de aterrizaje en Marte en 2019. China lanzará su rover y un orbitador hacia Marte alrededor del 23 de Julio de 2020, en una misión llamada Tianwen, o Preguntas al cielo. (Foto: Andy Wong/The Associated Press)

Por su parte, la NASA se encuentra preparando un lanzamiento para el 30 de julio desde Cabo Cañaveral. El vehículo Perseverancia deberá amartizar en un antiguo delta de un río y un lago conocido como el Cráter Jezero. El vehículo chino, mucho más pequeño de China busca posarse en un lugar más fácil y plano.

Para llegar a la superficie, ambas naves espaciales tendrán que atravesar los brumosos cielos rojizos de Marte en lo que se conoce como los «siete minutos de terror», que es la parte más difícil y arriesgada en la tarea de poner una nave espacial en la superficie del planeta.

El cráter de Jezero está lleno de rocas, acantilados, dunas de arena y depresiones. Cualquiera de estos accidentes del terreno podría poner fin a la misión de Perseverancia. Las nuevas tecnologías de orientación y apertura del paracaídas ayudarán a dirigir la nave lejos de esos peligros. Los controladores terrestres estarán sin recursos, dado que las transmisiones de radio entre la Tierra y Marte tardan en viajar unos 10 minutos por cada sentido.

Según los científicos, vale la pena correr los riesgos para explorar el cráter Jezero, que fue elegido entre otros 60 sitios potenciales.

Donde había agua, y aparentemente había mucha en el Cráter Jezero hace 3.500 millones de años, pudo haber vida, aunque sea simple vida microbiana en el fondo del cráter. Esos microbios pueden haber dejado marcas reveladoras en las capas de sedimento. El vehículo Perseverancia buscará rocas que contengan tales huellas de vida, si es que todavía existen.

La nave ExoMars fue enviada por la Agencia Espacial Europea y Roscosmos, la agencia espacial rusa, en 2016. El Orbitador de Gas de Traza (izquierda) llegó a Marte a salvo, pero el módulo de aterrizaje Schiaparelli (centro) se estrelló en la superficie. (ESA/ATG medialab)

El vehículo también perforará las rocas más prometedoras y almacenará medio kilo de muestras en docenas de tubos de titanio que eventualmente serán traídos a Tierra por otro explorador. Para evitar que los microbios de la Tierra contaminen las muestras, los tubos están altamente esterilizados y libres de gérmenes, asegura Adam Stelzner, ingeniero jefe de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena.

Mientras exploran la superficie de Marte, tanto el Perseverancia como el vehículo chino también explorarán debajo de la superficie, utilizando radares para localizar cualquier depósito de agua subterránea que pueda existir. Perseverancia también pondrá a funcionar un helicóptero de casi dos kilos que será el primero en volar en otro planeta.

Las cámaras de Perseverancia filmarán a colores el descenso del vehículo, proporcionando a la humanidad la primera visión de un paracaídas que se abre en Marte, mientras que los micrófonos grabarán los sonidos.

Detalle importante, el Perseverancia también intentará producir oxígeno a partir del dióxido de carbono de la delgada atmósfera marciana. El oxígeno extraído podría algún día ser utilizado por los astronautas en Marte para respirar, así como para fabricar propulsores de cohetes.

La NASA quiere llevar de nuevo astronautas a la Luna para el 2024 y enviarlos de allí a Marte en la década de 2030. Para ello, la agencia espacial está enviando muestras de material de trajes espaciales con Perseverancia para ver cómo resisten al duro entorno marciano.

El costo de la misión Perseverancia, incluyendo el vuelo y un mínimo de dos años de operaciones en Marte, es de unos 3.000 millones de dólares. El proyecto de los Emiratos Árabes Unidos cuesta 200 millones de dólares, incluyendo el lanzamiento, pero no las operaciones de la misión. Por su lado, con su habitual discreción, China no ha revelado sus costos. Europa y Rusia abandonaron sus planes de enviar un vehículo de búsqueda de vida a Marte este verano después de retrasarse en las pruebas y luego sufrir las consecuencias del Covid-19.

Fuentes: CBC / NASA / Canadian Press / RCI

Categorías: Internacional, Internet, ciencias y tecnologías
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