Todas las esperanzas están puestas en lograr una vacuna. Foto: iStock.

Coronavirus: un modelo de prioridad justa para distribuir la vacuna

El pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud respecto a la perspectiva de que la vacuna no esté disponible para todas las personas hasta el 2022, como reflejamos en otro artículo reciente, refresca el debate en torno a la forma de asegurar un reparto equitativo de la misma.

La definición de prioridades, la incidencia de intereses políticos y comerciales y las implicancias morales del asunto fueron abordadas por una investigación internacional, de la que tomó parte el filósofo RJ Leland, de la Universidad de Manitoba.

Parte del debate se parece más a una competencia deportiva que una cuestión de salud pública. Foto: iStock.

Un debate arduo

La discusión en torno al desarrollo de una vacuna lleva casi tanto tiempo como la misma pandemia del coronavirus. Los intercambios han estado plagados por cuestiones sobre la rapidez en la que se lograría ese medicamento, el primer país en obtener resultados positivos, quién distribuiría las dosis y si debe asignarse prioridad en el suministro de las mismas o una distribución amplia, que abarque a la humanidad en su conjunto.

En Canadá, el mismo primer ministro Justín Trudeau se pronunció ya hace tiempo a favor de un “principio ético” de distribución equitativa en todo el mundo.

Trudeau, al centro, prometió que la vacuna será distribuida de forma equitativa. REUTERS/Christinne Muschi

Pero las precisiones en torno a que sería un reparto igualitario y equilibrado no abundan.

La Organización Mundial de la Salud se declaró a favor de una distribución proporcional a la población de cada país, pero también habló de inocular en primera instancia a las consideradas personas de riesgo.

Donald Trump, como otros mandatarios, sostuvo que su país sería el primero en lograr la vacuna y que esta debería asegurarse, antes que nadie más, a los estadounidenses.

Leland y un grupo de investigadores dieron a conocer un documento titulado «Marco ético para la asignación de vacunas a nivel mundial«, en el que dan una visión científica sobre el asunto.

Un modelo justo

La vacuna contra el coronavirus, una vez lograda, será un bien escaso. Con una población mundial estimada en alrededor de 8.000 millones de personas, es imposible que el producto pueda estar disponible para cada persona en forma rápida.

Más allá de los intereses comerciales, los nacionalismos, las prioridades médicas y las posibilidades materiales para llevar a cabo la distribución, los investigadores se pronunciaron por una “propuesta ética y práctica”, a la que bautizaron como Modelo de Prioridad Justa.

Los intereses de las poblaciones menos favorecidas deben ser preservados. REUTERS/Adnan Abidi

Entre otros criterios, que incluyen a organizaciones internacionales participantes, los productores y los propios gobiernos, la propuesta define tres etapas de distribución que, según los autores, aseguran la equidad en la asignación de las dosis.

La fase 1 es la definida por el objetivo de reducir las muertes prematuras, es decir, aquellas que se traducen en la reducción de la expectativa normal de años de vida y que debería dar preponderancia a los países que demuestren que pueden aminorar el daño mediante el suministro de la vacuna.

La fase 2 tiene por objeto reducir las privaciones económicas y sociales graves, como el cierre de empresas y escuelas no esenciales. El restablecimiento de estas actividades reducirá el desempleo, disminuirá la pobreza y mejorará la salud. 

La fase 3 busca reducir la transmisión comunitaria, lo que a su vez baja la propagación entre los países y permite el restablecimiento de actividades económicas y sociales vigentes antes de la pandemia.

El filósofo Rj Leland es uno de los integrantes del grupo de investigación. Foto: Universidad de Manitoba.

Para aplicar cada fase del modelo es preciso determinar el número de dosis de vacunas que cada país debe recibir y el orden de recepción. A continuación, las naciones deben asignar la vacuna internamente. Se espera que inicialmente se centren en las áreas en las que se puede reducir la mortalidad prematura. La determinación de la cantidad de dosis que se asignan a cada país depende de la mejora marginal en la métrica de relevancia ética que cada dosis logre.

Cinco factores guían la elección de los parámetros para cada fase: 

  1. fidelidad a los valores éticos; 
  2. Simplicidad;
  3. utilización previa en la salud y el desarrollo mundiales;
  4. facilidad para obtener estimaciones rápidas pero razonables a medida que evoluciona la pandemia;
  5. sensibilidad a los daños pertinentes que son difíciles de medir directamente.

La meta no es llegar primero, sino salvar vidas. Foto: iStock.

La salud no es una carrera

El modelo de prioridad justa se basa en los valores éticos de limitar los daños, beneficiar a los desfavorecidos y reconocer la preocupación por la igualdad

Según los responsables, la responsabilidad de aplicar la propuesta recae sobre los países, las organizaciones internacionales y los productores de vacunas.

En tal sentido se torna imprescindible la utilización de los mecanismos de cooperación que se han creado para hacer frente a la pandemia, como el servicio COVAX

Tal como explica la Organización Mundial de la Salud, COVAX es “una iniciativa mundial destinada a colaborar con los fabricantes de vacunas de modo que los países de todo el mundo tengan un acceso equitativo a vacunas seguras y eficaces una vez que estas hayan obtenido la licencia y autorización”.

En última instancia, el «Marco ético para la asignación de vacunas a nivel mundial» ofrece a los gobiernos, las organizaciones internacionales y los productores de vacunas una forma práctica de cumplir sus promesas de distribuir las vacunas de forma justa y hacer realidad las palabras expresadas, entre otros, por el primer ministro Trudeau: “la comunidad internacional debe garantizar el acceso global equitativo a la vacuna contra el Covid-19”.

Fuentes: Universidad de Manitoba / OMS/ COVAX / Science / Washington Post.

Categorías: Internacional, Política, Salud
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