Parte del discurso que deplora la destrucción del medioambiente a causa de la contaminación señala que es la humanidad la responsable de tal situación. Sin embargo, no todos los seres humanos contaminan del mismo modo y en la misma intensidad. Es decir, que unos tienen más responsabilidad que otros.
Esto lo confirma un reciente estudio dado a conocer este lunes por OXFAM, que establece que el uno por ciento más rico de la población mundial, con sus hábitos de vuelos frecuentes, su gusto por vehículos mucho más contaminantes y el exceso del consumismo, produjo el doble de emisiones contaminantes que la mitad más pobre de la humanidad durante los últimos 25 años.

Un ciclista pasa junto a un vehículo Hummer estirado aparcado en una calle en Londres. Un nuevo informe revela que el 1% de las personas más ricas en el mundo generaron el 15% de las emisiones que provocan el cambio climático entre 1990 y 2015, más del doble del 7% emitido por la mitad más pobre. (Foto: Toby Melville/Reuters)
“Tan solo el 1 % de la población mundial (aproximadamente 63 millones de personas) generó el 15 % de las emisiones acumuladas y consumió el 9 % del presupuesto de carbono, el doble que la mitad más pobre de la población mundial”.
OXFAM
Ese consumo excesivo ha dejado poco margen al «presupuesto de carbono» del mundo para que los países más pobres crezcan sin empujar al planeta a impactos climáticos cada vez más peligrosos, desde la intensidad de las tormentas hasta la escasez de agua, dijeron los científicos.
El documento señala que para mantener el cambio climático global bajo control será necesario no sólo ayudar a los países más pobres a desarrollarse sin contaminar, sino que también será necesario poner aplicar medidas duras para frenar el consumo excesivo de los ricos del mundo.
Tim Gore, jefe del área de políticas medioambientales de la organización internacional de lucha contra la pobreza Oxfam y principal autor del informe, dijo que el cambio no vendrá de individuos actuando solos voluntariamente.
«Eso nunca tendrá sentido. Esto tiene que ser impulsado por los gobiernos», dijo Gore a Reuters.
Esa investigación, realizada junto con el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo, encontró que en los 25 años transcurridos entre 1990 y 2015, el 1% de las personas más ricas del mundo, que son aquellos 63 millones de personas que ganaron más de 145.000 dólares canadienses netos en 2015, fueron las causantes del 15% de las emisiones causante del recalentamiento planetario, más del doble del 7% emitido por la mitad más pobre del planeta.

El “gráfico del dinosaurio”, preparado por Oxfam, muestra el desigual aumento de las emisiones de carbono entre 1990 y 2015. (Imagen: Oxfam)
El 10% más rico, que son aquellos 630 millones de personas con un ingreso neto de 50.000 dólares en 2015, fue responsable del 52% de las emisiones durante ese período, según el estudio.
Entre los objetos de consumo favoritos entre los ricos del mundo se encuentran los vehículos más contaminantes, que son los todoterrenos. Estos autos, que consumen ingentes cantidades de combustible, son un problema mayor ya que se han convertido en el segundo factor causante del aumento mundial de las emisiones de carbono entre 2010 y 2018, señaló el informe.
A medida que los países van buscando las formas de recuperarse de las crisis económicas causadas por la irrupción de la pandemia del Covid-19, que han golpeado más duramente a los pobres, la renovación de incentivos económicos que al mismo tiempo sean capaces de desalentar el consumismo excesivo podría desempeñar un papel importante, señalaron los investigadores.

La creciente popularidad de los vehículos todoterrenos son el segundo mayor impulsor del aumento mundial de las emisiones de carbono entre 2010 y 2018, según el informe. (Foto: David Zalubowski/AP)
“El nuevo informe de Oxfam pone de manifiesto que nuestro actual modelo económico ha sido el desencadenante tanto del actual desastre climático como de una desigualdad igualmente catastrófica. La pandemia de COVID-19 nos impone la incuestionable obligación de reconstruir con un modelo mejor, y sentar las bases de una economía global más sostenible, resiliente y justa. Combatir el desproporcionado volumen de emisiones de carbono de los más ricos de la sociedad debe ser una de las principales prioridades de este compromiso colectivo”.
Ban Ki-moon, ex Secretario General de las Naciones Unidas.
Aun así, la escala de las reducciones de emisiones que necesitan aplicar los ricos del mundo para mantener el calentamiento del planeta a un 1,5 C por encima de la época preindustrial el objetivo más difícil del Acuerdo de París de 2015, es impresionante.
El informe de Oxfam estima que el 10% más rico de la población tendría que reducir sus emisiones a un nivel 10 veces por debajo de los niveles actuales para poder mantener al mundo en el camino hacia la meta establecida en el Acuerdo de París, y deberá hacerlo para el año 2030.
Por otra parte, debido a la aparición de la crisis del coronavirus, así como con las crecientes demandas de justicia racial y social, » políticas que eran impensables hace un año están siendo puestas en marcha «, dijo Gore. «Este es el momento de ser audaz y hacer las cosas de manera diferente».
Los viajes de negocios, por ejemplo, se han reducido drásticamente durante la pandemia, lo que ofrece «una gran oportunidad» para aplicar impuestos a los vuelos de clase ejecutiva, así como a los aviones privados y a los viajeros frecuentes, una medida apoyada por un panel climático de ciudadanos británicos.
Los fondos recaudados mediante estos impuestos podrán ser utilizados para apoyar a los más pobres, invirtiendo en salud y educación, o para impulsar el desarrollo del transporte público, la infraestructura digital y otras medidas para facilitar la vida con bajas emisiones de carbono, dijeron los investigadores.
Francia ya ha aplicado impuestos más severos sobre los vehículos utilitarios deportivos, señaló Gore, mientras que algunos gobiernos como el de Nueva Zelanda y Escocia están dejando de lado el índice de crecimiento económico como principal medida de éxito para pasar a utilizar una evaluación más amplia del «bienestar» como forma de medir el estado de una sociedad.

Los viajes de negocios se han reducido drásticamente durante la pandemia, ofreciendo «una gran oportunidad» para gravar los vuelos de clase ejecutiva, así como los jets privados y los viajeros frecuentes, dice Oxfam. (Foto: Max Rossi/Reuters)
Por otro lado, el uso de los fondos de recuperación de la economía para el reacondicionamiento y la modernización de viviendas desde el punto de vista energético, es algo que puede reducir las emisiones contaminantes, mejorar la vida de los más pobres y crear puestos de trabajo, es una iniciativa que abordaría dos desafíos a la vez.
Tim Gore, jefe del área de políticas medioambientales de la organización internacional de lucha contra la pobreza Oxfam, señaló que se deben abordar simultáneamente el problema de una desigualdad económica y social profundamente arraigada y el problema del cambio climático.
Entre las recomendaciones de este informe de la Oxfam figuran “la aplicación de impuestos a la riqueza, a los bienes y servicios de lujo que generan un gran volumen de emisiones; el fin de los rescates financieros incondicionales en la industria de la aviación y las rebajas fiscales a los vehículos de empresa; mayor inversión pública, medidas de promoción y protección del trabajo digno y una reducción de las jornadas laborales; desarrollar infraestructuras para la movilidad eléctrica, el transporte público, los desplazamientos en bicicleta y a pie, y la comunicación digital, a fin de crear alternativas a los transportes intensivos en carbono; desarrollar un conjunto más amplio de indicadores transformadores de género sobre el progreso económico que no se limiten al PIB, como el presupuesto del bienestar (Wellbeing Budget) de Nueva Zelanda, e integrar principios para un diálogo social a todos los niveles a fin de garantizar que se escuchen las voces de las trabajadoras y trabajadores de las industrias afectadas, las mujeres y los grupos de personas de bajos ingresos y en situación de marginación a la hora de diseñar transiciones justas hacia unos modelos económicos que limiten el calentamiento global por debajo de los 1,5 °C, y unas sociedades en la que todas las personas puedan prosperar”.
Fuentes: Reuters / CBC / Oxfam / Canadian Press / RCI
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