El gobierno canadiense anunció que se suma al programa mundial para la compra de vacunas contra el coronavirus y en los próximos días confirmará el monto de su contribución financiera a la iniciativa.
De esa forma, las autoridades federales esperan asegurar el aprovisionamiento de dosis para que los canadienses puedan ser inoculados contra el virus de la actual pandemia, una vez que el medicamento cuente con una aprobación para ser aplicado en el país.
Canadá compartirá con la comunidad internacional los avances contra el Covid-19. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes
Canadá participará también de la iniciativa Covax, impulsada por la Organización Mundial de la Salud, que tiene como objetivo asegurar que las distintas investigaciones para llegar a la vacuna respeten los protocolos sanitarios internacionales y, una vez aprobada, se distribuyan de manera eficiente y equitativa entre la población mundial.
Dicho servicio surgió como respuesta a las inquietudes sobre la posibilidad de que naciones poderosas en el plano político y económico pudieran presionar para contar de manera prioritaria con las dosis disponibles o, incluso, comprarlas y evitar el acceso a las mismas por parte de naciones consideradas como adversarios políticos.
Canadá adoptó la decisión de sumarse a Covax tanto en lo referente a la distribución de la vacuna como en los programas específicos para cooperar con las naciones en vías de desarrollo.
Una vez asegurados los acuerdos de compromiso, los responsables del programa comenzarán a firmar acuerdos formales con los fabricantes y desarrolladores de vacunas, para asegurar las dosis necesarias para terminar la fase aguda de la pandemia a finales de 2021.
El titular de la OMS, Tedros Ghebreyesus, sostuvo que «el Covid-19 es una crisis mundial sin precedentes que exige una respuesta mundial sin precedentes«.
La ministra canadiense de Servicios Públicos Anita Anand confirmó la adhesión al programa impulsado por la OMS. THE CANADIAN PRESS/Cole Burston
El funcionario se refirió en más de una ocasión al riesgo que implican las posturas nacionalistas sobre la vacuna contra el coronavirus, indicando que «sólo perpetúa la enfermedad y prolongará la recuperación mundial. Trabajar juntos a través del servicio Covax no es una obra de caridad, sino que redunda en beneficio de todos los países, para controlar la pandemia y acelerar la recuperación económica mundial«.
En contraposición a la postura asumida por Canadá, Estados Unidos se ha negado a integrarse a la iniciativa y meses atrás inició un enfrentamiento con las autoridades de la OMS, retirando además el financiamiento a la institución y acusandola de falta de liderazgo en el combate contra la pandemia.
La línea adoptada por la Casa Blanca es vista por los analistas como un intento para obtener ventajas políticas de una eventual vacuna producida por laboratorios estadounidenses.
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