El doctor Adrián Baranchuk es un experto en cardiología que ha participado e impulsado numerosas investigaciones sobre el Covid-19.
Desde el inicio de la pandemia, un caudal de información y versiones no siempre confirmadas han advertido de las complicaciones que el coronavirus traería aparejadas para las personas con dolencias cardíacas.
Diversos estudios muestran la relación entre el Covid-19 y las lesiones cardíacas, pero esto no quiere decir de manera directa que el coronavirus incremente, necesariamente, el número de enfermos con trastornos del corazón. Según el especialista, tal idea se instala a partir del enorme caudal de información disponible a partir del estudio de los pacientes infectados por el virus, que es mucho más extenso que el que se genera para otras enfermedades.
Baranchuk aclara que sí existe una lesión en el corazón provocada por el virus y que la misma indica un diagnóstico peor para el paciente afectado, pero advierte que muchas veces se confunde esta situación con cuadros de dolencias cardiovasculares, como puede ser una trombosis a nivel pulmonar, por ejemplo, que involucran una agravamiento del cuadro clínico en cualquier situación médica.
En definitiva, las complicaciones cardiovasculares que aparecen con el covid son, en realidad, comunes a todas las infecciones que afectan al organismo de las personas.
Los pacientes con hipertensión arterial, diabetes, enfermedades coronarias preexistentes y obesidad constituyen lo que se puede calificar como el “grupo de alto riesgo” en el caso de contraer el virus.
Los individuos que presentan alguno de estos trastornos no necesariamente van a evolucionar peor que otros si se contagian con covid, pero sí están en riesgo de padecer complicaciones, de allí la importancia de estrategias sanitarias que los protejan preferencialmente.
Retomando la cuestión de las lesiones cardíacas, el especialista resalta la conveniencia de estudios tempranos que, en algunos casos, requieren recursos que están profusamente difundidos y son económicos, como el electrocardiograma.
Tal estudio, que no es más que el registro de la actividad eléctrica a nivel del tórax, combinado con el análisis de la troponina, sustancia que libera el corazón cuando está sufriendo, detectable con una simple muestra de sangre, permiten establecer si una persona con coronavirus se está dirigiendo hacia el grupo de los pacientes con problemas cardiovasculares.
La combinación de estos dos estudios sencillos permitiría decidir la conveniencia de una hospitalización temprana en personas cuyo cuadro podría deteriorarse sin la atención debida.
Por otro lado, Baranchuk pone en duda que la llamada “niebla mental” sea una consecuencia del coronavirus. Se trata de una pérdida transitoria de la memoria inmediata, que se refiere a sucesos que acaban de ocurrir, que es normal en pacientes, y también en profesionales de la salud, que acaban de ser sometidos a situación de estrés extremo.
En la actual situación global, con altas dosis de tensión y angustia para la mayor parte de la población mundial, no recordar dónde quedaron las llaves del auto u olvidar una fecha no deberían ser motivo de alarma.
Adrián Baranchuk, de origen argentino, llegó a Canadá en el año 2003. En la actualidad, se desempeña como profesor de medicina en la Universidad Queen’s, en Ontario. Cardiólogo de formación, está especializado en electrofisiología, rama que estudia el ritmo cardiaco.
Su laboratorio produce entre 75 y 80 documentos por año en temas como la enfermedad de Lyme, alcohol y salud, medicina en individuos transgenero y otros tópicos, que incluyen el uso de dispositivos como marcapasos y cardiodesfibriladores.
Recientemente se desempeñó como secretario de la Sociedad Interamericana de Cardiología.
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