El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una orden este martes eliminando formalmente los aranceles que la Casa Blanca había decidido imponer a las importaciones de aluminio puro de Canadá, pero no sin dejar de amenazar con imponerlos de nuevo en caso de producirse un aumento de las importaciones del metal a través de la frontera norte de Estados Unidos.
Esta orden presidencial da continuidad a un acuerdo con Canadá anunciado el mes pasado por la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU., encabezada por Robert Lighthizer.
Ese acuerdo restablece la exclusión de las importaciones canadienses del pago de un arancel del 10% establecido en aplicación de la «Sección 232», sobre seguridad nacional, con carácter retroactivo al 1 de septiembre.
En medio de un clima de nacionalismo económico encarnado en su frase “Primero Estados Unidos”, Trump concedió por primera vez esa exclusión a Canadá en 2019, pero un aumento de las importaciones de aluminio canadiense no aleado y no forjado le impulsó a volver a aplicar esos aranceles en agosto, lo que aumentó las tensiones comerciales con Canadá.
Después de consultar con sus contrapartes canadienses, la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU dijo que ahora se esperaba que Canadá exporte solamente entre 70.000 a 83.000 toneladas de aluminio crudo por mes hasta diciembre. Este volumen representa aproximadamente la mitad del promedio mensual de las exportaciones entre enero y julio de 2020.
Trump dijo en la proclamación que podría reimponer esos aranceles sobre el aluminio en bruto sin alear proveniente de Canadá «en caso de que el volumen de las importaciones de estos artículos de Canadá en los meses restantes de 2020 exceda las cantidades que Estados Unidos espera que se exporten desde Canadá».
El seis de agosto de 2020, la viceprimera ministra Chrystia Freeland dijo que Canadá impondrá aranceles dólar por dólar a los productos metálicos de EE.UU. después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció el día previo la imposición de nuevos aranceles a algunos productos de aluminio canadienses.
Ottawa reaccionó anunciando que impondrá tarifas por un valor de 3.600 millones de dólares en contramedidas punitivas después de una consulta de 30 días con los líderes empresariales y otros canadienses sobre los posibles objetivos de una lista preliminar.
«Canadá responderá rápida y firmemente», dijo en ese momento la viceprimera ministra Chrystia Freeland.
La lista de objetivos potenciales que Canadá amenazaba con golpear mediante la imposición de tarifas retaliatoras eran áreas políticamente sensibles ya que se trataba de estados críticos para la reelección de Trump.
Fuentes. Reuters / CBC / A. Panetta / Canadian Press / RCI
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