En marcha Festival de Encuentros Internacionales del Documental de Montreal

Desde el 12 de noviembre y hasta el 2 de diciembre ya se encuentran disponibles en línea los numerosos filmes que propone la edición 23 del festival de Encuentros Internacionales del Documental de Montreal.

Como lo habíamos adelantado en un artículo anterior, el evento se lleva a cabo este año eminentemente en línea, debido a las restricciones impuestas sobre los eventos públicos y masivos como consecuencia de la pandemia de coronavirus.

El festival tuvo su punto de partida el jueves 12 de noviembre, con el lanzamiento del contenido de las primeras tres secciones temáticas, denominadas “Confrontar la historia”, “Explorar la naturaleza” y “Encontrar sus comunidades”. Las obras contenidas en este segmento estarán disponibles hasta el 18 de noviembre a medianoche.

Del 19 al 25 de noviembre estarán accesibles otras tres secciones; en este caso se trata de “Reflexionar sobre la distopía”, “Convertirse en sí mismo” y “Desafiar al poder”.

En tanto, del 26 de noviembre al 2 de diciembre el tramo final incluirá “Repensar la intimidad” y “Sobrevivir a la violencia”.

Fin de semana y algo más

Entre las películas que ya pueden verse en el primer segmento se cuentan obras realizadas en Quebec y otras provincias de Canadá, así como coproducciones con otros países.

Bicentenario, de Pablo Álvarez-Mesa (Quebec-Colombia), que relata la travesía del libertador Simón Bolívar por Colombia. Una evocación al espíritu del prócer latinoamericano y su presencia visible, aún en nuestros días, en una serie de rituales sociales y estructuras estatales. Su legado histórico, plagado de misticismo, y su reencarnación en un ciclo interminable de violencia que parece no querer abandonar a ese país.

Una imagen, dos actos, de Sanaz Sohrabi (Quebec, Estados Unidos, Alemania), en la que el cineasta analiza el papel de las imágenes producidas a lo largo del Siglo 20 por las compañías petroleras establecidas en Irán, como parte del proyecto colonial británico. Un trabajo de archivo que denuncia cómo esas firmas borraron una historia de abuso, opresión y segregación étnica, para suplantarla con una falsa idea de prosperidad. Una propuesta de debate sobre el control de la mirada y la cuestión esencial del derecho a la propia imagen y a la propia historia.

499, de Rodrigo Reyes (México), y un relato que apela a lo fantástico, con un conquistador que naufraga en nuestros días frente a las costas de México y queda atónito ante la sociedad actual y los cambios que ésta ha experimentado. Una lucha contra los fantasmas del colonialismo que él mismo ayudó a aplicar y que forman parte de las pesadillas actuales, propias y las de muchos otros en el presente de la sociedad. Poblaciones abandonadas, familias de víctimas de la violencia, multitudes de migrantes con los que se topa el conquistador, en su derrotero por las ciudades, los vertederos de basura y la naturaleza contaminada.

Un brillante día de verano, de Lei Lei (Estados Unidos-China), es una historia narrada a partir de una fotografía. Un niño pequeño y su madre al volante de un coche, que en realidad es un decorado de cartón. La mujer relata los recuerdos que le despierta la fotografía y se los cuenta a su hijo. La imagen en la foto da lugar a otras nuevas. Poco a poco, varias generaciones y la sociedad china posterior a la Revolución Cultural de Mao vuelven a la vida. El pasado olvidado y la nostalgia familiar, en un ensayo de búsqueda histórica y experimentación formal.

La magnitud de todas las cosas, de Jennifer Abbott (Canadá), habla sobre el efecto generalizado del cambio climático que se siente en todas partes, con paisajes que están cambiando de manera irreversible. La experiencia de la pérdida en una escala íntima, con la enfermedad y la muerte de la hermana de la propia cineasta, que se emparenta con el sentimiento de dolor e injusticia que sienten aquellos que ya están viendo desaparecer su lugar de vida. La voz de los pueblos indígenas de Nunatsiavut hasta el archipiélago de Kiribati, desde el Amazonas hasta Tasmania y los jóvenes de la Rebelión de la Extinción. Una nueva forma de percibir nuestro mundo, y un viento de esperanza y revuelta.

84, de Daniel Santiago Cortés, Colombia, sobre el resurgimiento de la violencia en su país y dos películas del pasado, reunidas por casualidad en el fondo de una caja. Se remontan a 1984 y el inicio del proceso de paz entre el gobierno y los movimientos guerrilleros. Uno es un documental que muestra las luchas indígenas, el otro es una ficción independiente. En este ensayo experimental, el cineasta crea el encuentro fortuito de estas dos cintas que, en retrospectiva, interactúan tanto en sus imágenes como en su contenido, y se convierten en testimonio de las fracturas y divisiones que desgarraban al país y parecen convertirse en el sombrío presagio de una historia que se repite.

Niña mamá, de Andrea Testa, (Argentina), y la realidad de un país el que cada 3 horas una menor de 15 años es obligada a dar a luz. Mientras la legalización del aborto se demora, muchas jóvenes, a menudo víctimas de la pobreza y la violencia sistémica, se enfrentan a una difícil decisión sobre su embarazo no deseado. El documental revela algunas de las historias detrás de las estadísticas. Los pacientes y sus interacciones con los trabajadores sociales que, fuera de la cámara, les ayudan a ver un futuro a pesar de las difíciles situaciones familiares, las relaciones abusivas y la abrumadora realidad de la maternidad.

Para más información sobre el festival RIDM o en línea para el acceso a las películas de una selección.

Categorías: Artes y espectáculos
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