Imagen: Jimena Terraza

Una argentina participa en la preservación de las lenguas autóctonas en Canadá

Cuando la lingüista argentina Jimena Terraza llegó por primera vez a Canadá, posiblemente no había imaginado que con el paso del tiempo jugaría un rol central en la preservación de las lenguas indígenas canadienses.

Conocedora de que los idiomas forman parte esencial de la cultura de los pueblos, concuerda en que la defensa y promoción de los mismos no pueden estar ausentes en el marco de las políticas que buscan proteger a las llamadas naciones originarias y al aporte que las mismas hacen al país en el que viven.

Terraza se ha desempeñado como docente en el centro educativo Kiuna, ubicado en la provincia de Quebec, que es una de las pocas experiencias a nivel nacional surgida de la propia iniciativa de los indígenas para enseñar, transmitir y conservar su lengua, en este caso el atikamekw, tanto a miembros de su comunidad como al público en general que quiera aprender y conocer más sobre la misma.

El interés por las lenguas nativas ha ido en aumento en los últimos años. Foto Sarah Cleary.

La experiencia es única, además, porque Terraza lleva a cabo su actividad docente no siendo ella indígena ni hablante de la lengua en cuestión, pero sí tiene y aporta el conocimiento gramatical y la solvencia didáctica de los que carecen los hablantes del idioma.

La docente e investigadora sostiene que en la última década se ha producido una suerte de resurgimiento de interés por parte de la población en general por conocer las diversas lenguas indígenas en Canadá y la muestra de eso es que hay disponibles, en el momento, una serie de posibilidades para estudiar estos idiomas, incluso a nivel universitario.

A través de la lengua se pueden descubrir percepciones y la forma en la que categorizamos el mundo.Jimena Terraza, lingüista.

Su experiencia previa como traductora la ha llevado a interesarse, también, por la existencia de términos en las lenguas nativas canadienses que no tienen un equivalente en otros idiomas, en este caso el castellano, el inglés o el francés, y ahondar en las formas en las que cada lengua elabora, construye esa representación simbólica del mundo que son las palabras.

Años atrás, a pedido del Moose Cree First Nation Council llevó a cabo la redacción de un texto de gramática que se convirtió en el antecedente de un libro que, a través del relato de historias, busca enseñar la lengua cree a personas sin conocimiento previo de la misma y que hoy es un libro de texto de consulta permanente en la materia.

Originaria de la provincia de Córdoba, en Argentina, Terraza se topó en su momento con la sorpresa de que en el norte de su país natal había personas que hablaban la lengua nativa wichi, cuya existencia ella desconocía.

Sus trabajos en el norte de Argentina, con la comunidad wichi. Foto: Eduardo Flores Lezcano.

Ese descubrimiento puede ser visto como el punto de partida de un periplo que hoy tiene a la docente e investigadora como referente de la preservación de las lenguas indígenas aquí.

En Canadá existen alrededor de 70 idiomas nativos distintos que se dividen en 10 familias lingüísticas.  

Las lenguas autóctonas canadienses son testimonio de una gran diversidad en lo que se refiere a su estructura y fonética.

En general, las palabras en los idiomas indígenas son complejas, y muchas veces encontramos que es posible enunciar con un solo vocablo las ideas que en otras lenguas requieren frases completas para ser expresadas.

El Colegio Kiuna es el único en su tipo en Quebec creado para la preservación de las lenguas indígenas. Foto: Nicolás Ottawa.

Algunos de esos idiomas son hablados por un número elevado de personas y en determinados casos tienen el estatuto de lenguas oficiales en diversas jurisdicciones.

La Asamblea General de Naciones Unidas declaró en 2019 el Año Internacional de las Lenguas Autóctonas, con el objetivo de llamar la atención sobre el peligro de extinción que enfrenta el 40 por ciento de 6.700 idiomas hablados en todo el planeta.

En Canadá, según datos oficiales de 2016, al menos 228.765 personas hablaban lenguas autóctonas en el hogar.

Ese año, los idiomas nativos más usados en el país fueron el cri, el inuktitut, el ojibwe, el oji-cri y el dené.

Iniciativas como el colegio Kiuna, el proyecto NETOLNEW y entidades como el Consejo Cultural de las Primeras Naciones son solo algunos de los recursos, ofrecidos en la actualidad, para los interesados en aprender la lengua de sus ancestros o para quienes consideran que conocer el idioma de los pueblos originarios es la mejor forma de preservar las raíces culturales del país en el que se vive. 

Jimena Terraza nos cuenta más detalles en entrevista con Radio Canadá Internacional.

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¿Cómo una linguista argentina es hoy una especialista de una lengua indígena canadiense?

Categorías: Indígenas, Política, Sociedad
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