El proceso de cura de una lesión puede degenerar en un tumor. Foto: iStock.

Expertos canadienses estudian relación entre lesiones y tumores cerebrales

Una nueva investigación canadiense se propone ahondar en la relación existente entre el proceso de curación de las lesiones cerebrales y la posterior aparición de tumores cancerígenos.

El estudio, que forma parte de una iniciativa pancanadiense, busca avanzar en las posibles relaciones entre las circunstancias que intervienen en el proceso de cura de una lesión en el tejido cerebral y la aparición de formaciones tumorales en el mismo.

Las lesiones, los tumores y los tratamientos varían en cada caso. Foto: iStock.

Una herida que no cierra

Mediante el análisis de la secuencia del ácido ribonucleico de 56.000 células malignas, extraídas de tumores que se encontraban en un primer estadio de su desarrollo, los expertos establecieron que la carga mutacional en algunas células presentes en el cerebro podría ser modificada como consecuencia de una lesión, estableciendo de esa manera el escenario propicio para la aparición del cáncer.

De confirmarse la teoría, los investigadores confían en que podría haberse dado un paso importante en el desarrollo de nuevas terapias para el tratamiento de pacientes con glioblastoma.

Según la Fundación Canadiense para el Tratamiento de Tumores Cerebrales, el glioblastoma es el tumor maligno más común y agresivo de todos los que pueden afectar el cerebro.

El glioblastoma puede ubicarse en distintos lugares del cerebro. Foto: iStock.

La mayoría de esas formaciones suele ubicarse en los hemisferios cerebrales, pero también puede situarse en otras partes del órgano, como el cerebelo, el tronco del encéfalo o la médula espinal.

Este tipo de males es más común en los adultos que en los niños.

El avance genera expectativa, además, porque en la actualidad los pacientes afectados con glioblastoma cuentan con una gama reducida de tratamientos posibles, al tiempo que la tasa de supervivencia se ubica en torno a los 15 meses a partir del diagnóstico.

El doctor Peter Dirks, experto en neurocirugía y uno de los participantes en la investigación, citado por el periódico de la Universidad de Toronto, sostiene que el glioblastoma puede ser considerado como “una herida que nunca termina de sanar” y el estudio de tal circunstancia se convierte en una llave para comprender la forma en la que ese tipo de tumores se genera y se desarrolla, pero también podría dar lugar a nuevas ocasiones de tratamiento, centrando los mismos en la herida misma y en la respuesta inflamatoria que produce el organismo.

La inflamación forma parte de la curación de una herida, pero también del origen del tumor. Foto: iStock.

Inflamación y mutación

El estudio sugiere que algunos de los tumores comienzan a formarse durante el proceso de curación de una herida.  

En esa instancia, los tejidos lesionados generan células nuevas, que tienen como misión reemplazar las que se perdieron como consecuencia del trauma.  En algunas ocasiones, este proceso se lleva a cabo de manera irregular y parte de esas células flamantes experimentan una mutación. 

Una vez que una célula mutante interviene en el proceso de curación, comienza a multiplicarse fuera de control y allí se origina el tumor.

La heterogeneidad de células madre cancerígenas que intervienen en estos casos son una de las trabas principales para la efectividad de los tratamientos con los que se cuenta en la actualidad y es también una de las razones por la que los tumores cerebrales son tan difíciles de “curar”.

El vínculo posible entre lesiones deportivas y tumores cerebrales ha sido señalado en reiteradas ocasiones. Foto: iStock.

Tratamientos adaptados

Los expertos señalaron además que los tumores pasan por dos etapas que llamaron “estado de desarrollo” y “respuesta a las lesiones”.

En esta última fase, se registró un aumento de los marcadores de inflamación, entre ellos el interferón, que intervienen en los procesos de curación de las heridas y que adquiere una característica diferente en cada paciente.

La mira de los científicos está puesta ahora en desarrollar un “cóctel” de medicamentos que se adecúe de manera más eficaz a cada caso específico.

El estudio es llevado a cabo, entre otros participantes, por la Universidad de Toronto, el Hospital de Niños SickKids y el Centro para el Cáncer Princesa Margarita.

Fuentes: Universidad de Toronto / Fundación Canadiense para el Tratamiento de Tumores Cerebrales.

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Categorías: Salud
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