El Servicio Correccional de Canadá informó que a partir del 8 de enero comenzará una campaña de vacunación entre los encarcelados en prisiones federales, con la inoculación de unos 600 reclusos ancianos y detenidos médicamente vulnerables. Cuando haya más vacunas disponibles se procederá a vacunaciones adicionales.
Con esta medida, las autoridades estarán protegiendo a una población vulnerable que muchas jurisdicciones han buscado mantener a salvo de la pandemia, según una declaración del gobierno dada a conocer este miércoles.
Hasta el 5 de enero se habían registrado tres prisioneros muertos a causa del Covid-19 y otros 144 casos activos entre una población de 12.500 reclusos federales en el país, según datos del gobierno.
Las personas recluidas se encuentran en una situación de vulnerabilidad no sólo porque se encuentran encerradas en espacios de alto riesgo, que a menudo son edificios antiguos y mal ventilados, sino también porque a menudo tienen comorbilidades que empeoran el pronóstico si se enferman, dicen los expertos en salud pública.

Prisión federal canadiense de máxima seguridad en Bath, Ontario. (Foto: THE CANADIAN PRESS/Lars Hagberg)
El Ministro de Seguridad Pública, Bill Blair, dijo que al lanzar esta campaña de vacunación entre este grupo de prisioneros, el gobierno estaba siguiendo el consejo de un comité asesor que estableció que las personas que se encontraban reunidas en lugares como las prisiones corrían un mayor riesgo ante la pandemia.
El presidente del sindicato que representa a los empleados de los servicios correccionales de Canadá dijo que apoyaba la medida del gobierno federal de priorizar a los reclusos pero que también quería vacunas para sus miembros.
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El Servicio Correccional de Canadá comunicó que el personal que trabaja en las prisiones será vacunado a través de los sistemas de salud de su provincia o territorio y que la agencia está trabajando estrechamente con estos gobiernos para asegurar que los trabajadores de salud en las prisiones sean vacunados en la primera fase.
Muchas jurisdicciones han luchado por mantener a su población encarcelada a salvo de la pandemia. Según un informe de octubre de la National Academies Press, las tasas de infección por Covid-19 entre la población reclusa eran casi cinco veces superiores a las registradas entre la población general en Estados Unidos.

La campaña de vacunación comenzará con la inoculación de unos 600 reclusos ancianos y médicamente vulnerables. (Foto: iStock)
Según la doctora Farah Mawani, epidemióloga social y psiquiátrica de Unity Health Toronto, la vacunación es «una iniciativa realmente importante para abordar el mayor riesgo de transmisión en las prisiones y el hecho de que hay múltiples brotes activos en las prisiones».
Esta medida sanitaria dispuesta por el gobierno del liberal Trudeau fue inmediatamente criticada por el líder del Partido Conservador de la oposición federal, Erin O’Toole, quien publicó en Twitter que «Ningún criminal debería ser vacunado antes que cualquier canadiense en situación vulnerable o trabajador de la salud de primera línea».
Para el criminólogo y experto en prisiones de la Universidad de Ottawa, Justin Piché, las declaraciones del líder conservador O’Toole son «poco éticas y censurables».
«Por encima de todo, si acataríamos su llamado, eso sería peligroso no sólo para los prisioneros sino para todos nosotros, ya que el personal de la prisión regresa a sus familias y a nuestras comunidades día tras día», dijo Piché.
«Cuando el Covid-19 golpea tras las rejas, no se queda allí. Y cuando se extiende a nuestras comunidades, pone a todos en un riesgo mayor. Sirve a nuestros intereses que los prisioneros tengan acceso prioritario a las vacunas, junto con las personas vulnerables en otros lugares donde la gente se aglomera. El personal de la prisión, al igual que el personal que presta atención médica, también necesita tener acceso prioritario a las vacunas».
Justin Piché, criminólogo y experto en prisiones de la Universidad de Ottawa.

El jefe de los conservadores y líder de la oposición oficial, Erin O’Toole, en la Cámara de los Comunes. (Foto: THE CANADIAN PRESS/Sean Kilpatrick)
Por su parte, Catherine Latimer, directora ejecutiva de la Sociedad John Howard de Canadá, señaló que 600 vacunas representan sólo alrededor del cinco por ciento de la población penitenciaria federal. La prioridad de las vacunas debe basarse en criterios de salud pública basadas en el riesgo de contaminación y la vulnerabilidad médica, dijo.
«No se debe negar a los reclusos el lugar que les corresponde en la prioridad de acceso a la vacuna por el hecho de estar encarcelados».
Catherine Latimer, directora ejecutiva de la Sociedad John Howard de Canadá.
La Sociedad John Howard es una organización canadiense sin fines de lucro fundada en 1867 que busca reformas al proceso de justicia penal y lleva a cabo programas de educación pública en torno a temas como las condiciones penitenciarias, el derecho penal y su aplicación. Esta sociedad trabaja con adultos, niños y jóvenes para ayudarles a reconstruir sus vidas.
Fuentes: Reuters / CBC / K. Harris / V. Ouellet / J. Loiero / Canadian Press / RCI
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