Los coyotes abundan en distintos sitios de América del Norte. Foto: iStock.

Coyotes alimentados con residuos están más enfermos y son más agresivos

Numerosas especies animales mantienen un contacto cada vez más estrecho con los humanos, en circunstancias que no siempre son las mejores.

El cambio climático, la pandemia de coronavirus, la destrucción de su hábitat natural, llevan a muchos animales a deambular por zonas urbanizadas, principalmente en busca de alimento… Y el que obtienen está produciendo estragos en su salud.

Comida basura

Una de las especies que más está siendo afectada por esta situación es la de los coyotes.

De manera cada vez más frecuente, ese animal recorre los lugares en los que los humanos suelen depositar sus desechos alimenticios, en busca de la comida que ya no son capaces de prodigarse en la naturaleza.

La reducción de su hábitat natural impulsa a los animales hacia los centros urbanos. Foto: iStock.

Un estudio, llevado a cabo por expertos de la Universidad de Alberta, analizó el caso de 100 coyotes en la región de Edmonton, la capital de la provincia.

Los coyotes, al igual que otras especies, comienzan a habituarse a los alimentos que las personas descartan. Pero si ese hábito pasa por una cuestión de necesidad, por trazar una simetría con una de las formas que los humanos tenemos para elegir qué ingerimos, los efectos de esa comida en el organismo de seres vivientes no acostumbrados a los mismos comienza a verse afectado, y las consecuencias no son agradables.

Mal alimentados y enfermos

El estudio, que incorporó los datos obtenidos por investigaciones previas, sostiene que numerosas ciudades en toda América del Norte han experimentado un incremento del número de coyotes enfermos o con una salud deficiente avistados en sus áreas.

A partir de las observaciones llevadas a cabo se llegó a determinar que los coyotes urbanos consumen más alimentos antropogénicos, es decir, provenientes de los humanos.

Esta situación se asocia a una mayor diversidad del microbioma, como se llama al conjunto de los microorganismos presentes en un entorno específico, en este caso el organismo de la especie estudiada. 

Esta condición también trae aparejada una mayor abundancia de las bacterias conocidas como streptococcus y enterococcus y a una peor condición corporal media.

Coyote se pasea por una playa en Vancouver, Columbia Británica. Foto: iStock.

Por el contrario, los coyotes rurales albergan microbiomas ricos en bacterias que se asocian a dietas altas en proteínas y a una mejor condición corporal.

Del mismo modo las dietas basadas en alimentos antropogénicos se asociaron con la presencia de bazos más grandes en los coyotes urbanos y una abundancia del parásito zoonótico echinococcus multilocularis, responsable de la enfermedad parasitaria conocida como hidatidosis.

La masa del bazo sirve como indicador de la función inmunitaria en los mamíferos.

En resumen, los resultados de la investigación demuestran cómo el consumo de alimentos antropogénicos ricos en carbohidratos, por parte de los coyotes urbanos, altera el microbioma de estos, facilita la aparición de parásitos y favorece un comportamiento agresivo.

Contactos peligrosos

Entre los ejemplares analizados hay que contar 30 coyotes muertos en la carretera o en el área urbana de Edmonton y 65 que fueron recogidos por cazadores en busca de pieles.

En cada caso se estableció la edad y condición corporal del animal y se estudiaron los alimentos ingeridos en las horas previas a su muerte, mediante el análisis del contenido del estómago, así como la dieta a largo plazo, al menos entre 6 y 8 meses.

Los ejemplares mostraban las diferencias de tamaño habituales en función del sexo, siendo los machos más grandes que las hembras, pero no había distinciones basadas en el sexo o la edad en la dieta.

Además, los coyotes urbanos mostraban una condición corporal más pobre que los rurales. Los primeros tenían la mitad de grasa renal, que es un indicador de las reservas de grasa corporal. Los coyotes urbanos también tenían el bazo un 37 por más grande que lo normal, condición que sugiere que pueden estar experimentando más desafíos para su sistema inmunológico.

Una madre coyote en busca de alimento cerca de Calgary, Alberta. Foto: iStock.

Gran parte de la diversidad microbiana intestinal es atribuible a la gama de enzimas microbianas necesarias para degradar los nutrientes de la dieta. La alimentación rica en plantas y fibras conduce a una presencia más variada de esos microbios.

Los autores del estudio piensan que una dieta centrada en los restos de alimentos descartados por los humanos, introduce un elemento microbiano en lo que se ha descrito previamente como un «círculo vicioso» de la alimentación, la condición corporal y la susceptibilidad a las enfermedades.

Como consecuencia de su mal estado de salud, los animales pierden sus habilidades para capturar presas, explicando así la razón por la que los coyotes enfermos se encuentran con más frecuencia en lugares donde se arrojan desperdicios.

El animal en tal situación puede ser foco de enfermedades para los humanos que entren en contacto con él y, por cierto, su malestar general puede hacerlo más agresivo o, al menos, propenso a un comportamiento más conflictivo, con los riesgos que eso implica para las personas y otros animales.

Fuentes: Universidad de Alberta / Scientific Reports.

Categorías: Medioambiente y vida animal, Salud
Etiquetas: , , , , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.