La pandemia del coronavirus parece haber profundizado las desigualdades entre los pobladores de un mismo país o incluso una misma región, según sostienen diversos analistas.
Entre las propuestas para contrarrestar esa situación figuran la de asegurar un ingreso mínimo para todas las personas, más allá de su condición socioeconómica actual.
Un panel de expertos de Columbia Británica sostiene que esa no es la mejor opción para la provincia y sugiere una serie de recomendaciones, que proponen otras alternativas.

La falta de recursos arroja a la gente a vivir en la calle. THE CANADIAN PRESS/Chad Hipolito
La pobreza de un país rico
Según la oficina del Comisionado para los Derechos Humanos de Columbia Británica, la situación de la indigencia en la provincia es alta: 1 de cada 10 habitantes puede ser considerado pobre y aún quienes reciben asistencia básica, tienen un ingreso anual que no alcanza al 50 por ciento de los recursos considerados necesarios para no quedar por debajo de la línea de pobreza.

Desalojo de un campamento de gente sin techo en Vancouver. THE CANADIAN PRESS/Chad Hipolito
El mismo organismo resalta que 1 de cada 5 menores en Columbia Británica crece siendo pobre, 1 de cada 4 miembros de las comunidades LGBTQ no cuentan con un hogar estable, 8 por ciento de los ancianos no recibe los ingresos necesarios para su subsistencia y 1 de cada 3 mujeres mayores que viven solas son pobres.
Los recursos destinados tanto por el Estado como por instituciones asistenciales de diverso tipo para revertir la situación se muestran insuficientes y, ante la situación excepcional impuesta por la emergencia sanitaria, el cuadro podría ser más grave.

Los bancos de alimentos podrían tener más concurrencia este año. THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward
Cuál es la solución adecuada, para permitir que miles de personas no se vean arrojadas a la indigencia, en el contexto de una sociedad opulenta como la canadiense en general y la colombo británica en particular, parece un interrogante cuya respuesta es esquiva.
Una de las opciones más reiteradas es la de asegurar un ingreso básico para todas las personas, en opinión de algunos analistas y expertos, pero no existe consenso al respecto.
Entre la solución y el espejismo
Un panel de expertos en economía produjo el informe “Cubriendo todo lo básico: Reformas Para Una Sociedad Más Justa”, que aborda la problemática y sugiere una serie de recomendaciones.
Según sostienen los integrantes del grupo, un ingreso básico universal no constituye la mejor política para atacar de manera efectiva la pobreza, que afecta a algunos sectores de la población en la pujante provincia de la costa oeste canadiense.

Las condicones de vivienda de muchos colombo británicos no son del primer mundo. THE CANADIAN PRESS/Darryl Dyck
Por el contrario, los expertos se pronunciaron a favor de dar prioridad a las reformas y modernización de los sistemas de administración, así como de las políticas y programas actuales, con la vista puesta en mejorar los apoyos sociales a los grupos considerados vulnerables.
Alternativa combinada
En todo caso, los ingresos básicos serían aconsejables, sostienen los autores del reporte, en los casos específicos de personas con discapacidades, mientras que para el resto de los habitantes afectados aconsejan un esquema de prestaciones que complementen o faciliten los ingresos, dando apoyo a los individuos para mejorar su calidad de vida.

Una realidad indigna, para la que urge hallar soluciones. THE CANADIAN PRESS/Darryl Dyck
«Nuestros datos sugieren que un sistema mixto y adaptado es el mejor enfoque para un cambio positivo«, sostuvo David Green, presidente del grupo y profesor de la Escuela de Economía de Vancouver en la Universidad de Columbia Británica.
Las principales conclusiones a las que arribó el trabajo dieron como resultado un conjunto de 65 recomendaciones para encarar el combate de la pobreza en la provincia.
- Servicios de Salud ampliados, que incluyan cobertura dental básica.
- Ayudas para el alquiler de vivienda para todos los hogares con bajos ingresos, incluidos los trabajadores pobres, e independientes del sistema de asistencia a los ingresos.
- Programas específicos que combinen las transferencias de efectivo con un apoyo social global para grupos en transición, como los jóvenes que dejan de recibir cuidados, las personas que huyen de la violencia doméstica y quienes no acceden al empleo.
- Revisión del sistema de asistencia a los discapacitados, con énfasis en las personas con problemas de salud mental y adicciones.
- Apoyar la inserción laboral de esas personas, reformulando el programa actual como una renta básica específica.
- Un programa de Asistencia Temporal reformado, que proporcione prestaciones monetarias a quienes puedan trabajar y facilite su transición al empleo
- Aumento de los montos de las prestaciones para los beneficiarios de la Asistencia por Discapacidad y de la Asistencia Temporal.
- Ajustes en las prestaciones del sistema fiscal, como un suplemento provincial de ingresos para los trabajadores pobres.
- Orientar la Prestación de Oportunidad Infantil más directamente a las familias con niños que viven en la pobreza
- Reforma de la normativa para mejorar las condiciones de trabajo y los salarios de los trabajadores poco calificados y con bajos ingresos.
El reporte es el resultado de cerca de dos años de trabajo y está basado en el estudio y elaboración de más de 40 documentos de investigación, producidos por los integrantes de un panel multidisciplinario, integrado por especialistas e investigadores de diversas entidades canadienses.
El reporte completo se encuentra disponible en formato PDF.
Fuentes: Universidad de Columbia Británcia / Oficina del Comisionado por los Derechos Humanos en Columbia Británica.
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