La popular red social de origen estadounidense, Instagram, que fue adquirida por Facebook a mediados del 2012, anunció públicamente que está endureciendo su postura sobre la incitación al odio en los mensajes, y en este caso, puntualmente en los mensajes directos. A través de su página about.instagram.com, la red social basada en las imágenes anunció, bajo el título “Una actualización de nuestro trabajo para hacer frente a los abusos en Instagram”, que empezará a inhabilitar cuentas de personas que envíen repetidamente mensajes que inciten directamente al odio. Esta iniciativa nace a partir de una escalada de abusos racistas en líneas dirigido a futbolistas en el Reino Unido.
Según la red social, una gran cantidad de los abusos y mensajes de odio que se expresan dentro de la plataforma, se producen sobre todo en los mensajes directos entre los usuarios. Evidentemente, este tipo de mensajes son más difíciles de seguir y abordar que los comentarios que la gente puede dejar en un post de Instagram. La empresa avisó que teniendo en cuenta que los mensajes directos son conversaciones privadas, no pueden utilizar la tecnología para detectar en forma proactiva los contenidos como la incitación al odio o el acoso, de la misma manera que lo hacen en otros segmentos de la plataforma.
La postura endurecida de Instagram sobre este tipo de conductas implica, en un primer término, la imposibilidad por parte del usuario que ha sido señalado por el envío de mensajes de contenido racista u odioso, de enviar mensajes durante un tiempo indefinido. Si luego de haber recuperado la capacidad de compartir mensajes dentro de la plataforma, el usuario incurre nuevamente en este tipo de conductas, su cuenta será directamente desactivada.
El comunicado de Instagram en un blog de la empresa, anunció que también serán inhabilitadas las nuevas cuentas creadas como pasarelas momentáneas para eludir las restricciones de mensajería y se deshabilitarán todas aquellas cuentas que hayan sido creadas con el fin exclusivo de enviar mensajes abusivos.
La red social ha dejado en claro cuál es su postura ante la incitación al odio avisando que no se tolerarán ataques a personas por sus características protegidas como “la raza o la religión”.
El año pasado, la plataforma había reforzado esas normas prohibiendo formas más implicitas de incitación al odio, como el contenido que representa el rostro negro y los tropos antisemítas (figuras metafóricas, metonímicas u otras para expresar un sentido figurado). En aquel entonces, la empresa había asegurado que cooperaba con las fuerzas de seguridad y orden cuando es necesario para ayudar a lidiar en los casos de incitación al odio.
Según trascendió en distintos sitios web, esta última modificación nace tras la declaración del príncipe de William, duque de Cambridge (el nieto de la reina Isabel II del Reino Unido), y actual presidente de la Asociación de Fútbol de Inglaterra, quien emitió una declaración en la que aseguró que “el abuso racista, dentro o fuera del campo, en las gradas o en las redes sociales, es absolutamente despreciable y debe terminar ahora mismo”. En la misma línea, cuatro clubes de fútbol también emitieron declaraciones similares contra los abusos y el alcalde de Gran Manchester presionó a las redes sociales para que contribuyeran en este plan.
La función principal de este Ente sería velar para que las grandes y pequeñas empresas de internet que operan en suelo canadiense no permitan en sus plataformas la diseminación de discursos de odio, incitación a la violencia, agresiones sexuales, pornografía infantil o material intimo utilizado como pornovenganza. Radio-Canadá informa que el gobierno canadiense está interesado en los modelos australiano y europeo, en los cuales, los infractores reincidentes, o los más combativos, están expuestos a multas de hasta el 10% de sus ingresos anuales y hasta tres años de prisión para sus ejecutivos.
Evidentemente, el racismo y el odio han ocupado en los últimos años un lugar más que preponderante en Internet, ayudados en algunos casos por personalidades que desde sus lugares de poder, (como por ejemplo el ex-presidente estadounidense Donald Trump), incitaron a la violencia y profundizaron la grieta existente entre estos grupos extremistas y la sociedad en general.
Gobiernos en todo el mundo y grandes empresas están tratando de contrarrestar este avance del odio, comprometiéndose a hacer todo lo posible para luchar contra este flagelo que azota implacablemente a nuestras sociedades. La decisión de Instagram (desde lo privado) y del Gobierno Canadiense (como tantos otros en el mundo) dan la pauta que un cambio es necesario para que el odio no siga atentando contra nuestros derechos fundamentales y no consuma nuestro presente y nuestro futuro.
Fuentes: Instagram blog, ici.Radio-Canada, The Verge,
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