Cada año, con la llegada del buen tiempo de primavera y verano, es habitual ver animales circulando por caminos, rutas y vías férreas de Canadá.
Tal situación se convierte en una ocasión de accidentes que cada año deja una cantidad importante de ejemplares salvajes muertos.
Zorrinos, marmotas, ardillas, castores y otras especies llevan las de perder cuando son embestidos por un rodado.
Un grupo de científicos se propuso establecer los lugares más frecuentes en los que los animales son embestidos por trenes, una de las colisiones más frecuentes, por ejemplo, en la región de las Montañas Rocosas, en el oeste canadiense.

Las cifras de animales muertos en colisiones con trenes van en aumento. Foto: iStock.
Zona de riesgo
Investigadores del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta y biólogos de Parques de Canadá se dedicaron a estudiar a 11 especies de animales divididos en 3 grupos que comprenden a los osos, otros carnívoros como lobos, pumas, linces y coyotes, y por último los alces, ovejas y ciervos.
Para el trabajo se tomaron en cuenta los datos disponibles a partir de los registros de mortalidad de 646 accidentes en los que estuvieron involucrados animales, entre 1995 y 2018, en la zona de Banff y en el Parque Nacional Yoho.
El riesgo de mortalidad aumentó con la velocidad máxima de los trenes y la mayor curvatura de las vías, que sugieren problemas de detección de las formaciones, y en zonas con gran proximidad y cantidad de agua, que pueden imponer limitaciones al movimiento de los animales.
Según los análisis llevados a cabo por los expertos, el riesgo de mortalidad también se relaciona, pero de forma más variada, con la cobertura de arbustos, la complejidad topográfica y la proximidad con carreteras y caminos laterales.

Las señales que avisan sobre posible presencia de animales forman parte del paisaje en todo el país. Foto: Istock.
A lo largo del año
La mayor tasa de mortalidad se registró a finales de la primavera para los osos, pero para quienes no somos expertos en el tema, un dato llamativo puede ser que la mayor cantidad de muertes se produjo en invierno para las especies comprendidas en los ungulados (animales que caminan apoyando el extremo de los dedos) y otros carnívoros.
Los responsables de la investigación sostienen que la mortalidad directa por colisiones con vehículos es un problema creciente, tanto en las carreteras como en las vías férreas, y que puede llegar a agravar la situación de especies amenazadas por el peligro de extinción.
Determinar los puntos calientes de mortalidad podría apoyar la mitigación de la misma de manera más efectiva y ecológicamente beneficiosa.
Los científicos evaluaron el efecto de las variables predictoras asociadas con la capacidad de los animales para percibir los trenes, un efecto de canalización en el movimiento de los ejemplares, las oportunidades de forraje a partir de la vegetación o de las presas que son atraídas por ella y la seguridad frente a las personas.

La presencia de lugares con agua atrae animales y suma peligro. Foto: iStock.
La velocidad es el problema
Al clasificar los parámetros de accidentes por su frecuencia, el elemento más eficaz para predecir los lugares de mayor mortalidad de animales fue la velocidad máxima del tren, seguido de la proximidad al agua, la cantidad de la misma dentro de un radio de 90 metros en relación con el lugar del incidente y la curvatura de las vías.
En ese sentido, el riesgo de un accidente mortal aumentó con la velocidad máxima del tren en los modelos a escala del área de estudio para todas las especies, también ante la proximidad de agua, aunque con menor incidencia en el caso de los osos, mientras que la curvatura del trazado de las vías del tren aumentó el peligro para osos y ungulados, pero no para otros carnívoros.
Entre las principales conclusiones a las que arribaron los expertos figura que el número de mamíferos muertos por los trenes en las Montañas Rocosas de Canadá podría reducirse, si el ferrocarril redujera los límites de velocidad a lo largo de un total de ocho kilómetros de vía, a ambos lados de la línea Banff y Lake Louise.
La planificación de medidas de mitigación de la mortalidad aparece como una necesidad clara en el tramo férreo señalado y podría hacerse extensiva a otras jurisdicciones del país que registren el mismo fenómeno de animales muertos por colisión con los trenes.

La cercanía entre vías férreas y vegetación facilita los accidentes. Foto: iStock.
Solución eficaz
La identificación de los lugares específicos en los que la mitigación es más necesaria podría obviar la necesidad de una prevención más drástica, como la instalación de vallas o la construcción de estructuras de cruce, como se recomienda en el caso de las carreteras de tránsito alto, pero que en algunos casos serían económicamente inviables.
Por el contrario, según los datos que surgen de la investigación, la reducción de la velocidad de los trenes podría ser una mitigación especialmente eficaz y su coste económico sería reducido, si se concentra en zonas donde la curvatura de las vías se combina con impedimentos para el movimiento de los animales.
Reducir la velocidad de circulación de las formaciones ha sido resistido siempre por las empresas ferroviarias, que temen una pérdida de ingresos si sus servicios se tornan más lentos.
La aplicación de la medida en lugares específicos, donde se producen los accidentes, tendría un impacto casi imperceptible en el normal desempeño de los servicios ferroviarios, según los autores del estudio.
Fuentes: Universidad de Alberta / Scientific Reports.
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