El jarabe de arce en un producto tradicional en Canadá. THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot

Peligra temporada de las cabañas de arce en Quebec

Los establecimientos de productos derivados del arce que se encuentran en las zonas rojas de Quebec, donde las restricciones a la actividad debido al coronavirus son más estrictas, temen que la situación se agrave para el sector.

Los responsables de esos lugares no saben aún si podrán abrir sus puertas durante la temporada 2021, para recibir al público que cada año visita los complejos antes del fin del invierno y poder también comercializar el famoso jarabe de arce y sus otros productos.

Las tiras de arce, una golosina para chicos y grandes. THE CANADIAN PRESS/Ryan Remiorz

Las cabañas de arce cuentan con comedores que sirven platos tradicionales y que conforman una atracción para miles de personas en toda la provincia, pero cuya actividad se ha visto prácticamente anulada con la llegada del Covid-19.

Según algunas estimaciones, al menos 90 de estos establecimientos han debido cerrar sus puertas durante el último año, ante la baja de los ingresos, indispensables para hacer frente a los costos de producción.

Según la Federación de Productores de Jarabe de Arce de Quebec (PPAQ), el sector reúne a 11.300 personas, repartidas en 7.400 empresas, que en 2020 produjeron 79.000 toneladas de jarabe de arce.

Cuando ya se ha ingresado en la segunda mitad de febrero, las cabañas ubicadas en las regiones más afectadas por la enfermedad no han recibido el visto bueno de las autoridades para abrir sus puertas, como hacen por lo general a partir de la tercera semana del mes.

Para agravar la situación, la merma del mercado obligó a muchos productores a vender a precios muy bajos las existencias de alimentos, como una forma de tratar de reducir el daño económico.

Miles de pequeños productores temen por su futuro. THE CANADIAN PRESS/Ryan Remiorz

A fines de 2020, la comercialización de productos para las fiestas de Navidad y Año Nuevo significó un aliciente, pero la mayor parte de los ingresos de las cabañas provienen de los eventos que se llevan a cabo en febrero y marzo, y que en esta ocasión se encuentran en suspenso.

Algunos propietarios sostienen que los gastos fijos de sus establecimientos pueden superar los 60.000 dólares por mes, una cifra difícil de solventar ante la actual situación.

Por otra parte, en 2020 se creó la Asociación de Salas de Recepción y Cabañas de Arce Comerciales de Quebec (ASEQC), un grupo de apoyo e intercambio de información en relación con las medidas sanitarias adoptadas para luchar contra el coronavirus.

La entidad impulsó un reclamo de ayuda financiera para los productores, que incluía el otorgamiento de subvenciones destinadas al pago de salarios, y que lograron la concesión de un programa de préstamos federales de hasta 40.000 dólares, suma considerada insuficiente por la Asociación.

El grupo no hizo referencia a programas similares por parte del gobierno provincial.

Funetes: The Canadian Press / PPAQ / ASEQC.

Categorías: Economía, Política
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