Tras recibir un llamado del bombástico presidente estadounidense Donald Trump, la mandataria chilena, Michelle Bachelet, declaró este lunes que se puso de acuerdo con su homólogo estadounidense seguir en contacto para “encontrar una salida a la delicada crisis que atraviesa Venezuela.”
Bachelet declaró a la prensa que Trump le planteó su “preocupación”, y que ella también se había enterado por la prensa que el estadounidense también le había expresado al polémico presidente brasileño Temer esa misma preocupación por la situación en Venezuela.
Una aguda escasez de productos básicos y las largas filas para la compra de alimentos y medicinas indican las dificultades económicas que viven los venezolanos. Una situación que el gobierno de Venezuela denuncia como la consecuencia de un sabotaje económico y político por parte de la oposición interna y externa.
«Quedamos de seguir en contacto para ver cómo apoyar el que Venezuela pueda tener una salida tranquila a la situación interna que está viviendo, preocupación por el tema humanitario», agregó Bachelet.
Mientras el Gobierno venezolano señala a los empresarios privados de desestabilizar la economía venezolana, acaparando productos y especulando con los precios, sus críticos alegan que las políticas económicas centralistas están haciendo colapsar al país.
Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos han sido tensas desde que el fallecido líder Hugo Chávez fue elegido al poder en 1999 con un programa de independencia frente a la influencia de Estados Unidos y de una mayor integración regional.
Desde entonces, los roces entre Caracas y Washington han sido constantes. El Gobierno venezolano ha denunciado en repetidas ocasiones la constante intromisión de Estados Unidos en sus asuntos internos y como uno de los causantes de la profunda crisis económica que vive el país petrolero.
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