Inmigrantes calificados y los riesgos de la burocracia

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En los últimos días, trascendió el caso de un joven profesional de la ciudad de Quebec, originario de Colombia, cuyo proyecto de vida en el país corría riesgo de venirse abajo.

Fabio Sarmiento es un programador de Java, lenguaje utilizado en informática, que se desempeña en una importante firma quebequense de seguros.

Llegado hace poco más de dos años, Sarmiento se encuentra en el país con una visa de trabajo y tras su arribo no tuvo ningún problema en encontrar un empleo, ya que la disciplina en la que se especializa se encuentra en alta demanda en el mercado local y no abundan las personas con nivel similar de preparación y experiencia.

La pareja inició el proceso de Inmigración y planea radicarse en Quebec definitivamente. Foto: Fabio Sarmiento.

Pero la suerte se complicaría inesperadamente.

A lo largo de dos años, el joven profesional y su esposa, María Peña, de origen venezolano pero residente en Colombia, buscaron que las autoridades canadienses le dieran una visa a la mujer, para que pudiese radicarse aquí junto a su marido.

Sin razones claras a la vista, las autoridades negaron los permisos solicitados, llegando incluso a rechazar la concesión de una visa temporal de trabajo, a la que tiene derecho gracias a la condición de residencia de su marido.

Peña, experta en informática ella también, recibió una oferta laboral de parte del empleador de su esposo, que pensó que de ese modo lograría ocupar dos puestos de trabajo esenciales para su negocio.

La respuesta de los responsables migratorios siguió siendo negativa.

Incluso los planes de boda se vieron afectados por la papelería burocrática. Foto: Fabio Sarmiento.

La intervención de un abogado permitió averiguar que incluso los certificados de selección de Quebec, herramienta esencial en el proceso inmigratorio canadiense, con el que la pareja se había beneficiado tiempo atrás, habían quedado “olvidados” durante 6 meses en el escritorio de un funcionario.

Entre tanto, la pareja tuvo que renunciar a su sueño de casarse en Quebec e, incluso, buscar un tercer país en el que encontrarse, ya que Peña no podía ingresar a territorio canadiense ni siquiera como turista.

Afortunadamente, pocas horas después de conceder la entrevista a Radio Canadá Internacional, Sarmiento recibió una carta del ministerio canadiense de la Inmigración y la Ciudadanía, anunciando que había revisado su posición y había resuelto conceder la visa a su esposa, que debería llegarle en el futuro inmediato.

Luces y sombras en un proceso en el que resulta poco comprensible la forma en la que la burocracia puede amenazar un proyecto de vida de dos profesionales calificados, necesitados en Canadá.

Fabio Sarmiento cuenta los detalles en entrevista con Luis Laborda.

Categorías: Inmigración y Refugiados
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