Murió el físico Stephen Hawking

Stephen Hawking, uno de los científicos más renombrados que haya dado el Siglo XX murió el miércoles 14 de marzo, a la edad de 76 años.

La noticia fue confirmada por un vocero de la Universidad de Cambridge.

Hawking murió pacíficamente en su hogar en Inglaterra. El científico tenía desde hacía décadas casi la totalidad de su cuerpo paralizada, por una enfermedad que comenzó a manifestarse en su juventud.

Reconocido como uno de los mejores teóricos de la física de su tiempo, Hawking escribió con lucidez sobre los misterios del espacio, el tiempo y los denominados “agujeros negros”. Su libro “Una breve historia del tiempo” se convirtió en un éxito de ventas y difusión enorme, haciendo de su autor una de las celebridades científicas más grandes desde Albert Einstein. El texto se convirtió en una referencia tanto en el mundo académico como entre el público en general.

“Fue un gran científico y un hombre extraordinario, cuyo trabajo y legado continuarán por muchos años”, sostuvieron en una declaración sus hijos Lucy, Robert y Tim.

“Su coraje y persistencia, junto con su brillantez y humor inspiraron a gente en todo el mundo. Alguna vez sostuvo que el Universo no sería lo mismo si no fuese el hogar de la gente que amas. Lo extrañaremos siempre”, agregó el texto difundido.

Como sucesor de Isaac Newton, en su rol de Profesor Lucasiano de matemáticas en la Universidad de Cambridge, Hawking participaba en la búsqueda de uno de los objetivos principales de la física, que es lograr una teoría unificada. La misma permitiría resolver las contradicciones existentes entre la Teoría General de la Relatividad, postulada por Einstein, que describe las leyes de la gravedad que gobiernan los movimientos de grandes objetos, como los planetas, y la Teoría de la Mecánica Cuántica, que se interesa por el mundo de las partículas subatómicas.

Si bien Hawking padecía de esclerosis lateral amiotrófica desde los 21 años de edad, sorprendió a los médicos al vivir con esa enfermedad por más de 50 años. En 1985 sufrió un ataque de neumonía severa, que obligó a los doctores a conectarlo a un tubo para poder respirar, forzándolo a hablar a través de un sintetizador electrónico de voz, que le otorgaba a sus expresión un tono robótico característico.

El científico sostuvo que creer en un dios que interviene en el Universo, “para asegurarse que los buenos chicos ganen y sean recompensados en la otra vida”, constituía un pensamiento basado en la ilusión.

De todos modos, también fue criticado por haber sostenido que antes de la llamada “Gran explosión” (Big Bang), la teoría que intenta explicar el origen del Universo, no había nada. Algunos teóricos entienden que tal afirmación equivale a decir que el mundo comenzó a partir de un hecho espontáneo.  Otros indican que tal postulado estaba destinado a negar la noción de un dios creador, más que a proponer que el Universo haya surgido de la nada.