En Argentina, las políticas de gobierno del conservador Mauricio Macri parecen estar llevando al país a un atolladero económico.
La moneda argentina, el peso, cerró su cotización respecto del dólar, el 29 de agosto, en sus niveles más bajos en varios años, al tiempo que se encendieron las alarmas por el pedido al Fondo Monetario Internacional para que entregue de manera anticipada 50.000 millones de dólares al país sudamericano.
El dólar estadounidense llegó a cotizar por encima de los 34 pesos la unidad, significando una subida de más del 100 por ciento respecto a los valores que se registraban en diciembre de 2015, por debajo de los 15 pesos, cuando el empresario llegó a la Casa Rosada, sucediendo a la ex presidenta Cristina Fernández.
Los mercados financieros han marcado la suerte de gobiernos argentinos en el pasado. REUTERS/Marcos Brindicci.
En un mensaje televisivo, el mandatario anunció que su administración llegó a un entendimiento con el FMI, para que el organismo financiero internacional entregue de manera adelantada “todos los fondos necesarios” para asegurar el cumplimiento de las metas financieras fijadas para el próximo año.
El presidente sostuvo que las gestiones ante la entidad financiera tienen como objetivo contener la “falta de confianza” expresada por los mercados respecto a la marcha de la economía local, argumento que ya había esgrimido en el pasado y que, no obstante, no logró calmar la situación.
Macri restableció las relaciones con el Fondo Monetario Internacional que habían sido virtualmente suspendidas por la anterior administración del kirchenerismo, luego de devaluar el valor de la moneda local, lo que provocó una nueva “corrida cambiaria”, como denominan en Argentina a la demanda masiva de dólares por parte de ahorristas, empresas y especuladores financieros.
El actual mandatario, que llegó al poder acusando a su predecesora de aislar al país de los mercados financieros internacionales, reinstauró la política de endeudamiento externo, al tiempo que su plan económico elevó la inflación por encima del 30 por ciento interanual.
Sectores de la población ya no pueden satisfacer sus necesidades básicas. REUTERS/Marcos Brindicci.
Sectores de la pequeña y mediana empresa han manifestado su preocupación por la política de importaciones del gobierno, que en el pasado había colocado a la industria local al borde del colapso, con niveles de actividad reducidos y una alta tasa de desocupación.
En las últimas semanas, Macri prometió medidas para contener el déficit presupuestario de su gestión, con uno de los ejes puestos en el recorte del gasto en infraestructura, lo que podría disparar los niveles de desempleo en el país.
Numerosos analistas comienzan a sostener que el presidente ve cada vez más complicadas sus aspiraciones de buscar la reelección, cuando se realicen los comicios previstos para 2019.
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