Según un estudio de la Universidad de Saskatchewan, los niños migrantes tienen más probabilidades de tener sobrepeso o deficiencias de vitaminas. Foto: La prensa canadiense / Kevin Frayer

Los niños migrantes más propensos a sufrir enfermedades crónicas: Universidad de Saskatchewan

Un estudio de la Universidad de Saskatchewan indica que los refugiados y los hijos de inmigrantes tienen más sobrepeso y colesterol alto que los canadienses. La falta de acceso a una dieta nutritiva y la adopción de una dieta occidental estarían involucradas.

El 36% de los niños refugiados y el 23% de los niños inmigrantes también carecían de zinc suficiente en las dietas

Los niños refugiados a menudo han experimentado situaciones difíciles que pueden afectar su salud a largo plazo. Foto: Reuters / Khalil Ashawi

Al llegar a Canadá, muchos inmigrantes reciben una sorpresa desagradable en términos de su salud. Las deficiencias en la dieta, el estilo de vida sedentario y la ingesta excesiva de azúcar son algunos de los problemas que más afectan a los recién llegados. Y el invierno obviamente tiene un gran impacto en la salud de los inmigrantes

Como esa estación perdura por lo menos cuatro meses al año, se vuelven más sedentarios.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Applied Physiology, Nutrition and Metabolism, más de la mitad de los niños migrantes pueden estar sufriendo altos niveles de colesterol.

El estudio involucró a 300 niños refugiados e inmigrantes que llegaron a Saskatchewan en los últimos cinco años.

De ellos, casi uno de cada tres tenía presión arterial alta. Muchos tenían sobrepeso y carecían de nutrientes esenciales para el crecimiento. Por ejemplo, las deficiencias de vitamina D se observaron en la mayoría de ellas, y casi la mitad de los niños observados tenían deficiencias de zinc.

«Parece que los migrantes están adoptando la dieta occidental bastante rápidamente después de llegar a Canadá», dice Hassan Vatanparast, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Saskatchewan e investigador principal. «En promedio, la calidad de los alimentos para los niños refugiados del estudio era bastante pobre y carecía de frutas y verduras. »

Según los investigadores, esta alimentación puede explicarse en particular por situaciones económicas más precarias. De manera similar, los niños pueden experimentar el «efecto inmigrante saludable», un fenómeno bien documentado en el cual los migrantes generalmente tienen mejor salud que los canadienses, pero disminuyen a medida que pasan los años en Canadá.

Los niños tienden a ser influenciados por la cultura occidental, por lo que las comidas rápidas se convierten rápidamente en las favoritas y, debido a su accesibilidad y conveniencia, es más fácil para los padres, que generalmente trabajan largas horas en trabajos de baja remuneración, comprarlas camino a casa.

– Hassan Vatanparast, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Saskatchewan

Hassan Vatanparast, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Saskatchewan e investigador principal. Actualmente analiza el impacto de los factores socioeconómicos y culturales en la inseguridad alimentaria en inmigrantes y refugiados tanto a nivel nacional como internacional. U Sask.

Refugiados en mayor riesgo

El estudio indica que los niños refugiados tienen más probabilidades de sufrir enfermedades crónicas que los niños inmigrantes.

«Los requisitos previos para ingresar a Canadá no son los mismos, así que hay diferencias en su nivel de educación», dice Hassan Vatanparasta.

Él explica que los inmigrantes generalmente tienen un nivel más alto de educación y, como resultado, tienen acceso a empleos mejor pagados, mientras que los refugiados a menudo tienen una economía de supervivencia.

Además, la mayoría de los niños refugiados han estado expuestos a condiciones severas, como violencia y hambre, según otros estudios citados por los investigadores. Estas dificultades pueden tener efectos a largo plazo en los niños refugiados.

El estado de salud de los inmigrantes es generalmente mejor que el de los nacidos en Canadá, pero tiende a deteriorarse con el paso de los años en Canadá. De archivo: iStock

Según Hassan Vatanparast, los resultados de este estudio indican la necesidad de adaptar las iniciativas del sistema de salud a las necesidades de los niños migrantes. La información sobre nutrición adaptada a diferentes culturas, el acceso a alimentos de calidad y la traducción de etiquetas son algunas de las soluciones que propone revertir la tendencia.

Cerca de 48,000 inmigrantes y 3,800 refugiados se mudaron a Saskatchewan entre 2011 y 2016.

Si bien los investigadores han analizado anteriormente la salud de los inmigrantes adultos y los refugiados, este estudio es el primero en Canadá que analiza qué sucede con los niños.

Radio Canadá-Universidad de Saskatchewan-RCI

Categorías: Inmigración y Refugiados, Salud, Sociedad
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