Gerard Bouchard (Izq.) co-autor del Informe Bouchard-Taylor sobre los acomodamientos razonables y Simon Jolin-Barrette, ministro de Inmigración, Diversidad e Inclusividad de Quebec, durante la Comisión parlamentaria sobre el Proyecto de ley 21 el 8 de mayo 2019 en Quebec. (Foto: THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot)

Comenzaron las audiencias públicas en Comisión Parlamentaria del Proyecto de ley sobre la laicidad en Quebec

Este martes 7 de mayo comenzaron las audiencias públicas en Comisión Parlamentaria del Proyecto de ley sobre la laicidad en Quebec, conocido también como Proyecto de ley 21, del gobierno del nuevo primer ministro de Quebec, François Legault.

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Recordemos que este controvertido proyecto de ley prevé que todas las instituciones parlamentarias, gubernamentales y judiciales deben respetar los principios de separación del Estado y de las religiones, de la neutralidad religiosa del Estado, de la igualdad de todos los ciudadanos y de las libertades de conciencia y de religión.

Simon Jolin-Barrette, ministro de Inmigración, Diversidad e Inclusividad de Quebec y responsable del Proyecto de ley 21, durante la Comisión parlamentaria sobre el Proyecto de ley 21 el 8 de mayo 2019 en Quebec. (Foto: THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot)

El Proyecto de ley 21 prohíbe llevar signos religiosos a los empleados del Estado en posición de autoridad (tales como jueces, policías, fiscales y guardias de cárceles), así como a otros empleados del Estado, como los profesores en las escuelas primarias y secundarias dela  red pública y a los directores de esas escuelas.

El proyecto de ley tiene una cláusula que protege los derechos adquiridos de los empleados que llevan ya signos religiosos, a condición que conserven la misma función en la misma organización. El proyecto comprende también disposiciones de excepción para sustraer de la ley a artículos de las cartas quebequense y canadiense de derechos y libertades. Lo que equivale a decir que la Carta quebequense será modificada para estipular que “las libertades y derechos fundamentales deben ejercerse en el respeto de la laicidad del Estado”.

El proyecto de ley prevé también que todos los servicios gubernamentales deben ser ofrecidos a rostro descubierto y deben también ser recibidos a rostro descubierto cuando este requisito sea necesario por razones de identificación o por motivos de seguridad. Ningún acomodamiento razonable puede ser solicitado para sustraerse a esta obligación, precisa el documento que no incluye ninguna sanción penal o monetaria para los contraventores.

Gerard Bouchard, co presidente de la Comisión Bouchard-Taylor sobre los acomodamientos razonabldes. el miércoles 8 de mayo 2019.  (Foto: THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot)

Ayer martes fue el turno de presentar sus argumentos al Organismo por los derechos de las mujeres de Quebec, a la Comisión de los derechos humanos y al filósofo Charles Taylor, copresidente de la Comisión Bouchard-Taylor, con el sociólogo Gérard Bouchard, que habían examinado los temas relacionados a los acomodamientos razonables consentidos sobre bases culturales y religiosas en Quebec en 2007-2008.

Este miércoles 8 de mayo fue el turno de Haroun Bouazzi, de testimoniar ante la comisión parlamentaria.  Su organización está en contra, pero no fue fácil convencer al gobierno que lo dejara presentar su testimonio, dice el copresidente de la Asociación de musulmanes y árabes por la laicidad en Quebec.

NO ESTABAN INVITADOS

Nosotros no estábamos en la primera lista que había sido anunciada en ese momento. De hecho, ningún grupo de las comunidades musulmanas, judías o sijs, formaban parte del primer grupo que estaba contra el proyecto de ley 21. Afortunada o desafortunadamente hubo algunos abandonos y fue así como pudimos tener un lugar para hablar en esa comisión parlamentaria.

Según el parecer de las Asociación de musulmanes y árabes por la laicidad en Quebec, una consulta pública en donde hay una sobre representación de personas que apoyan ese proyecto de ley y sobre todo, una consulta pública que no escucha o que no le otorga suficiente importancia a las personas que serán las primeras víctimas de dicho proyecto de ley, presenta un problema.

Haroun Bouazzi, copresidente de la Asociación de musulmanes y árabes por la laicidad en Quebec. (Foto: Radio-Canada / Sarah Champagne)

Haroun Bouazzi dice que la comunidad árabe y musulmana le da mucha importancia a la deliberación democrática y que según él, el gobierno no ve este ejercicio como algo que le permita mejorar su proyecto de ley. La pregunta que se impone es si su organización está en favor de la laicidad del Estado ¿por qué se opone entonces al proyecto de Ley 21?

EL PROYECTO DE LEY ES ANTI-LAICO

Proyecto de ley 21 es a nuestro parecer anti-laico a distintos niveles. Primero que todo, siembra la confusión. Porque la laicidad es la separación de las instituciones religiosas y las instituciones del Estado, mientras que el proyecto habla de la separación de la iglesia y el Estado, lo que no quiere decir gran cosa. El principal problema evidentemente es la prohibición de signos religiosos, que en los hechos es contraria a los principios que son enunciados en el artículo 1 del proyecto de ley 21. Es impresionante ver cómo se pueden tener tantas contradicciones tan rápidamente.

Esta prohibición es contraria a la libertad de conciencia, dice Haroun Bouazzi. Es contraria también a la neutralidad del Estado, que no debe favorecer o desfavorecer en función de las religiones y esta prohibición desfavorece de hecho en su aplicación, a las personas de las comunidades judías, musulmanas o sijs. Y además es contraria al principio del derecho a la igualdad. Según él, es lamentable que en el principio número 1 se defina bien la laicidad y que el resto del proyecto ley trate más bien sobre la ropa y no sobre la laicidad.

Charles Taylor (izq.) co-autor del Informe Bouchard-Taylor sobre los acomodamientos razonables y Simon Jolin-Barrette, ministro de Inmigración, Diversidad e Inclusividad de Quebec, durante la Comisión parlamentaria sobre el Proyecto de ley 21 el 7 de mayo 2019 en Quebec.
(Foto: THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot)

La laicidad soluciona problemas, no los crea. La laicidad permite cohabitar, permite más igualdad y la protección de las instituciones para que no sean instrumentalizadas por las instituciones religiosas como fue el caso en el pasado aquí en Quebec.  Visto desde ese ángulo, el proyecto de ley 21 no tiene como objetivo definir de una vez por todas la laicidad y salir de un debate que nunca termina y que envenena el debate público desde hace mucho tiempo. A este hay que agregarle otros dos aspectos, afirma Haroun Bouazzi.

UN RESPALDO MORAL A LA DISCRIMINACIÓN

Primero, es un respaldo moral a la discriminación. Un gobierno define lo que es aceptable o no en una sociedad a través de sus leyes y este gobierno nos dice claramente que es aceptable hoy de discriminar a minorías religiosas sin razones válidas. Dice que va cambiar la carta de derechos y libertades quebequense sin que haya un amplio consenso en la Asamblea nacional, lo cual es grave. Hay que comprender que esta carta es semi constitucional y la va a convertir en una ley normal. Los aspectos democráticos de esta ley son muy problemáticos.  

Francois Legault (izq) primer ministro de Quebec y Simon Jolin-Barrette, ministro de Inmigración, Diversidad e Inclusividad de Quebec. (Foto: . THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot)

Y en lo que respecta a la neutralidad, el copresidente de la Asociación de musulmanes y árabes por la laicidad en Quebec dice que la gente habla de la apariencia de neutralidad. Pero para lograr esta apariencia de neutralidad se discrimina de hecho a personas que pertenecen a minorías musulmanas, sijs o judías. Se necesita una laicidad que permita más justicia, más igualdad y menos discriminación.

Haroun Bouazzi dice que para su organización la  verdadera neutralidad es mucho más importante que las apariencias. Y que si un gobierno da la impresión de respaldar moralmente la discriminación, más consecuencias habrá no solo contra las minorías visibles sino contra otras minorías, tales como las minorías negras, indígenas y asiáticas, tanto en el sector privado como en el sector público. Finalmente, este debate invita a la exclusión de todas esas minorías. Y es por esta razón que su organización se opone a la laicidad tal como la propone el gobierno en su proyecto de ley 21.

Alain Gravel entrevistó a Haroun Bouazzi

Categorías: Inmigración y Refugiados, Política
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