Ya se trata de un terremoto, un maremoto, o una inundación – los miembros de los grupos de ayuda se enfrentan a los mismos peligros que las personas a las que están tratando de ayudar.
Pero además pueden hacer frente a otros riesgos para los cuales no han sido entrenados, como sufrir un secuestro, o enfrentar a tropas enemigas.
Una médica canadiense de la ciudad de Montreal ha desarrollado el primer curso para ayudar a los trabajadores de ayuda a manejarse en esas situaciones.
El mismo se lleva a cabo en un campamento cerca de Barrie, en la provincia de Ontario.

Después de una larga noche de empaquetar y planificar, 40 personas que disimulan ser trabajadores de auxilio partieron de repente hacia un país que sufrió un terremoto.
Se suben a un «avión», aunque en realidad es un autobús escolar.
Y se dirigen a un lugar ficticio llamado Simlandia que es simplemente un campamento de verano al norte de Toronto.
Todo esto es parte de un curso de supervivencia elaborado para las personas que quieren aprender lo que significa ir a una zona de conflictos.

Kelly Macanerney es una enfermera de la ciudad de Vancouver.
«Creo que hay mucha incertidumbre. No creo que muchos de nosotros sepamos lo que nos espera».
La mayoría de las personas que asisten al curso son profesionales médicos que nunca han estado en una zona de desastre.
Cuando llegan al campamento hay actores que se hacen pasar por funcionarios de aduanas que los están esperando.
La escena es intimidante, hasta caótica.
Todo el mundo es dividido en grupos.
Uno se dirige a una aldea devastada para evaluar los daños… y desemboca derecho frente a una escena terrible.
Es un control de carretera.
Hay un montón de gente gritando, empujando. Un miembro del equipo es “asesinado”.
Después de que toda le escena terminó, algunos de los presentes, entre ellos, Chloe Potvin, tienen dificultad en situarse y entender que la ficción se acabó.

«Me decía a mí misma, sé que esto es falso. ¿Por qué estoy tan emocionada»?
La industria del socorro está creciendo cada año, al igual que la demanda para profesionalizarla.
Para ser más eficiente el trabajo en el terreno, y para proteger a la gente.
Kirsten Johnson, una médica de terapia intensiva de la ciudad de Montreal fue quien creó el programa.
Johnson ha estado trabajado en el ámbito humanitario durante años.

«La gente no se engaña a sí misma. Si van a implicarse en este sector y quieren convertirse en profesionales en el área humanitaria, necesitan ser entrenados en operaciones de seguridad. Necesitan ser capacitados en todos los aspectos que requiere el sector humanitario».
Y ayudarles a que se den cuenta, incluso en una realidad «falsa», como la que acaban de vivir, que las buenas intenciones no son suficientes.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.