Entre las posibilidades que se manejan, no son solo las pandemias ni los cambios climáticos que plantean un riesgo real para la supervivencia y continuidad de la humanidad. Por el contrario, las posibilidades de extinción de nuestra especie en los próximos 100 años, provienen de nuestras propias creaciones tecnológicas.
Según ciertos especialistas, la utilización de la energía nuclear que puede desencadenar una catástrofe sin precedentes. Pero no es solo esta invención del hombre que pone en peligro la raza humana. Stuart Armstrong afirma que de una lista de posibles elementos que conforman un riesgo real encontramos la “Biología sintética”, que puede crear organismos que se pueden programar para realizar tareas precisas; la “Nanotecnología”, que podría permitir la creación de armas por parte de firmas privadas y la “Inteligencia artificial” que promete la creación de máquinas inteligentes que en un momento dado podrían defenderse de intereses que no son los nuestros y así desencadenar eventos inesperados para la humanidad.
Si bien estas posibilidades parecen salidas de la ciencia ficción, se trata solo de algunos de los elementos que han hecho reflexionar a expertos e investigadores de reputación internacional sobre la posibilidad de que nuestros inventos y descubrimientos vayan a jugarnos en contra en un futuro no muy lejano. Armstrong asegura que el problema puede ser importante cuando la Inteligencia Artificial llegue a un nivel de desarrollo que pueda, desde cierto punto de vista, manipular nuestras sociedades.
De cierta manera se podría decir que el ser humano tiene la inteligencia para crear una sociedad inmensamente tecnológica y al mismo tiempo parecería que no se tienen la agudeza para ver cuáles son los posibles daños que estas nuevas tecnologías podrían ocasionarnos en el futuro.
Siguiendo la línea de pensamiento de algunos especialistas del “Instituto para el futuro de la humanidad” de la universidad Oxford, el fin del mundo, o por lo menos, del mundo tal como lo conocemos, no será producto de los daños que los seres humanos están realizando al medio ambiente. Si bien la degradación de nuestro medio ambiente conllevaría un cambio radical de la forma de vivir, según Armstrong, la raza humana podría eventualmente sobrevivir con un medioambiente muy desfavorable.
Con el paso del tiempo, los seres humanos hemos creado diversas hipótesis sobre cómo podría llegar a ser el fin del mundo. Una de ellas es que en un momento dado, las computadoras se vuelvan más inteligentes que sus creadores. Ya existen computadores inteligentes que pueden resolver los problemas para los cuales fueron diseñados, pero todavía no pueden tomar decisiones sobre qué hacer, o hacer otro tipo diferente de procesos, como el caso de la computadora “Deep Blue” que jugaba al ajedrez pero no sabía resolver juegos mucho más fáciles. El problema será cuando las computadoras sean realmente inteligentes, es decir, que puedan resolver problemas para los cuales no habían sido preparadas.
En definitiva, es difícil conjeturar que es lo que puede llegar a pasar cuando la Inteligencia Artificial llegue a un nivel de desarrollo que permita a las computadoras tomas decisiones. Es muy posible que antes que eso se produzca, caiga un asteroide en la tierra o desaparezcan ciudades enteras por un gran terremoto u otras catástrofes naturales o generadas por el ser humano. El gran desafío para la humanidad es comenzar a prever las consecuencias de los avances tecnológicos para que la ciencia ficción no se vuelva realidad.
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