La policía dispersó con gases lacrimógenos y balas de goma a unos 3.000 manifestantes que trataban de acercarse al estadio Maracaná para protestar en contra de los enormes gastos de la organización del Mundial en Brasil, justo antes del primer partido de la Copa Confederaciones en Río de Janeiro, entre Italia y México.
La manifestación reunió a jóvenes que buscaron acercarse al renovado estadio carioca pero la policía se lo impidió formando varios cordones.
Una manifestación similar contra el uso de fondos públicos brasileños para organizar este torneo y el Mundial del año que viene ocurrió el sábado en Brasilia antes del juego inaugural de la Confederaciones entre el país anfitrión y Japón.
Las protestas también se dirigen contra el aumento del pasaje de autobús, al igual que sucedió la semana pasada en Sao Paulo.
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