Photo Credit: Germán Gutiérrez

Que viva el Mar Muerto

El Mar Muerto es un lago endorreico, es decir que no evacua cantidades significativas de agua ni por desague superficial ni por infiltración. En otras palabras, un lago que evapora en su superficie toda el agua que colecta de su cuenca hidrográfica.

Está situado a 416.5 metros bajo el nivel del mar, entre Israel, Cisjordania y Jordania. Ocupa la parte más profunda de una depresión tectónica atravesada por el río Jordán y que también incluye el lago de Tiberiades. Tiene unos 80 kilómetros de largo y un ancho máximo de unos 16 kilómetros. Recibe agua del río Jordán, de otras fuentes menores y de la escasa precipitación que se produce sobre el lago. El nivel de sus aguas es el resultado del balance entre estos aportes y la evaporación.

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Pero estas aguas con virtudes medicinales únicas, rodeadas por paisajes espectaculares, pierden un metro de profundidad por año. Dentro de 30 o 50 años, si no se hace nada, del Mar Muerto quedará solo un charco, porque en el Cercano Oriente, la escasez de agua es una fuente suplementaria de conflicto y al parecer, es la ley del más fuerte la que triunfa.

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© Germán Gutiérrez

La muerte anunciada del Mar Muerto tiene causas muy humanas: las fábricas químicas jordanas e israelíes, que retiran su sales minerales, aceleran su explotación; mientras que el río Jordán, que lo alimenta en agua dulce, no es más que un riachuelo casi sin importancia, porque su caudal es desviado por los países vecinos para alimentar sus industrias agrícolas.

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Piscinas de evaporación de agua para extraer los minerales © Germán Gutiérrez

Según los productores del documental Que viva el Mar Muerto! (ARTE Francia, Alegría Productions, Intuitive Pictures y Radio-Canadá), las soluciones existen pero sería necesario que los tres pueblos ribereños: jordanos, israelíes y palestinos, se pongan de acuerdo, para que puedan ser operacionales.

La construcción de un canal que lo conecte con el Mar Rojo, permitiría así alimentar plantas eléctricas lo suficientemente potentes como para desalinizar el agua marina, abastecer a toda la región en agua potable y devolverle la vida al Mar Muerto.

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© German Gutiérrez

De esta forma, el agonizante Mar Muerto, víctima de la feroz competencia por el agua en Cercano Oriente, podría volver a renacer, gracias a la cooperación regional.

Escuche

Pablo Gómez Barrios conversó con el cineasta Germán Gutiérrez, co-escenarista y realizador del documental Que viva el Mar Muerto!.

Categorías: Economía, Internacional, Medioambiente y vida animal, Sociedad
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