El músico canadiense John Beckwith, nacido en Victoria en la provincia de Columbia Británica en 1927, es uno de los compositores contemporáneos más importantes en el país.
Tras haber estudiado con maestros como Nadia Boulanger en París, o Alberto Guerrero en Toronto, Beckwith ha escrito unas 130 composiciones. Fue maestro en la Facultad de música de la Universidad de Toronto, de la que se jubiló en 1990.
En estos días, una composición suya, que data de 1997 llamada Blurred Lines, o Líneas borrosas ha ganado una enorme fama, de manera inesperada.
Esto se debe a que también existe una canción pop que tiene el mismo nombre, de letra de dudosa calidad, del artista Robin Thicke. Esta otra canción, también llamada Blurred Lines ha trepado como un zombi desesperado hasta lo alto de la lista de éxitos en la revista especializada Billboard.
El personal que trabaja en el sello discográfico canadiense Centrediscs, que se especializa en la difusión de música contemporánea notó con gran sorpresa que un gran número de melómanos de todo el mundo comenzaba a acudir a su sitio en Internet para escuchar la composición del mismo nombre, para clave y violín, compuesta por el músico John Beckwith.
Lo que pronto se dieron cuenta es que ese ejército de fanáticos de la música buscaba probablemente escuchar la canción de estilo Rythm and Blues del artista Robin Thicke, pero se llevaron un chasco, o fueron agradablemente sorprendidos al escuchar un poco de música contemporánea canadiense, con el mismo título de la canción buscada, Blurred Lines.
A John Beckwith, quien tiene 86 años, este repentino interés en su composición le pareció extraño.
La diferencia entre ambas composiciones es abismal. La pieza de Beckwith, Líneas borrosas, explora texturas y técnicas no tradicionales tanto en el clavecín como en el violín. Los intervalos de violín intencionalmente desafinados son capaces de generar escalofríos en la espalda del oyente.
La composición de Thicke es muy diferente, ya que en ella se escucha un ritmo constante por debajo de la voz melodiosa del cantante. Y no es una canción que le disguste demasiado al pionero de la música contemporánea clásica canadiense John Beckwith, quien encuentra algún mérito a la canción pop, pese a lo chocante de su letra.
Aparte del título, la composición de 10 minutos de John Beckwith no tiene nada en común con el controvertido éxito pop de Thicke.
Esta no es la primera vez que Beckwith aterriza sin querer en el campo de la cultura pop. El personaje de Owen Wilson en la película Wedding Crashers, o “De boda en boda” de 2005 tiene el nombre de John Beckwith.
Sin duda que esa similitud no fue intencional, pero la música contemporánea canadiense ganó una inesperada audiencia y exposición en estas circunstancias, lo cual después de todo no es tan malo.
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