Tras un reportaje difundido sobre la televisión pública de Radio Canadá, que reveló que los delegados sindicales en las instituciones federales no se atreven a hablar por temor a represalias, la oposición oficial en el Parlamento, el Nuevo Partido Democrático, denunció esta semana tales acciones en el Parlamento canadiense.
El diputado neodemócrata, Mathieu Ravignat, declaró que «La realidad es que hay intimidación en los ministerios del Gobierno federal. Esa intimidación debe cesar de inmediato… Cuando se conocen las posiciones antisindicales de los conservadores, no hay duda de dónde viene la directiva.»
Ravignat solicitó al ministro encargado de la Función Pública, Tony Clement, la adopción de medidas concretas para garantizar el trabajo de los delegados sindicales, instruyendo a sus administradores, y para la protección de la libertad de expresión de los representantes de los empleados públicos.
Por su parte, el ministro Tony Clement respondió señalando que esa manera de actuar no hacía parte de la política de su gobierno ni de sus administradores.
«Nuestro objetivo, nuestro desafío es actuar de manera justa y razonable ante los empleados y ante las instituciones estatales, y hacerlo al mismo tiempo ante los contribuyentes que pagan la factura», dijo Clement.
Obligados a recurrir al anonimato, los delegados sindicales denunciaron por ejemplo que sus idas y venidas eran vigiladas o que fueron sancionados después de haber comentado públicamente las consecuencias de los recortes presupuestarios impuestos por el Gobierno conservador canadiense.
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